Acarigua.- Mariel Dayana Aguilar era la sexta de siete hermanas. Tres de ellas se encontraban este viernes, 29 de abril, en las puertas de la morgue del Hospital Universitario Dr. Jesús María Casal Ramos, de Acarigua-Araure, en Portuguesa, esperando recibir su cadáver, con heridas cortantes en el cuello y otras partes del cuerpo.
Desconsolados, las hermanas y su padre, Pedro Zambrano, así como el resto de familiares y amigos que iban llegando, no podían creer aún lo que había sucedido un día antes. Aproximadamente a las 5:00 pm del jueves 28, Mariel Dayana fue asesinada por Juan Carlos Camejo Rojas, con quien vivió casada desde los 16 años, la mitad de su vida, hasta su último día.
Con Camejo Rojas, Mariel Dayana tuvo sus dos hijos, un varón que hoy tiene 16 años y una hembra de 13. Aunque los esposos estaban separados, todos vivían en un townhouse de la urbanización Terrazas de San José, en Araure, el mismo lugar donde ocurrió el crimen, el segundo femicidio que se registra este 2022 en Portuguesa.
«Él nunca se quiso ir de la casa, pero estaban separados», contaron los familiares de la joven de 32 años a El Pitazo. Aseguraron que jamás creyeron que Juan Carlos Camejo sería capaz de quitarle la vida a Mariel Dayana, pese a los episodios de violencia y el hostigamiento que el hombre ya demostraba contra su esposa.
Luego de la tragedia, y de los comentarios que surgieron entre todos, la familia se dio cuenta de que la esposa padeció un infierno en vida, pero nunca lo hizo público. Unos 15 días antes del suceso, Camejo Rojas la encerró en su habitación y abusó de ella; sin embargo, no se atrevió a denunciarlo. Solo se lo contó a un allegado.
«No sabemos por qué no lo denunció si la misma familia de él le decía que lo dejara», se preguntaba una de las hermanas, también, y con mucho lamento, las otras hermanas y el padre, conscientes de que si lo hubiera hecho, la historia que aquí contamos podría haber sido otra.
En dos ocasiones, Mariel Dayana Aguilar había intentado dejar a Camejo Rojas, pero «ahora estaba más decidida», según decía. Con la determinación y firmeza de comenzar una nueva vida, la joven madre se centraba en su trabajo. Se había convertido en la mejor estilista de un salón de belleza ubicado en el centro comercial Buenaventura, el más grande de Acarigua-Araure.
«Estaba más bonita, se arreglaba y trabajaba más. Como estaba haciendo dinero, Juan Carlos Camejo le decía que ahora ella debía mantenerlo a él, porque por muchos años fue al revés», dijo un miembro de la familia, quien afirmó que todo esto pareció haber despertado la ira del esposo.
El pasado jueves, cuando se registró el crimen, los esposos estaban encerrados en la vivienda. Los gritos que se escucharon a las afueras alertaron a los vecinos, quienes rompieron la puerta principal para saber qué había ocurrido y ayudar.
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En una de las habitaciones, en la segunda planta de la casa, encontraron a la mujer y al esposo ensangrentados. El hombre impidió que las personas que irrumpieron al lugar, incluyendo los familiares, auxiliaran a la joven. Debieron luchar con él, aún herido, para que la soltara.
Ella murió antes de llegar al hospital, mientras que él continúa en la emergencia del centro asistencial, esposado a la camilla, con heridas en las muñecas y en el cuello, infligidas con el mismo exacto con el que asesinó a su esposa.
El hombre le dijo a sus propios familiares que no durará mucho con vida. Ahora se encuentra custodiado por funcionarios policiales y a la orden del Ministerio Público. Por el cargo de femicidio agravado, estipulado en el artículo 58 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, Juan Carlos Camejo Rojas podría enfrentar hasta 30 años de prisión, pena máxima establecida en Venezuela.
Consternación
Desde que se supo del asesinato de Mariel Dayana Aguilar, y las circunstancias en que se registraron los hechos, la consternación se aprecia en los habitantes de Acarigua-Araure. El suceso ha sido repudiado por las organizaciones estatales y las no gubernamentales que defienden los derechos de las mujeres y los humanos en general.
El comisario Kelvin López, jefe de la delegación municipal Acarigua del Cuerpo de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), informó a El Pitazo que desde enero y hasta el 29 de abril de este 2022, el organismo policial ha recibido 58 denuncias de violencia contra la mujer.
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«La delegación municipal Acarigua cuenta con una coordinación de delitos contra las personas, y allí trabaja un equipo multidisciplinario para la investigación y el tratamiento de estos casos de violencia contra la mujer. Hay investigadores, técnicos, psicólogos, todos a disposición de las víctimas», aseguró López.
El jefe policial indicó que en estos 58 casos, los perpetradores o agresores han sido detenidos y ahora están procesados y a la orden del Ministerio Público. 12 detenciones han ocurrido en este último mes. «Nuestro llamado es constante a las víctimas para que denuncien y no se queden calladas», exhortó el funcionario policial.