De acuerdo con la investigación periodística Chavismo Inc, un grupo de funcionarios y exfuncionarios de los gobiernos de Venezuela y Bolivia se hicieron con el control de la principal empresa agroexportadora de soya de Bolivia. Los recursos para la compra fueron obtenidos en calidad de préstamo a una filial de Pdvsa como parte de una cooperación económica de más de 5.000 millones de dólares entre ambos países.