Seis reos han muerto en lo que va del mes de octubre en los estados Aragua, Bolívar, Portuguesa, Lara y Zulia, producto del hambre y enfermedades como la tuberculosis y el paludismo, según informó en un comunicado el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
La organización reportó que la primera muerte del mes ocurrió el 2 de octubre en el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de Cabimas, estado Zulia. El nombre del fallecido era Víctor José Fernández Bracho (24), quien se encontraba detenido desde 2017.
Esa misma tarde, en el Centro Penitenciario de Oriente, conocido como El Dorado, estado Bolívar, Junior Márquez murió por un severo cuadro de paludismo y desnutrición, después de ser trasladado desde el estado Mérida. Márquez había solicitado ayuda médica en varias oportunidades, pues presentaba fiebre alta, sin embargo, no fue sino hasta una vez muerto que sus custodios le llevaron a un centro de salud.
De tuberculosis murió dos días después, el 4 de octubre, José Chiquinquirá Parra (39) en el Centro Penitenciario de Los Llanos (Cepella), sitio en que se ha registrado un brote de la enfermedad, sin que los reos infectados tengan acceso a medicinas ni atención especializada.
Esa enfermedad también acabó con la vida de Luis José Barreto Medina (34), quien era oriundo de Lara, pero fue recluido en El Dorado por orden del Ministerio de Servicios Penitenciarios, donde contrajo la infección respitoria. Aunque sus familiares hicieron gestiones para trasladarlo a su estado natal, debido a su condición de salud deplorable fue llevado hasta la torre administrativa del Complejo Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón, donde falleció el 7 de octubre.
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Igual caso ocurrió con Tibaldo Antonio Martínez Martínez (57), quien tenía dos años recluido en la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Villa del Rosario, Zulia, y aunque ya se encontraba condenado por un juez desde 2018, permaneció en el calabozo donde contrajo tuberculosis, muriendo el 9 de octubre.
Un caso particular es el de Freddy Rafael Fernández (54), quiene el 4 de octubre ingresó en el Hospital Central de Barquisimeto proveniente de la cárcel de Uribana, con un traumatismo cervical causado, pues, dada la mala alimentación que recibía en el penal, se descompensó al bajarse de la litera donde dormía, golpeándose fuertemente al caer. Al momento de su hospitalización, los médicos le diagnosticaron desnutrición severa, pesando tan solo 40 kilos. Murió el 6 de octubre.
Uribana es una de las cárceles a la que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) dictó medidas de protección provisorias, las cuales no han sido cumplidas por las autoridades, siendo constantes las denuncias de maltratos físicos, psicológicos y torturas recogidas por la OVP, así como de mala calidad de los alimentos y falta de servicios médicos.
En su comunicado, el observatorio explicó que el hacinamiento y la falta de atención médica oportuna son las principales razones por las cuales proliferan este tipo de enfermedades dentro de los recintos carcelarios, sumado a la falta de voluntad de parte del Ministerio Penitenciario por resolver el problema.
La directora del OVP, Carolina Girón, expresó que la situación de hacinamiento es particularmente grave en los calabozos policiales, ya que existe una gran cantidad de presos que no son trasladados a centros penitenciarios una vez reciben setencia, como indica la ley, y aseguró que cada una de estas muertes está siendo documentada para notificarse ante la Cidh.
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