El estadounidense Joshua Holt, que estuvo preso en Venezuela donde el gobierno lo acusó de ser un espía de la CIA, demandó al gobernante Nicolás Maduro en una corte federal de Miami (EEUU), donde presentó un documento de 99 páginas en los que detalla las torturas que sufrió durante su encarcelamiento por más de un año en el país.
La agencia de noticias AP dio a conocer la noticia en la que Holt dice que lo sometieron a una «falsa ejecución». Tras su detención lo llevaron a una instalación abandonada, lo colocaron contra una pared y un supuesto pelotón de fusilamiento simuló que le disparaban, escribe el periodista Joshua Goodman sobre la demanda que introdujo Holt contra Maduro.
“Fue una ejecución falsa: las armas no estaban cargadas”, dice la demanda, según la agencia de noticias estadounidense. Cita declaraciones del estadounidense en las que pensó «aquí es donde voy a morir, uno de esos policías va a tener una bala».
Holt viajó a Venezuela en el año 2016 para contraer matrimonio con una venezolana que conoció por Internet. Ambos son mormones. Sin embargo, al poco tiempo de llegar al país funcionarios armados lo detuvieron a él y su esposa dentro de una vivienda.
A ella, Thamy Holt, la presionaron tras su detención para que confesara que su esposo era un espía de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA por sus siglas en inglés).
En la demanda, Holt alega daño psicológico y exige una indemnización monetaria.
También cuenta que en los primeros seis meses de encarcelamiento perdió 27 kilos, sufrió de piedras en los riñones, bronquitis y un «doloroso diente roto mientras se encontraba recluido en una pequeña y fétida celda que no contaba con inodoro. El tratamiento médico era prácticamente inexistente».
Cuándo liberaron a Joshua Holt
A Holt lo liberaron después de la mediación del senador republicano por el estado de Utah, Orrin G. Hatch, de donde es oriundo el estadounidense. Lo detuvieron en junio de 2016 y su liberación ocurrió en mayo de 2018.
En una entrevista que concedió a un medio de su país poco después de su liberación, Holt contó cómo fue vivir encarcelado en una prisión venezolana.
“Al principio fue horrible. Me metieron en una celda que no era más grande que lo que sería una cama doble. Habían cubierto la puerta con una bolsa de plástico, así que no estaba recibiendo mucho aire. Fue súper, súper caliente. Así que literalmente estaba tirado en el suelo, solo en ropa interior y sudando mientras las cucarachas se arrastraban sobre mí. Nunca me sacaron para ir al baño, así que si tenía que usar el baño, o tenía una botella o un periódico. Podía elegir”.