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En Venezuela las autoridades han confirmado cuatro casos de hongo negro, nombre con el que también se le conoce a la mucormicosis, una infección micótica que puede afectar los senos paranasales, el cerebro o los pulmones. De los pacientes diagnosticados con esta afección, uno falleció; tres eran diabéticos, pero todos compartían una característica: tenían COVID-19.
Fernando Gómez-Daza, bioanalista especialista en micología médica y profesor de postgrado en la Universidad de Carabobo, explica que la mucormicosis es una enfermedad oportunista, que puede entrar al organismo por vía respiratoria, oral o por traumatismos en la piel.
Afecta a pacientes con COVID-19 que hayan experimentado la forma aguda o grave de la enfermedad y hayan requerido respiración artificial. El especialista puntualiza que en estos casos parte del tratamiento incluye corticoesteroides, que ayudan a desinflamar los pulmones para que el oxígeno llegue más fácilmente. Sin embargo; estos fármacos también suprimen el sistema inmunológico y, en el caso de personas diabéticas, hace que suba la glicemia, haciéndolos más vulnerables al hongo.
La mucormicosis puede expresarse de dos formas: la rino-órbito-cerebral y la oral y cada una se manifiesta con síntomas diferentes. Fernández-Daza detalla que lo grave de esta enfermedad es que es de curso agudo y se le considera mutilante porque una vez que causa la muerte del tejido, es necesario removerlo, por lo que el paciente requerirá cirugía reconstructiva y prótesis.
Si bien este y otros hongos están en el aire, el suelo y el agua, también pueden entrar al organismo a través de alimentos, por lo que el bioanalista y profesor universitario recomienda descartar aquellos alimentos con moho. En ningún caso quite la parte afectada del alimento para consumir el resto.
