Al menos 41 reclusas murieron este martes en una prisión hondureña para mujeres.
Las víctimas estaban recluidas en el Centro Femenino de Adaptación Social, ubicado a unos 20 kilómetros de Tegucigalpa, informaron las autoridades.
Las prisioneras fallecieron «en su mayoría calcinadas y otras tiroteadas», dijo el portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, a la agencia de noticias Reuters.
Aunque el funcionario no dio detalles sobre el origen del incidente, familiares de las víctimas atribuyeron la violencia a un enfrentamiento entre reclusas de pandillas rivales.
En su cuenta de Twitter, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, dijo estar «conmocionada» por el»monstruoso asesinato de mujeres» en la prisión.
La mandataria aseguró que fue «planificado por maras a vista y paciencia de autoridades de seguridad».
Castro convocó «a rendir cuentas» al Ministro de Seguridad y a la presidenta de la Comisión Interventora. «¡Tomaré medidas drásticas!», añadió.
La prisión dispone de una sala donde hay 23 niños que son hijos de las reclusas, indicó Evelyn Escoto, Comisionada del Centro Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes de Honduras.
Familiares de las presidiarias acudieron a las puertas del penal para solicitar información sobre sus parientes.
La presidenta de una asociación de familiares de presos, Delma Ordóñez, dijo que durante la madrugada se dio un enfrentamiento entre miembros de las pandillas rivales Barrio 18 y la Mara Salvatrucha MS-13 en la prisión, donde hay unas 900 reclusas.
A primera hora de la mañana era visible una columna de humo negro que se desprendía de un módulo de la edificación, por lo que los bomberos, autoridades, fiscales y forenses acudieron a la prisión, según imágenes difundidas por medios locales.
Otras siete reclusas fueron trasladadas al Hospital Escuela, informaron fuentes del hospital.
La viceministra de Seguridad de Honduras, Julissa Villanueva, informó que el gobierno declaró «emergencia» en la prisión y convocó la intervención de policías, militares y bomberos.
«No vamos a tolerar actos vandálicos ni tampoco irregularidades en esta cárcel», advirtió en su cuenta de Twitter.
Honduras tiene un largo historial de episodios violentos dentro de sus cárceles. El más mortal ocurrió en febrero de 2012, cuando un incendio causó la muerte de 360 personas en la granja penal de Comayagua.
Al finalizar las investigaciones, expertos estadounidenses concluyeron que se trató de un accidente.
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Al menos 41 reclusas murieron este martes en una prisión hondureña para mujeres.
Las víctimas estaban recluidas en el Centro Femenino de Adaptación Social, ubicado a unos 20 kilómetros de Tegucigalpa, informaron las autoridades.
Las prisioneras fallecieron «en su mayoría calcinadas y otras tiroteadas», dijo el portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, a la agencia de noticias Reuters.
Aunque el funcionario no dio detalles sobre el origen del incidente, familiares de las víctimas atribuyeron la violencia a un enfrentamiento entre reclusas de pandillas rivales.
En su cuenta de Twitter, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, dijo estar «conmocionada» por el»monstruoso asesinato de mujeres» en la prisión.
La mandataria aseguró que fue «planificado por maras a vista y paciencia de autoridades de seguridad».
Castro convocó «a rendir cuentas» al Ministro de Seguridad y a la presidenta de la Comisión Interventora. «¡Tomaré medidas drásticas!», añadió.
La prisión dispone de una sala donde hay 23 niños que son hijos de las reclusas, indicó Evelyn Escoto, Comisionada del Centro Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes de Honduras.
Familiares de las presidiarias acudieron a las puertas del penal para solicitar información sobre sus parientes.
La presidenta de una asociación de familiares de presos, Delma Ordóñez, dijo que durante la madrugada se dio un enfrentamiento entre miembros de las pandillas rivales Barrio 18 y la Mara Salvatrucha MS-13 en la prisión, donde hay unas 900 reclusas.
A primera hora de la mañana era visible una columna de humo negro que se desprendía de un módulo de la edificación, por lo que los bomberos, autoridades, fiscales y forenses acudieron a la prisión, según imágenes difundidas por medios locales.
Otras siete reclusas fueron trasladadas al Hospital Escuela, informaron fuentes del hospital.
La viceministra de Seguridad de Honduras, Julissa Villanueva, informó que el gobierno declaró «emergencia» en la prisión y convocó la intervención de policías, militares y bomberos.
«No vamos a tolerar actos vandálicos ni tampoco irregularidades en esta cárcel», advirtió en su cuenta de Twitter.
Honduras tiene un largo historial de episodios violentos dentro de sus cárceles. El más mortal ocurrió en febrero de 2012, cuando un incendio causó la muerte de 360 personas en la granja penal de Comayagua.
Al finalizar las investigaciones, expertos estadounidenses concluyeron que se trató de un accidente.