Aunque esta tecnología data ya de más de 20 años, este 2025 Venezuela comienza a dar los primeros pasos para el uso del sistema NFCNear Field Communication o «comunicación de campo cercano») en la banca nacional, que permite hacer pagos electrónicos sin contacto a través de dispositivos como teléfonos inteligentes.

En un movimiento que busca modernizar y acelerar la transformación del sector financiero venezolano, la red interbancaria Suiche 7B ha integrado la tecnología en las plataformas de pago móvil de cuatro entidades clave: Banco de Venezuela, BNC, Bancaribe y Bancamiga.

Esta innovación, que ya lleva más de dos décadas en el mundo, promete simplificar las transacciones cotidianas al eliminar la necesidad de teclear números o escanear códigos, bastando con un simple roce entre celulares.

«Ver cómo el NFC S7B se incorpora a los apps de estos bancos es un hito que va más allá de lo técnico; es una respuesta real a las demandas de rapidez y comodidad de los usuarios venezolanos», declaró Madelein Suárez, presidenta ejecutiva de Suiche 7B.

Suárez enfatizó que esta herramienta no solo agiliza los pagos, sino que fortalece la seguridad al reducir errores humanos y exposiciones innecesarias.

Cómo funciona

El NFC opera mediante ondas de radio de corto alcance, permitiendo que dos dispositivos intercambien datos en fracciones de segundo. En el contexto de pagos móviles, el proceso es intuitivo: el usuario accede a su app bancaria, selecciona la opción NFC, ingresa el monto y aproxima su teléfono al del receptor. Un pitido confirma la operación, similar a las alertas de redes sociales, lo que añade un toque accesible y confiable.

Inicialmente, soporta transferencias persona a persona (P2P) y persona a comercio (P2C), con planes para incluir cobros de comercios a personas (C2P) en etapas posteriores.

Esta novedad complementa el ecosistema de pagos digitales en Venezuela, que ha evolucionado rápidamente desde la digitación manual hasta el uso de QR –implementado por Suiche 7B hace menos de dos años– y ahora al contacto sin fricciones.

«Pasamos de escribir cédulas a escanear un código, y hoy a una transferencia invisible. Es un avance que minimiza fallos y acelera todo, ideal para escenarios como el pago de pasajes en buses o compras en mercados», ilustró Suárez, recordando cómo el QR ya se ha popularizado en mototaxis y farmacias, con códigos impresos en accesorios cotidianos.