La justicia estadounidense destapó el presunto esquema fraudulento en el que Raúl Gorrín estuvo envuelto por años, que involucró pagos multimillonarios a funcionarios del gobierno de Hugo Chávez. El empresario podría cumplir una pena máxima de 45 años de cárcel por lavado de dinero y conspirar para ello. La fortuna que amasó en Venezuela y que materializó en Estados Unidos se desmorona tras la orden de confiscar sus más de veinte propiedades