En Falcón los pacientes oncológicos están siendo referidos a Maracay y Caracas. En la entidad no hay estadísticas reales de cuántos enfermos con cáncer pueden existir pues, lo mismos pacientes, se van a los centros disponibles con el objeto de prolongar sus vidas.
Desde hace dos años aproximadamente la Unidad de Oncología Dr. Ángel Lugo no presta servicios de radioterapia y gammagrama que presentan desperfectos, además que el acelerador lineal está fuera de funcionamiento hace más de año y medio.
El mantenimiento de estos equipos de alta gama dependen del convenio Argentina – Venezuela y según informó Silfrido Amaya, jefe de Servicio de Radioterapia y Medicina Nuclear del HUC, “esta unidad está en cola para poder obtener una revisión exhaustiva de sus equipos y colocarlo a la disposición de la comunidad de pacientes que lo requieren”.
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La migración de los pacientes con cáncer a otros estados como Zulia, Carabobo, Aragua, Distrito Capital ha sido total, y mientras los aparatos han dejado de funcionar la alternativa ha sido remitir a los pacientes al Oncológico de Aragua y al Hospital Militar en Caracas.
El tema recursos además de la ausencia de medicamentos también pasa factura a los enfermos en la entidad con esta enfermedad terminal, debido a que una persona con esta enfermedad obligatoriamente debe permanecer 15 días en uno de estos centros hospitalarios para poder cumplir con el tratamiento que le indique su médico tratante.
Amaya, hizo mención que “desde hace dos años no se prestan servicios en la unidad de oncología en la región”. Refirió que en mayo del año 2017, se paralizó la gammacámara, equipo con el cual se hace seguimiento en la evolución del cáncer. En julio del mismo año, le tocó en turno al acelerador lineal junto al tomógrafo simulador, sufrir desperfectos que los dejaron fuera de circulación.
Expuso el jefe de servicio de Radioterapia y Medicina Nuclear del Hospital Alfredo Van Grieken, que también se dañó en junio 2018, el equipo de braquiterapia, lo que dejó totalmente fuera de funcionamiento la unidad oncológica.
Con estos tres equipos fuera de circulación el trabajo según explicó Amaya “no se puede trabajar con exactitud ni dosificar las dosis radioactivas que los pacientes necesitan”, por lo que el tratamiento no cumple con los protocolos de seguridad y amerita remitir al paciente a otro centro oncológico.
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