Caracas.- El resultado de la autopsia de la oficial jefe de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Yusneidi Parica, dio un nuevo rumbo a las investigaciones sobre su muerte: a pesar de que su cadáver yacía junto a un frasco de pastillas esparcidas, lo que hizo presumir suicidio, la necropsia arrojó que murió por asfixia mecánica en su residencia en Guarenas, estado Miranda.
La joven de 28 años era madre de una niña de un año y un niño de ocho, también estaba adscrita a la Brigada Motorizada de este cuerpo policial en la ciudad de Caracas. Sus compañeros la describieron como «el alma del equipo», detallaron que constantemente subía videos motivadores a sus redes sociales y en muchos de ellos se veía coreando canciones cristianas.
Recientemente sufrió un episodio de depresión, por lo que pidió reposo médico para cumplir con un tratamiento recetado por un psiquiatra. Policías allegados a ella aseguraron que regresó a su rutina laboral cuando comenzó a sentirse mejor.
El pasado sábado 24 de septiembre, su esposo José Balazarte, también funcionario de la PNB, llamó a la mamá de la joven y luego al Cicpc para reportar que halló a su pareja muerta en su habitación. Aseguró que el cadáver yacía junto a un frasco de antidepresivos.
La policía levantó el cuerpo y lo llevó a la morgue de Bello Monte. Balazarte fue el lunes a laborar, pero los jefes de la brigada a la que pertenecía le informaron que debía ir a la medicatura para recoger el cadáver y aclarar «una situación».
«En la morgue lo estaban esperando para detenerlo, el Cicpc le puso las esposas y lo llevó a rendir declaraciones. Todo esto, porque en la autopsia se reflejó que la causa de la muerte de Yusneidi fue por asfixia mecánica y no por sobredosis», contó una fuente a El Pitazo.
Se conoció que durante los interrogatorios, el funcionario y padre de la hija menor de la víctima confesó que antes de irse de la vivienda, ingirió licor con Parica, a pesar de que lo tenía prohibido debido a la medicación recetada, y sostuvieron una discusión en la que él le apretó del cuello. «Pero yo no la maté», insistió el uniformado, quien supuestamente llegó a su casa luego de varias horas y ya la mujer estaba sin vida.
Balazarte permanece detenido por ser el principal sospechoso, mientras la policía científica continúa con las averiguaciones.
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