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¿Se proyectaba la dolarización venezolana hace una década, cuando murió Hugo Chávez? (IV)

ECONOMÍA · 5 MARZO, 2023 18:53

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Margaret López


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Después de la muerte de Hugo Chávez Frías hubo varios cambios en la economía venezolana, pero ninguno tan profundo y con tanto protagonismo como la dolarización y la relación de los venezolanos con la moneda estadounidense.

Aquel “dólar permuta”, que era necesario combatir y eliminar, pasó a ser “una válvula de escape” en el discurso oficial del chavismo. Aunque el cambio más importante fue que los dólares dejaron de ser un asunto sólo para aquellos venezolanos con empresas, bonos de la deuda o cuentas en el extranjero. Ahora los billetes con presidentes estadounidenses reinan en los supermercados, las farmacias, las tiendas y hasta las camionetas del transporte público.

Doalrización venezolana

Las ofertas se exhiben con precios en dólares en Sabana Grande | Foto: Mairet Chourio

¿Era posible proyectar esta dolarización venezolana hace una década?

— Era impensable
— Para nada

Las respuestas de los economistas dejan claro cuánto cambió el panorama económico tras la muerte del líder y fundador del chavismo. Su sorpresa también evidencia la cadena de giros que navegó el país para llegar hasta este punto, en donde los venezolanos elevan quejas diarias a los comerciantes que no tienen para ofrecerles vuelto con billetes de 1 o 5 dólares.

La vieja referencia dolarizada

La relación de los venezolanos con el dólar es de larga data. Después de aquel “Viernes Negro de 1983”, la moneda estadounidense se convirtió en una referencia permanente en las conversaciones económicas de los venezolanos y también a la hora de comprar viviendas o, incluso, para alquilarlas.

“No era descabellado que tuviéramos al dólar como referencia. Había unos vínculos por el petróleo y Estados Unidos era el máximo socio comercial de Venezuela. Desde allí, provenía la mayoría de las importaciones y Florida era uno de los principales destinos turísticos. Pero también porque teníamos operaciones cambiarias rutinarias con la Reserva Federal”, explicó el economista Hermes Pérez, en entrevista con Efecto Cocuyo.

Si bien Chávez mantuvo siempre unas relaciones diplomáticas tirantes con los Estados Unidos, aguas abajo se mantenía el nexo institucional entre el Banco Central de Venezuela (BCV) y la Reserva Federal, que es la máxima autoridad bancaria en el país norteamericano.

Durante los 13 años del mandato presidencial de Hugo Chávez y los primeros 4 años del gobierno de Nicolás Maduro, se mantuvo una rutina entre el BCV y la Reserva Federal para el envío y la recepción de dólares en efectivo.

“Con el permiso de la Ofac (Oficina de Control de Activos en el Extranjero) y de la aduana de Estados Unidos, se importaban dólares. Se les preguntaba a los bancos y las casas de cambio qué piezas del cono monetario estadounidense necesitaban. Cuántas piezas de 100 o de 50. Se colectaban también las piezas deterioradas y nos mandaban nuevas”, recordó Pérez, quien trabajó en el BCV durante más de una década y llegó a ocupar el cargo de Jefe de la Mesa de Cambio.

El proceso rutinario de importación de dólares en efectivo se mantuvo en el BCV hasta el año 2017. Esta dinámica es la que siguen otros países latinoamericanos como Ecuador y Panamá, para contar con los billetes estadounidenses y mantener su dolarización interna.

En Venezuela, en cambio, esta opción de importar dólares en efectivo no está disponible, porque el BCV está sancionado por la Ofac desde el año 2019. Irónicamente es ahora cuando más los venezolanos necesitan de este intercambio oficial de monedas.  

El cóctel de la hiperinflación y las sanciones  

Cuando se indaga por las causas que impulsaron esta “dolarización de facto” como se conoce al proceso en los libros académicos, suele nombrarse a la hiperinflación que empezó también en el año 2017. Otros apuntan a la desconfianza del bolívar como moneda nacional, pero en la lista hay que incluir, además, a las sanciones estadounidenses que llegaron a un punto máximo en 2019.

“Antes tenías un subsidio cambiario que impulsaba era a sacar los dólares, porque era más rentable. No había un incentivo real para usar los dólares en Venezuela, salvo para adquirir un bien durable como una vivienda. Tampoco se tenía un sistema de precios tan empobrecedor, pero con la hiperinflación cambiaron muchos factores”, apuntó el economista jefe de Ecoanalítica, Luis Arturo Bárcenas, en entrevista para Efecto Cocuyo.

Dolarización venezolana

La circulación de dólares en efectivo es masiva en Venezuela | Foto: Archivo

El cálculo de la firma Ecoanalítica es que circulan entre 2.500 y 3.000 millones de dólares en efectivo en el país en la actualidad. Esto incluye desde el dinero corriente que guardan los trabajadores en sus casas, hasta aquellos que perciben los comerciantes y que no pueden enviar al extranjero de forma sencilla.  

La profundidad de la dolarización no puede entenderse sin sumar también las limitaciones impuestas por la Ofac a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el propio BCV y a una larga lista de figuras del chavismo.  

