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El pasado 23 de agosto, Corpoelec aplicó un plan de administración de cargas que interrumpió el servicio en varios sectores de las parroquias La Vega y El Paraíso. Si bien la empresa indicó después que la suspensión de energía fue un hecho puntual para reparar una avería, Jesús Armas, exconcejal de Caracas y director de la organización no gubernamental Monitor Ciudad, teme que pueda convertirse en algo más frecuente.
Armas sostiene que la capital dejó de ser una burbuja y que desde hace varios años se han ido acentuando las fallas en los servicios públicos. A las interrupciones del servicio eléctrico se suman las fallas en la distribución y suministro de agua. Según el más reciente informe de Monitor Ciudad, los caraqueños pasan el 65 % del tiempo con las tuberías vacías, mientras que el 75 % ha sufrido algún apagón durante el primer semestre de 2021.
El exconcejal además destaca que los habitantes de la capital gastan en promedio 5 dólares mensuales o dos salarios mínimos para comprar agua embotellada, bien sea porque no reciben agua por tubería o no confían en la calidad del agua que reciben, al tiempo que puntualiza que si bien existe un plan de racionamiento vigente, Hidrocapital no cumple con el cronograma anunciado.
A esto se suma el hecho de que, según detalla Armas, la situación de los sistemas de distribución Tuy I, II y III es crítica. El primero no surte agua a Caracas, el segundo funciona a menos de la mitad de su capacidad y el tercero, aunque trabaja a máxima capacidad, no surte agua a las zonas para las que había sido planificado.
