Todavía se desconoce el número total de fallecidos por el derrumbe en la mina Bulla Loca, en Bolívar. Foto: Fritz Sánchez vía X

Un número aún no precisado de personas muertas y otras que quedaron bajo el lodo es el resultado de un derrumbe ocurrido el martes 20 de febrero en la mina “Bulla Loca”, ubicada en La Paragua, estado Bolívar.

Yorgi Arciniega, alcalde del municipio Angostura, confirmó a CNN en Español que hasta este miércoles 21 hay, al menos, 30 muertos, mientras cientos de personas siguen buscando a sus familiares en la zona.

Otras versiones hablan de 14 muertos hasta ahora.

Para entender la magnitud de la tragedia (que no es la primera de este tipo en el país) es necesario conocer algunos de los términos usados en medio de la extracción minera, que, como describe el Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP), es una actividad devastadora en desarrollo.

¿Qué es una “bulla”?

Una “bulla” se refiere a un nuevo yacimiento de oro o diamantes. En el caso de Bulla Loca, el oro es el que atrae a muchas personas a excavar.

¿Qué es un “corte”?

Se refiere a una excavación que, dependiendo de la cantidad de mineral que se vaya encontrando, va evolucionando en tamaño y profundidad.

Según reportan familiares de los mineros en Bulla Loca, el corte de esa mina era de unos 35 metros de profundidad cuando “el barranco del depósito cedió” dejó a los mineros abajo.

En Bulla Loca también cedió un segundo “corte”, lo que dejó a más personas heridas bajo la tierra.

Para los mineros, suele ser sinónimo de “barranco”, un hueco en la tierra cuya profundidad puede variar desde los 15 hasta los 80 metros, de acuerdo con el sitio web del Ministerio del Poder Popular de Desarrollo Minero Ecológico de la administración de Nicolás Maduro.

¿Qué son “mineros artesanales”?

Es una categoría en la escala de actividad minera dispuesta por el Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico, que reúne de 1 a 9 personas naturales “que se dedican habitualmente a la explotación y/o beneficio directo de minerales, dentro de un área establecida para uso minero y bajo la regulación jurídica vigente, única y exclusivamente con la utilización de herramientas básicas para las labores primarias de la minería, además de utilizar poca inversión”.

Según testigos, Bulla Loca tenía alrededor de un año de antigüedad y trabajaban mineros artesanales que, como se ve en los vídeos difundidos, contaban con pocas herramientas incluso para una labor de rescate.

Del Arco Minero del Orinoco a los parques nacionales

El Arco Minero del Orinoco (AMO) es el proyecto con el que el gobierno venezolano ha promovido las operaciones mineras, pero que ha traspasado hasta llegar incluso hasta las áreas protegidas o parques nacionales de Venezuela.

Datos del Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) muestran que existen múltiples focos de extracción de minerales, cuya actividad minera no está limitada a la minería metálica “sino que incluye a la extracción de recursos no metálicos como las arenas, el sílice, el yeso, el carbón, las calizas, el mármol, el cuarzo, entre otros”.

Asimismo, hay “operaciones de extracción caótica” que no cuentan con ninguna regulación o contraloría y, además, impulsan economías ilícitas y grupos armados.

Como ejemplo, la mina Bulla Loca está “bajo el control de la megabanda criminal de ‘El Ciego’ y Nelson ‘El Caracas’”, según información de testigos en la zona.

El OEP ha enumerado varios de los impactos que la minería deja en el ambiente, la sociedad y la cultura. Solo en el AMO, desde 2021, se han reportado eventos como:

  • Desplazamiento forzado de pueblos indígenas y población criolla
  • Asesinatos y desapariciones
  • Casos de esclavitud moderna
  • Incursión y permanencia de grupos armados irregulares
  • Aumento de casos de violencia de género en las zonas mineras
  • Deforestación y destrucción de ecosistemas acuáticos y terrestres
  • Contaminación con mercurio por bioacumulación en organismos y por dispersión ambiental en ecosistemas acuáticos y las cuencas hidrográficas en general

La organización Clima 21, en su informe publicado en febrero de este año, estimó que al menos 30 ríos al sur de Venezuela sufren daños por la minería, en 16 se conoce la presencia de balsas mineras y, la misma actividad, realizada sin estándares mínimos de seguridad, ha afectado la salud de los pobladores en zonas que deberían ser protegidas por ley.

En diciembre de 2023, 12 personas murieron tras el derrumbe de una mina en San José de Wadamapa, en el estado Bolívar, una tragedia que ya había sido alertada por un “desbarrancamiento” el mes anterior.

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