Cierran ambulatorio que atiende a 8.000 habitantes en Trujillo

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Valera- El Ambulatorio del sector El Milagro, ubicado en el municipio Valera, estado Trujillo, beneficia a una población de unos 8.000 habitantes, pero, desde finales de octubre, su personal solamente cumple horario.

En la puerta puede verse un cartel que dice «Ojo, cerrado, acuda al ambulatorio más cercano». La orden la dió la Fundación Trujillana de la Salud (Fundasalud), según comentaron los trabajadores, quienes prefirieron no dar su identidad, por no estar autorizados y temor a ser amonestados.

La decisión había sido tomada seis meses atrás, pero la comunidad protestó y se mantuvieron abiertos. Sin embargo, un nuevo hecho de inseguridad, los obligó a resguardar los pocos insumos en el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) contiguo.

No era la primera vez. La sede está localizada en una comunidad considerada zona roja y los hurtos podían esperarse, pero este 2019, con la amenaza de cierre, los hechos aumentaron y reforzaron la medida gubernamental.

«Parece que lo hicieran a drede, como si dijeran «van a cerrar el ambulatorio» y se meten a sacar lo que queda» comentó uno de los trabajadores.

Eso ocurrió la noche del jueves, 24 de octubre. Los ladrones entraron y se llevaron los ventiladores, papelería, bombillos, grapadoras, medicamentos para la tuberculosis (para pacientes censados de la comunidad) y otros objetos de oficina.

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Por temor a nuevos intentos, y por órdenes de la coordinación de los ASIC, llevaron la nevera de las vacunas al CDI, al igual que un dopler (usado para escuchar los latidos de los bebés), espéculos y sillas para ginecología.

Las inmunizaciones fueron llevadas al Distrito Sanitario en el Hospital Universitario de Valera y el electrocardiógrafo se lo llevaron a otro centro de salud «porque no lo necesitaban».

Nunca faltan pacientes

La infraestructura presenta innumerables deficiencias: no tienen agua por una obstrucción de las tuberías, cerraron un ala de consultorios por un cortocircuito y también por filtraciones graves en el techo de zinc.

Bajo ese panorama, aunque sobran los problemas, los pacientes nunca faltan. A principios de año tenían tres médicos generales y dos especialistas. En octubre quedaba uno y, tras salir de vacaciones, nunca volvió.

Queda el ginecólogo, pero con los equipos resguardados del hampa, el servicio se paralizó. Igualmente pasó con el servicio de vacunación, el cual recibe a más de 60 niños a la semana; y las consultas prenatales, de pediatría, medicina preventiva y planificación familiar.

«La población va a quedar desasistida, sin esos servicios. El ginecoobstetra le tocaba el lunes y se le paralizó la consulta. Muchas mujeres se ayudaban con eso. Es una población vulnerable, que no tiene para pagar consulta privada. Aquí se hacían todo, menos el eco. Las vacunas también, venían niños que viven desde la pasarela hasta Makroval» dijo uno de los declarantes.

El ambulatorio, según ellos, no debe cerrar. La solución es remodelarlo, inyectarle recursos y mantenerlo abierto. En cambio, las autoridades lo clausuraron y cambiarán al personal al ambulatorio de Bella Vista, ubicado en otro sector, donde -a juicio de los entrevistados- se atiende una población igual de numerosa.

El CDI tampoco es una opción, porque tiene otros fines y convive con sus propios problemas de servicios básicos y falta de insumos.

«Quienes deben protestar, declarar y pedir explicaciones son los miembros de la comunidad. Nosotros no podemos hacer nada. Cumplimos órdenes. Supuestamente está en proyecto de remodelación, para cuándo, no se sabe» relataron.

Nueva protesta

Este lunes, 4 de noviembre, quienes se oponen al cierre, organizaron una protesta comunitaria para exigir explicaciones a Fundasalud. Desde las 8:00 am, se apostarán frente a la sede y solicitarán sea reactivado. Una última acción para evitar se centralice el sistema de salud pública.

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