Caracas.- Linda Loaiza fue secuestrada el 27 de marzo de 2001 por un hombre llamado Luis Carrera Almoina. Estuvo cautiva por el hombre que luego fue apodado como «El monstruo de los Palos Grandes» por la brutalidad con la que trató a su víctima.
Luego, el 19 de julio de 2001, casi cuatro meses después, la joven de 18 años fue liberada, sin embargo la pesadilla que le hizo vivir su captor a causa de las violaciones y violentas agresiones, no terminó ahí.
Los daños causados al cuerpo y la mente de Linda no fueron pocos, pues al momento de su rescate, los exámenes forenses daban fe del horror que vivió en manos de su agresor.
Hematomas en los párpados con desvío del ojo derecho, triple fractura de mandíbula, traumatismos craneoencefálicos, fractura de costillas, marcas de quemaduras en la piel, deformidad en los labios, mordeduras en las mamas, desgarramientos de la matriz y de un ovario, lesión tumoral del páncreas y graves alteraciones psíquicas, son parte de las consecuencias que dejó el historial de maltratos que recibió durante cuatro meses.
Su situación la llevó a estar por más de un año y medio hospitalizada, ser operada en más de 15 ocasiones para reconstruir su rostro desfigurado.
Qué pasó con el agresor
Los cargos contra Carreira Almoina fueron, homicidio frustrado, violación, privación de libertad y tortura, sin embargo, a solo unos meses de ser condenado y trasladado a Yare, ubicada en Miranda, el 7 de septiembre de 2001, Tribunal 18° de Control del Área Metropolitana de Caracas, a mando de Ángel Zerpa Aponte, le dio casa por cárcel.
Esa situación duró solamente seis años, ya que después de ese tiempo, el hombre salió en libertad plena.
Su expediente pasó por 76 jueces y magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). 38 audiencias diferidas y 59 inhibiciones.
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La necesidad de justicia traspasa fronteras
Linda Loaiza acudió a la Comisión Internacional de Derechos Humanos (Cidh) en 2016, para denunciar su caso y culpar directamente al Estado Venezolano por lo que consideró una injusticia.
Al tomar esta decisión, se convirtió en el primer caso de violencia contra la mujer ocurrido en Venezuela, que llega a la Cidh.
«Lo que le pedí a la corte es que el Estado venezolano sea declarado responsable por la violación a los derechos humanos, porque no cumplió con la debida diligencia ni garantizó el debido proceso. Además hubo violación de mi integridad personal y de mi familia», declaró en febrero de 2018 a BBC Mundo.
17 años después del crimen, su voz fue escuchada
El 16 de noviembre de 2018, la Cidh, declaró responsable al Estado venezolano por violar varias disposiciones de convenciones internacionales, que impidieron hacer justicia en el caso de Loaiza.
La sentencia dispone que el «Estado de Venezuela es responsable por los hechos de tortura y violencia sexual sufridos por Linda Loaiza López Soto, todo ello en violación de varias disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer".
Esta es la primera vez que el organismo internacional responsabiliza a un Estado por el hecho cometido por un particular.
Actualmente, Linda Loaiza es abogada y sobreviviente de uno de los ataques violentos más sonados de la historia contemporánea del país. Escribió un libro en el que narra el proceso de su lucha para que se hiciera justicia por su sufrimiento. Dedicó la publicación a las mujeres que luchan contra el patriarcado y sometimiento de los Estados.