Caracas.- La Procuraduría de Colombia recibió denuncias sobre una nueva modalidad de tráfico ilegal de migrantes por la vía marítima, entre el corregimiento de Capurganá (Chocó) y la población panameña de Carreto.
Según los lugareños, eso ocurre en horas de la noche a bordo de lanchas rápidas, cuyo tránsito está prohibido por la capitanía de puerto e implica enormes riesgos para los migrantes.
A pesar de estos peligros, el servicio sería ofrecido como una alternativa más fácil y rápida de llegar a Panamá, «pero de altísimos costos, como una especie de servicio élite de tránsito», puntualizó la Procuraduría.
Según las cifras del Comando de Policía Urabá, el tránsito de migrantes ha aumentado entre 2022 y 2023, registrando 50.135 ingresos entre enero y febrero de este año, frente a los 10.006 que ingresaron en los mismos meses del año pasado.
En Necoclí, la situación se hace más compleja, ya que, según información de la Alcaldía Municipal, al menos 300 de esos migrantes, entre ellos niños, adultos mayores y madres gestantes, permanecen en las playas buscando completar los 300 dólares que cobran los traficantes de personas por llevarlos entre esta población y la frontera con Panamá.
Todo esto «ha llevado a que se agudicen situaciones de insalubridad, inseguridad, prostitución infantil, explotación laboral y microtráfico, entre otras», que ya fueron denunciadas por la Procuraduría, pero que, «hasta el momento, no han sido atendidas debidamente por las entidades responsables».