16% de los muertos por COVID-19 en Venezuela eran médicos zulianos

Desde el pasado 15 de junio se han reportado siete muertes de profesionales de la salud, según el registro de gremios y asociaciones civiles que agrupan a médicos de todo el país

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Gremios han denunciado la falta de equipos de protección desde antes de que se confirmaran los primeros casos en Venezuela| Fotos: Cortesía @MinSaludVE

Caracas.- El auge de contagios del nuevo coronavirus en el estado Zulia ha sido letal para el personal sanitario. En las últimas cinco semanas, la agudización del foco de contagio en la región occidental ha estado relacionada con la muerte de siete integrantes del personal de salud. Es decir, de los 38 fallecimientos que se registraron de forma oficial en el país, hasta este miércoles 24 de junio, 16% eran médicos o enfermeras.

Esta cifra corresponde a un cálculo independiente de El Pitazo. La estadística se basa en las denuncias de Colegios profesionales y agrupaciones de gremios del sector salud. Según la asociación civil Médicos Unidos de Venezuela, las victimas más recientes fueron el gineco-obstetra zuliano Manuel Romero y la licenciada en enfermería Keila Molaya, quien pertenecía a la nómina del hospital Militar de Maracaibo.

Estos decesos se sumaron a otros tres que confirmó el Colegio de Médicos y el Colegio de Enfermería de la entidad. Solanger Scandela, residente del área de Pediatría del Hospital Militar de Maracaibo; Marisela Ramírez, integrante de un programa de atención al Adulto Mayor en la región y Samuel Viloria, epidemiólogo y exdirector del hospital Universitario de Maracaibo.

Viloria fue el primer fallecido reportado en las dos primeras semanas de junio. La muerte de Molaya fue admitida por el Colegio de Médicos del Zulia. Mientras, el deceso de Romero fue confirmado por colegas y la clínica privada en la laboró por 30 años. La confirmación fue difundida en la red social Twitter por compañeros de trabajo.

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Pronóstico reservado

Posteriormente se conoció de las muertes de Henry Fuenamayor y Zaida Plumache. Ambos médicos y docentes en la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia. Estas dos últimas se corroboraron en un comunicado emitido por el Colegio de Médicos del Estado Miranda en el que expresaron sus condolencias. Por el alza de letalidad y contagio, la entidad se mantiene bajo estrictas medidas de contención de la propagación del virus. Desde la aceleración de la transmisión se atribuye el epicentro de contagio al Mercado de las Pulgas.

De ninguno de estos fallecimientos se conoce la causa específica. Tampoco se saben aspectos que incidieron en el agravamiento de los cuadros de coronavirus, que los mantuvieron en Terapia Intensiva en los hospitales donde prestaban servicio. La probabilidad de que la tasa de letalidad relacionada con COVID-19 en profesionales de la salud es cada vez más alta. De acuerdo con el registro de Médicos Unidos de Venezuela, otros tres médicos zulianos están internados en estado crítico en las Unidades de Cuidados Intensivos.

Jaime Lorenzo, director de la ONG, insiste en que ninguna de estas muertes ha sido incluida, hasta esta publicación, en el parte oficial. Por lo que además de desprotegidos, el gremio se siente invisibilizado. Desde antes de que se reportaran los primeros casos de la enfermedad por SARS-COV-2 en el país, sindicatos y gremios de trabajadores de la red ambulatoria y hospitalaria alertaron sobre las deficiencias en equipos de bioseguridad para el personal.

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Hasta esta publicación ninguno de los fallecidos había sido incluido en la estadística oficial, denunció el Colegio de Médicos del Zulia | Fotos: Cortesía @MinSaludVE

Preocupación mundial

La escasez de equipos de protección personal (EPP por sus siglas en inglés) para trabajadores en permanente contacto con infectados y sospechosos de COVID-19 es una preocupación global. Desde inicios de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre “la grave y creciente interrupción del suministro mundial" de estos insumos. En el abordaje de la crisis en Venezuela, la OMS añadió la entrega priorizada de EPP. Pero no se ha precisado si la entrega ha sido efectiva.

Las recomendaciones de la OMS sobre el uso de barreras de protección en personal que atiende casos de COVID-19 se actualizó en abril. Las pautas dictan que cada miembro tratante de pacientes sospechosos debe usar un guante por caso. Además, deben contar con batas y mascarillas desechables con un límite de uso de máximo 24 horas.

Con el incremento de casos en el personal sanitario voceros del gobernante Nicolás Maduro, han responsabilizado a los propios trabajadores. Los contagios incluyen hasta empleados de la sede administrativa del Ministerio de Salud. El pasado 23 de mayo, cuando la pandemia cumplía más de 70 días activa, el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, emplazó a médicos y enfermeras a hacer un uso adecuado de los implementos de protección.

«Asuman que están frente a un paciente con COVID-19. Atiendan el protocolo, usen el tapabocas. Hemos visto videos, que estamos registrando en cordones sanitarios, de trabajadores de salud que no están usándolo. Que no usan los guantes reglamentarios, que no usan los trajes dispuestos y distribuidos para la atención de estos pacientes", indicó el funcionario.

Ignorados

En específico, Rodríguez, mencionó guantes y tapabocas. No obstante, estos implementos son los que más escasean en hospitales del país. El 11 de junio en una carta dirigida al gobernador de Zulia, Omar Prieto, el Colegio de Médicos de la entidad denunció las fallas constantes en la entrega de EPP. Las barreras de bioseguridad no llegan en la cantidad y fluidez requerida, resaltaron en el documento firmado por Dianela Parra, presidenta del gremio.

“En reiteradas oportunidades y mediante comunicados incluida la Defensoría del Pueblo, hemos venido insistiendo sobre la obligación que tienen los empleadores de dotar de los Equipos de Protección Personal (EPP) a todo el Personal de Salud y en especial a los médicos, para poder atender a los pacientes, así como las condiciones para el saneamiento, el aseo personal y el descanso, sin recibir algún tipo de respuesta", era el principal exhorto de los agremiados.

Esta carta, que aún no ha sido respondida, se envió cuatro días antes de que se confirmara la primera muerte por agravamiento de COVID-19. Samuel Viloria, exdirector del hospital Universitario, que falleció el pasado 15 de junio. El destacado profesional inició una lista que es motivo de preocupación y de amenazas de renuncias de un personal que entrega todos los días su vida para cuidar a una población, sin garantías de volver a casa.

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