“Encontrarse con la mitad de las transacciones pagadas en dólares es muy común en las economías bimonetarias o dolarizadas parcialmente. Pero hay una diferencia radical que tiene la dolarización venezolana y es que aquí no se pueden trasladar los recursos hacia el exterior de forma fluida como en Perú o Bolivia, cuando salían de su hiperinflación. Hay un alto costo de esas transacciones por las sanciones”, resaltó Bárcenas.

El impacto de las sanciones estadounidenses también se extiende, de algún modo, al ciudadano común. Por ejemplo, los comerciantes venezolanos enfrentan varias limitaciones a la hora de cancelar una compra a sus proveedores extranjeros, porque sólo un par de bancos nacionales cuentan con un corresponsal para hacer una transferencia internacional. Esto termina por elevar los costos y presiona a que ese dinero en dólares se invierta en el país.  

Los giros de Maduro

Quizás de estas inversiones represadas hablaba el gobernante Nicolás Maduro, cuando le confesó al periodista José Vicente Rangel que el dólar era “una válvula de escape, gracias a Dios existe” en noviembre de 2019. Su administración, por eso, decidió avanzar para promover el uso interno de los dólares y flexibilizar el control cambiario que había creado su líder en el año 2003.

Se derogó la vieja Ley de Ilícitos Cambiarios, que fijaba multas por más de 20.000 dólares a quienes anunciaran o divulgaran otra tasa de cambio diferente a la oficial. Se fijó un encaje legal bancario restrictivo para impedir que se sacaran créditos bolívares para comprar «dólares baratos».

Se reformó el Convenio Cambiario N°1 para permitirle a las personas naturales comprar hasta más de 8.500 dólares en efectivo al año y, más importante, se autorizó la creación de unas nuevas cuentas bancarias que promueven los depósitos de los dólares en efectivo y los pagos con las tarjetas de débito.

“Un punto para medir la dolarización venezolana es el crecimiento exponencial que tuvieron estas cuentas de libre convertibilidad. Esta tendencia nos presagia que esto de la dolarización llegó para quedarse a corto y a mediano plazo y no hay vuelta atrás”, remarcó Pérez.

Las estadísticas de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) mostraron que 57% de los depósitos de la banca estaban denominados en divisas, para diciembre de 2022. Esto supone que más de la mitad del volumen del dinero contabilizado se guarda con los rostros de los presidentes estadounidenses. Por donde se le mire es una derrota para la defensa del bolívar y de las premisas nacionalistas de Hugo Chávez Frías.

Foto principal: Mairet Chourio

ECONOMÍA · 5 MARZO, 2023

¿Se proyectaba la dolarización venezolana hace una década, cuando murió Hugo Chávez? (IV)

Texto por Margaret López

Después de la muerte de Hugo Chávez Frías hubo varios cambios en la economía venezolana, pero ninguno tan profundo y con tanto protagonismo como la dolarización y la relación de los venezolanos con la moneda estadounidense.

Aquel “dólar permuta”, que era necesario combatir y eliminar, pasó a ser “una válvula de escape” en el discurso oficial del chavismo. Aunque el cambio más importante fue que los dólares dejaron de ser un asunto sólo para aquellos venezolanos con empresas, bonos de la deuda o cuentas en el extranjero. Ahora los billetes con presidentes estadounidenses reinan en los supermercados, las farmacias, las tiendas y hasta las camionetas del transporte público.

Doalrización venezolana

Las ofertas se exhiben con precios en dólares en Sabana Grande | Foto: Mairet Chourio

¿Era posible proyectar esta dolarización venezolana hace una década?

— Era impensable
— Para nada

Las respuestas de los economistas dejan claro cuánto cambió el panorama económico tras la muerte del líder y fundador del chavismo. Su sorpresa también evidencia la cadena de giros que navegó el país para llegar hasta este punto, en donde los venezolanos elevan quejas diarias a los comerciantes que no tienen para ofrecerles vuelto con billetes de 1 o 5 dólares.

La vieja referencia dolarizada

La relación de los venezolanos con el dólar es de larga data. Después de aquel “Viernes Negro de 1983”, la moneda estadounidense se convirtió en una referencia permanente en las conversaciones económicas de los venezolanos y también a la hora de comprar viviendas o, incluso, para alquilarlas.

“No era descabellado que tuviéramos al dólar como referencia. Había unos vínculos por el petróleo y Estados Unidos era el máximo socio comercial de Venezuela. Desde allí, provenía la mayoría de las importaciones y Florida era uno de los principales destinos turísticos. Pero también porque teníamos operaciones cambiarias rutinarias con la Reserva Federal”, explicó el economista Hermes Pérez, en entrevista con Efecto Cocuyo.

Si bien Chávez mantuvo siempre unas relaciones diplomáticas tirantes con los Estados Unidos, aguas abajo se mantenía el nexo institucional entre el Banco Central de Venezuela (BCV) y la Reserva Federal, que es la máxima autoridad bancaria en el país norteamericano.

Durante los 13 años del mandato presidencial de Hugo Chávez y los primeros 4 años del gobierno de Nicolás Maduro, se mantuvo una rutina entre el BCV y la Reserva Federal para el envío y la recepción de dólares en efectivo.

