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El Manchester City es el campeón de Europa. Con un golazo del español Rodrigo Hernández y una actuación redonda, el Manchester City derrotó por la mínima al Inter de Milán para ganar por primera vez en su historia la Champions League.

En un partido que se jugó en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul, en Turquía que se mantuvo 0-0 la mayoría del encuentro, los ciudadanos alcanzaron la gloria europea y cerraron con broche de oro una temporada memorable.

¿Cómo llegaban los clubes a la final?

El Manchester City buscaba levantar por primera vez en su historia la codiciada orejona, mientras que el Inter aspiraba a conseguir por cuarta vez el trofeo tras 12 años de sequía en la competición europea.

Los citizens, de la mano de su entrenador Pep Guardiola, ya habían logrado coronarse en la Premier League y la F.A Cup de Inglaterra esta campaña. Por lo que esta presea significa el primer triplete en la historia del Manchester City.

El Inter en esta temporada fue campeón de la Copa Italia, pero quedó de tercero en su liga local. La mayor motivación de los italianos en esta final era alcanzar al Ajax de Holanda como el quinto conjunto con más Champions en su palmarés.

Formaciones y planteamientos de juego

Guardiola planteó un partido enfocado en la movilidad de sus mediocampistas y un doble cinco en el centro de la cancha para poder controlar de la mejor forma posible el juego.

Ederson fue el elegido para custodiar la arquería de los de Manchester, junto al arquero brasileño se formaron como es costumbre Nathan Ake, Rubén Dias y Manuel Akanji.

En el centro del campo Rodrigo Hernández y John Stones fueron los encargados de conducir el balón como contenciones. Más adelante se situaron Bernardo Silva, Ilkay Gundogan, Kevin De Bruyne y Jack Grealish.

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Sin embargo, a los 30 minutos De Bruyne sufrió un golpe y tras un rato tuvo que salir debido a las molestias. Phil Foden fue quien lo reemplazó, pero con la salida de De Bruyne se notó un cambio para mal en el City.

Arriba del todo y con el único objetivo de aprovechar el juego colectivo de sus compañeros, el noruego Erling Haaland fue el único delantero del cuadro que saltó al campo del Estadio Olímpico Atatürk como el favorito.

Pese a solo usar a un atacante puro, el potencial ofensivo de Haaland fue suficiente para crear peligro cada vez que las líneas de City subían y la pelota se acercaba al área de los neroazurris.

Simone Inzaghi optó por una formación enfocada en el ataque y que aprovecha a los carrileros de los laterales para apoyar a los artilleros en la ofensiva.

Los de Milán se plantaron en la cancha con André Onana en la portería y una defensa de cuatro conformada por Matteo Darmian, Francesco Acerbi y Alessandro Bastoni.

Denzel Dumfries y Federico Dimarco también se posicionaron en la parte baja del campo, sin embargo, al estar desplegados en las bandas sirvieron como dos atacantes extras para el Inter.

En el mediocampo Nicolo Barella, Marcelo Brozovic y Hakan Calhanoglu se encargaron de distribuir el juego y encontrar espacios para que los delanteros pudieran marcar.

En la punta, la efectiva dupla del campeón del mundo con Argentina Lautaro Martínez y el Bosnio Edin Dzeko fue la encargada de poner en aprietos a la defensa del City cada vez que el esférico llegaba a sus pies.

El Inter aguantó al City en el primer tiempo

La estrategia de Guardiola rindió frutos durante los primeros 45 minutos del compromiso, pues se notó a un Manchester City cómodo y que supo como manejar el medio del campo para controlar la posesión de la pelota.

El doble cinco conformado por Rodri y Stones no permitió que los neroazurris pudieran avanzar hacia el área del City con facilidad. El Inter tuvo que conformarse con aprovechar los pocos espacios que concedieron los de celeste.

Haaland cumplió con creces su función y cada vez que la jugada llegaba a él las alarmas se encendían en el arco de Onana. Sin embargo, el arquero de Camerún y los zagueros del Inter de Milán reaccionaron a tiempo para evitar el gol del City.

Sin embargo, tras la salida la lesión de De Bruyne el club de Milán se notó más suelto y al City se le veía menos efectivo en líneas generales. El peso de la creación de juego recayó en İlkay Gündoğan, quien en un inicio tuvo difícil encontrar espacios.

Los nerazzurri comenzaron a llegar al arco de Ederson, pero la zaga del City evitó que su equipo se fuera al descanso por detrás en el marcador y mantuvieron la paridad.

El City presionó hasta marcar

En el inicio del segundo tiempo los de Inzaghi mantuvieron el control parcial y lograron llegar al área de los ciudadanos en un par de ocasiones. Sin embargo, a medida que avanzaban los minutos el City recuperó la iniciativa.

Foden fue adaptándose poco a poco y supo cómo solventar la ausencia de Kevin De Bruyne. El mediocampista inglés comenzó a manejar más el balón y fue determinante para la creación de las jugadas más claras de los Citizens.

El City también se apropió de las bandas y obligó al Inter a retroceder. Al 68, la ofensiva celeste llegó al área pese a la presión neroazzuris y tras una serie de rebotes apareció el héroe de la velada para los ciudadanos: Rodri.

El español recibió un pase hacia atrás y de un remate de primera la mandó a guardar para poner el uno a cero a favor del City. Todo el equipo, desde los jugadores hasta los directivos saltaron al campo para celebrar la diana del español.

Lejos de conformarse y bajar la intensidad, el Inter buscó de inmediato empatar todo de nuevo. Lautaro Martínez y el recién ingresado Romelu Lukaku llegaron al arco de los ingleses pero Ederson no permitió que los italianos igualaran la pizarra.

Al 88 los hinchas del Inter se levantaron de sus asientos y se llevaron las manos a la cabeza, pues Lukaku tuvo en su cabeza el empate. Sin embargo, Ederson reaccionó con los reflejos de un gato y le negó el tanto al belga.

El Inter lo intentó hasta el final, pero el Manchester City cerró sus líneas y cuando el árbitro pitó todo el equipo corrió a la cancha para celebrar que se convirtieron en los campeones de la UEFA Champions League 2022-2023.

Tras 144 años desde su fundación, el Manchester City levantó su primera orejona en su historia y el encargado de alzar el prestigioso trofeo fue su capitán: el alemán İlkay Gündoğan.