El doctor José Esparza Bracho, médico y virólogo venezolano, enfatizó que se debe labrar mucho terreno, en diversas áreas, para poder realizar pruebas a vacunas contra el COVID-19.
“Hace falta un buen esquema epidemiológico para saber en qué poblaciones hay mayor incidencia, hace falta que haya un sistema regulatorio creíble, también que exista creencia en los valores éticos en la población, por ende, en Venezuela no están dadas las condiciones para probar ninguna vacuna, ni científica, ni ética, ni políticamente", dijo el especialista en entrevista concedida al servicio informativo del Colegio Nacional de Periodistas del estado Zulia.
Además, recalcó la carencia de data real sobre la cantidad de infectados que hay en el país, pues, a su juicio, “se oculta la información".
Asimismo, recordó que hace dos semanas la Academia Nacional de Medicina de Venezuela emitió una declaración exponiendo todos lo requerimientos científicos y éticos necesarios que debe cumplir el país para probar cualquier vacuna en Venezuela.
“Para un estudio serio se requerirían reclutar miles de voluntarios. En el caso de Venezuela, si se considera continuar con la prueba de la vacuna, habría que justificarlo desde el punto de vista científico y ético, pero esa discusión no la ha habido", dijo.
Agregó que el gobierno de Nicolás Maduro tomó esta decisión motivado a razones políticas, más que por salud pública.
LEE TAMBIÉN
Conoce la cifra de médicos fallecidos por coronavirus en Venezuela en agosto
El camino a la vacuna
A juicio del especialista, el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19 ha estado influenciado enormemente por la geopolítica global.
“Esto se ha convertido en una piñata a ver quién llega primero y quién da más palo a la piñata para ver quién recoge más juguetes (…) los rusos aprobaron y registraron la vacuna Sputnik V antes de tener los resultados, esto es más político que científico. Igual los chinos, que registraron la vacuna antes de la fase III, esto es inusual", explicó.
Pero también reconoce que la necesidad de obtener una vacuna pronto ha generado inversión en investigación y desarrollo científico, sobre todo en las áreas de biotecnología e ingeniería genética.
Aclara, finalmente, que el poder contar con una vacuna contra el COVID-19 no garantiza inmunidad contra la infección. “Podría fallar en proteger en contra de la infección, pero podría ser efectiva en proteger en contra de la enfermedad", sentenció el virólogo.