“Con el permiso de la Ofac (Oficina de Control de Activos en el Extranjero) y de la aduana de Estados Unidos, se importaban dólares. Se les preguntaba a los bancos y las casas de cambio qué piezas del cono monetario estadounidense necesitaban. Cuántas piezas de 100 o de 50. Se colectaban también las piezas deterioradas y nos mandaban nuevas”, recordó Pérez, quien trabajó en el BCV durante más de una década y llegó a ocupar el cargo de Jefe de la Mesa de Cambio.

El proceso rutinario de importación de dólares en efectivo se mantuvo en el BCV hasta el año 2017. Esta dinámica es la que siguen otros países latinoamericanos como Ecuador y Panamá, para contar con los billetes estadounidenses y mantener su dolarización interna.

En Venezuela, en cambio, esta opción de importar dólares en efectivo no está disponible, porque el BCV está sancionado por la Ofac desde el año 2019. Irónicamente es ahora cuando más los venezolanos necesitan de este intercambio oficial de monedas.  

El cóctel de la hiperinflación y las sanciones  

Cuando se indaga por las causas que impulsaron esta “dolarización de facto” como se conoce al proceso en los libros académicos, suele nombrarse a la hiperinflación que empezó también en el año 2017. Otros apuntan a la desconfianza del bolívar como moneda nacional, pero en la lista hay que incluir, además, a las sanciones estadounidenses que llegaron a un punto máximo en 2019.

“Antes tenías un subsidio cambiario que impulsaba era a sacar los dólares, porque era más rentable. No había un incentivo real para usar los dólares en Venezuela, salvo para adquirir un bien durable como una vivienda. Tampoco se tenía un sistema de precios tan empobrecedor, pero con la hiperinflación cambiaron muchos factores”, apuntó el economista jefe de Ecoanalítica, Luis Arturo Bárcenas, en entrevista para Efecto Cocuyo.

Dolarización venezolana

La circulación de dólares en efectivo es masiva en Venezuela | Foto: Archivo

El cálculo de la firma Ecoanalítica es que circulan entre 2.500 y 3.000 millones de dólares en efectivo en el país en la actualidad. Esto incluye desde el dinero corriente que guardan los trabajadores en sus casas, hasta aquellos que perciben los comerciantes y que no pueden enviar al extranjero de forma sencilla.  

La profundidad de la dolarización no puede entenderse sin sumar también las limitaciones impuestas por la Ofac a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el propio BCV y a una larga lista de figuras del chavismo.  

“Encontrarse con la mitad de las transacciones pagadas en dólares es muy común en las economías bimonetarias o dolarizadas parcialmente. Pero hay una diferencia radical que tiene la dolarización venezolana y es que aquí no se pueden trasladar los recursos hacia el exterior de forma fluida como en Perú o Bolivia, cuando salían de su hiperinflación. Hay un alto costo de esas transacciones por las sanciones”, resaltó Bárcenas.

El impacto de las sanciones estadounidenses también se extiende, de algún modo, al ciudadano común. Por ejemplo, los comerciantes venezolanos enfrentan varias limitaciones a la hora de cancelar una compra a sus proveedores extranjeros, porque sólo un par de bancos nacionales cuentan con un corresponsal para hacer una transferencia internacional. Esto termina por elevar los costos y presiona a que ese dinero en dólares se invierta en el país.  

Los giros de Maduro

Quizás de estas inversiones represadas hablaba el gobernante Nicolás Maduro, cuando le confesó al periodista José Vicente Rangel que el dólar era “una válvula de escape, gracias a Dios existe” en noviembre de 2019. Su administración, por eso, decidió avanzar para promover el uso interno de los dólares y flexibilizar el control cambiario que había creado su líder en el año 2003.

Se derogó la vieja Ley de Ilícitos Cambiarios, que fijaba multas por más de 20.000 dólares a quienes anunciaran o divulgaran otra tasa de cambio diferente a la oficial. Se fijó un encaje legal bancario restrictivo para impedir que se sacaran créditos bolívares para comprar «dólares baratos».

Se reformó el Convenio Cambiario N°1 para permitirle a las personas naturales comprar hasta más de 8.500 dólares en efectivo al año y, más importante, se autorizó la creación de unas nuevas cuentas bancarias que promueven los depósitos de los dólares en efectivo y los pagos con las tarjetas de débito.

“Un punto para medir la dolarización venezolana es el crecimiento exponencial que tuvieron estas cuentas de libre convertibilidad. Esta tendencia nos presagia que esto de la dolarización llegó para quedarse a corto y a mediano plazo y no hay vuelta atrás”, remarcó Pérez.

Las estadísticas de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) mostraron que 57% de los depósitos de la banca estaban denominados en divisas, para diciembre de 2022. Esto supone que más de la mitad del volumen del dinero contabilizado se guarda con los rostros de los presidentes estadounidenses. Por donde se le mire es una derrota para la defensa del bolívar y de las premisas nacionalistas de Hugo Chávez Frías.

Foto principal: Mairet Chourio

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