El estudiante de 24 años de edad, John Álvarez, fue excarcelado en la tarde de este sábado 23 de diciembre. Álvarez, estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV), pasó 115 días recluido en la sede de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de La Yaguara, al oeste de Caracas.
El joven venezolano recibió la noticia de su excarcelación en la mañana de este sábado, mientras se comía una empanada.
La salida de John Álvarez se produce luego de que Estados Unidos entregara a Alex Saab el pasado miércoles 20 diciembre a cambio de la liberación de decenas de presos políticos venezolanos y un grupo de norteamericanos.
La madre de John, Wendelin Peña, abrazó a su hijo y lo arropó con la bandera de Venezuela. Ella no lloró, pero sí dejó ver una gran sonrisa de felicidad al ver que su hijo ya estaba en libertad.
“Ahora sí puedo tener una feliz navidad”, comentó Peña a los periodistas presentes en los alrededores de la sede de la PNB en La Yaguara. John también fue recibido por su padre, su pareja y su hermano menor, así como por muchas personas que esperaron pacientemente la liberación del ucevista.
Se quitó la franela amarilla de preso y se puso una de la UCV
Uno de los primeros actos que hizo John Álvarez fue desechar la franela amarilla que utilizaba mientras estaba recluido en el recinto policial. La cambió por una franela representativa de la UCV. En ese momento ya era todo sonrisas, abrazos y felicidad. Pero horas antes la incertidumbre colmaba a los presentes en la salida de la sede la PNB.
A pesar de tener confirmación del excarcelamiento por parte del equipo legal que defiende a John Álvarez, todavía no se sabía a qué hora ocurriría esto o si ocurriría este mismo sábado 23 de diciembre. Los familiares y allegados de John se instalaron en la salida del recinto policial desde el mediodía de este sábado. La esperanza es que lo liberaran lo más pronto posible; los minutos se convirtieron en horas.
Pasada la 1:00 de la tarde, el rector de la UCV, Víctor Rago, ingresó al recinto policial para “concretar la liberación de John”. Sin embargo, Rago salió y lo que pudo expresar es que había que tener paciencia. Mientras tanto, la madre de John Álvarez se resguardaba del sol bajo las ramas de un árbol al cruzar la calle. En su rostro se veía esperanza y expectativa. El padre de John estaba a escasos metros, caminando de un lado para otro y evidentemente nervioso por la salida de su hijo.
Mientras los minutos pasaban, fueron llegando cada vez más personas. Activistas, estudiantes y allegados de John. La gente quería apoyar a los familiares del joven venezolano, detenido por funcionarios de la PNB el pasado 30 de agosto mientras le compraba regalos a su hermano que cumplía años ese día.
Los periodistas también llegaron poco a poco. Todos contando una historia diferente sobre qué estaban haciendo este sábado al enterarse de la inminente salida de Álvarez. La espera continuaba.
Pasadas las 3:20 de la tarde alguien comentó que lo había visto caminar cerca de la puerta. “Yo vi que pasó y lo devolvieron”, comentó una de las personas presentes. Diez minutos después, John salió por la pequeña puerta que da ingreso a la sede de la PNB. Su pareja corrió a abrazarle mientras él sonreía tímidamente al ver la cantidad de personas que estaban en este momento.
Hubo aplausos, gritos de alegría y el abrazo de la madre de John Álvarez con su hijo. “Creo que lo más importante en este momento es que luchar por la libertad de los que están allá dentro”, alcanzó a decir Álvarez a los medios de comunicación apenas al salir a la calle.
“Hay muchos presos políticos que necesitan atención médica”
El estudiante venezolano no dejó ver muchas emociones. Su rostro de asombro cambiaba un poco para sonreír y quizá dejó escapar alguna lágrima, especialmente cuando se abrazó con su padre.
En sus primeras declaraciones, John resaltó que era inocente y que hay muchos presos políticos que necesitan ayuda. “Igual como yo, quedan muchos presos políticos que necesitan atención médica. Eso es lo más importante y es mi deseo real de Navidad. Más allá de la libertad”, comentó el joven de 24 años de edad.
El padre de John lloraba y abrazaba a su hijo. Se secó las lágrimas y trató de decir algunas palabras. “Mi hijo siempre estuvo en casa. Su cuerpo estaba acá, pero su mente y su alma estaban con nosotros. No tenemos ni un adorno en la casa, pero así tenía Jesús su pesebre”, dijo Jhon Álvarez padre.
La madre de John dijo que parte de su Navidad la pasará acompañando a otros presos políticos que están recluidos en La Yaguara. “Hay que ayudar lo más que podamos y mantenernos presentes”, comentó Wendelin Peña.
“Quedan varias causas de terrorismo, sembradas. De terrorismo falso. En este momento les doy un mensaje de aliento de que sí es posible lograr la libertad”, comentó Álvarez sobre los demás presos políticos. Aunque físicamente se veía en buen estado, el joven venezolano aseguró que tenía problemas en uno de sus ojos. “La vista es lo que más me impide estar tranquilo y poder desarrollar mis actividades estudiantiles, porque eso es lo que soy, un estudiante”, dijo John a Efecto Cocuyo.
Uno a uno desfilaban familiares, allegados y amigos de John. Se tomaban fotos junto a él y celebraban su libertad. El joven venezolano dijo a Efecto Cocuyo sobre las primeras cosas que quiere hacer al estar en libertad. “Quiero hacerme mis exámenes médicos. Aprovechar las fechas. Pensar, descansar. Empezar a visitar a los presos políticos porque hay unos que están muy descuidados y abandonados”, dijo Álvarez.
Antes de irse junto a su pareja y su hermano, John dijo que uno de sus principales antojos era comerse unos perros calientes estando en libertad. “Ahora te van a saber mejor que nunca”, Le dijo en broma uno de sus compañeros de la UCV.