El operativo estaba conformado por más de 70 militares
Los militares llegaron en helicópteros y fuertemente armados

La comunidad indígena Pemon Ayu´töy, ubicada en el sector La Paragua del estado Bolívar, denunció una incursión militar “sin precedentes” el pasado domingo 10 de diciembre.

El hecho ocurrió alrededor de las 11 de la mañana, cuando cuatro helicópteros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) sobrevolaron las viviendas de la comunidad indígenas, quienes afirmaron mediante un comunicado que esta acción constituye atropello, hostigamiento y amedrentamiento.

En el comunicado publicado por la ONG Provea señalaron que el despliegue militar parecía una escena de película estadounidense que muestran “la persecución de enemigos la cual finaliza en la destrucción y aniquilamiento, apareciendo como héroes y aplaudidos los soldados que consumaron el operativo”.

Según la denuncia el operativo estuvo conformado entre 70 y 80 funcionarios castrenses que llegaron a esas comunidades apuntando con armas y empujando a los pobladores.

“Militares dotados de armas hasta los dientes se presentaron ante la comunidad, donde el que simulaba de jefe, informó tajante y prepotente que tenía instrucciones de destruir equipos de minería”, agrega el comunicado.

Los indígenas que la comunidad Pemon de Ayu´töy – Las Bonitas ha sido afectada por la operación denominada “Roraima”. Además informaron que les han destruido implementos y materiales de trabajo, utilizados en el principal y actual modo de subsistencia: la minería.

“La consecuencia de esa acción es que todas las actividades comunitarias están obligadas a la paralización. No siendo ajena a las graves consecuencias de la situación económica que agobia a la población venezolana causadas por factores ajenos a nuestra realidad, la comunidad de Las Bonitas realiza, como fuente de ingreso para cubrir necesidades básicas, la actividad minera en sus tierras”, informaron.

Indicaron que antes de la llegada al poder del presidente Chávez, esa comunidad luchó para “proteger sus formas de vida y sus tierras” ante las invasiones mineras de los denominados “garimpeiros”, solicitando en incontables ocasiones a las instituciones públicas apoyo para frenar la minería y desalojar a los mineros invasores, sin que se lograra respuesta alguna.

Denunciaron que la actividad minera ilegal aumentó y llegó a los predios de la comunidad y los impactos causaron estragos que se traducen hoy día en hechos y fenómenos que han causado daños irreversibles. 

“Somos conscientes de los efectos adversos causados por la minería al ambiente, tema en el que nadie puede venir a enseñarnos es cómo cuidar la naturaleza puesto que aprendimos de nuestros ancestros cómo hacerlo, pero las realidades han cambiado y estamos obligados a afrontarlas como sea. La comunidad no defiende como suya la actividad de minería, desearía que no exista, pero es la alternativa que tiene ante las penurias que padece en carne propia”, argumentaron.

Los afectados informaron que la comunidad de Ayu´töy entiende que no puede esperar pasivamente alguna bondad de las instituciones del gobierno, sea nacional, estadal o municipal y fue por eso que recurrió como una forma de solventar las necesidades y carencias, la actividad minera. “Lo hace de manera organizada la cual se traduce en obras sociales que bien puede constatar el gobierno directamente aquí”, señala.

Denunciaron que el gobierno no presenta alternativas de solución y apoyo a la comunidad para atender sus necesidades, sino que instruyó en esta ocasión a funcionarios de la Fanb para atacar a la comunidad, en lugar de llevar alimentos, ropa, medicina, materiales y sin darle opciones.

“Este hecho nos recuerdan los lamentables acontecimientos ocurridos el 8 de diciembre de 2018 en el río Carrao cuando un contingente de la Dgcim dio muerte a un hermano nuestro, nativo de la comunidad vecina, San Francisco de las Babas. No deseamos tener enfrentamiento alguno con los militares, no deseamos que se repitan episodios recientes. Queremos verlos como protectores del pueblo y de la Patria y no verlos como represores y enemigos. Queremos tener trato respetuoso y justo con ellos.”, indicaron.

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