Escuela José de Jesús de Arocha- regreso a clases (Mairet Chourio)
Foto: Mairet Chourio.

En el país hubo 3,89 días de clase a la semana en promedio entre enero y julio de 2023, denunció la Asociación Civil Con la Escuela en su último informe sobre la crisis educativa en Venezuela, en el marco del proyecto Red de Observadores Escolares.

El balance arrojó que, al menos, 27 días de clases se perdieron en el primer semestre del año, lo que representa el 22,3 % del calendario escolar en ese lapso. Además, en las escuelas solo se trabajó el 78 % de una semana de cinco días hábiles.

El horario mosaico y la deficiencia de servicios públicos han reducido drásticamente el tiempo que los niños venezolanos pasan en los centros educativos.

“En el año escolar pasado (enero y julio de 2023), y al inicio del actual, la pérdida y suspensión de clases es un problema crónico”, expresó la ONG.

La organización investigó 79 planteles en siete entidades del país (Lara, Zulia, Apure, Anzoátegui, Bolívar, Distrito Capital y Miranda). En estas instituciones también se estudió la matrícula y el estado de la infraestructura.

Los resultados indican una gran deterioro estructural y apuntan que las escuelas en el territorio nacional están cada vez más empobrecidas. Por ejemplo, el internet, un recurso básico en el presente para estudiar, es “prácticamente inexistente” en el sector rural (76% de las instituciones públicas de estas zonas afirman que no tienen acceso a la conexión).

“Las consecuencias de la prestación del servicio educativo en condiciones de precariedad es la vulnerabilidad que ocasionan en el estudiante. Éste pasa a ser el más perjudicado al tener limitado su derecho a una educación de calidad, porque las condiciones que exhibe la escuela dificultan su presencia permanente en la institución”, reza el documento publicado por Con La Escuela.

Sin agua ni luz no se estudia

Uno de los hallazgos más relevantes del informe de la asociación es el de la crisis del agua en los planteles venezolanos. De acuerdo con los datos obtenidos, 55 % de las instituciones públicas rurales y 37,8 % de las urbanas califican el servicio como malo o no disponen de él.

“La ausencia de este servicio sigue siendo la primera causa de suspensión de clases”, indica el estudio. Agregó que 30,3 % de las escuelas se ven obligadas a parar actividades escolares por fallas en el suministro de agua.

Situación del servicio de agua en las escuelas venezolanas. Crédito: Asociación Civil Con La Escuela.

Respecto al servicio eléctrico, el 71 % de las escuelas rurales y 41 % de las urbanas lo valoran como deficiente o malo. Además, del total de planteles visitados, 50,6 % no dispone de conexión a internet.

“La inexistencia o mala calidad de medios de comunicación (digital o analógico) es un hándicap para las instituciones. Con el alto costo del desplazamiento en el país a través de las vías de comunicación terrestre, o la insuficiencia de transporte público, un buen funcionamiento de la telefonía y la internet es indispensable para labores administrativas, entre otras”, publicó la asociación.

Situación del servicio eléctrico y de internet en planteles venezolanos. Crédito: Asociación Civil Con La Escuela.

Decadencia en la escuela

La Federación Venezolana de Maestros (FVM) ya había advertido recientemente que seis de cada diez escuelas no tiene las condiciones para dar clases.

De acuerdo con el informe de la Asociación Con la Escuela, 41,7 % instituciones reportan tener techos dañados, 36,7 % afirman que sus pisos internos se encuentran en mal estado, 30,38% indican que las aulas están deterioradas y 56,9 % de los docentes encuestados reportan no disponer de material didáctico.

Más de la mitad de las escuelas denunciaron que sus pupitres están estropeados, el 65,8 % no tienen suficientes pupitres para su matrícula y 30,3 % de los pizarrones se encuentra en mal estado.

Así mismo, los centros educativos carecen de espacios fundamentales para el correcto desarrollo de los estudiantes: 40,5 % no cuenta con cocina o esta se encuentra en mal estado, 78,4 % no cuenta con comedor y en 70,9% de los planteles no hay de aulas de computación.

Las escuelas no cuentan con los insumos necesarios para funcionar.

“De las instituciones educativas estudiadas, el 48,10% no posee baños para el uso escolar. De las que tienen salas de baño solo el 40,51% los tienen operativos. Las escuelas del sector privado son las que reportan contar con mayor cantidad de baños en buen estado, el 100% en las privadas y el 62,5% en las privadas subvencionadas”, asegura el informe.

Disminuye la matrícula

Finalmente, el documento resalta la pérdida de matrícula “ahora generalizada en todos los circuitos educativos privados o públicos, y en la gran mayoría de las 7 entidades políticas a las que pertenecen los planteles”.

La asociación señaló que en los planteles de la muestra se retiraron 1.365 alumnos respecto al año escolar 2022-23. Afirmó que la matrícula disminuyó en seis de las siete entidades de la muestra.

La deserción escolar es un problema que se agudiza con los meses.

“En el caso de los privados, al ser planteles de matrícula paga, las condiciones socioeconómicas pueden estar impidiendo a los padres y representantes sufragar los costos de inscripción y mensualidad en esos planteles”, finalizó el informe.

Recordó que la brecha entre escuelas públicas y privadas se vuelve cada vez más evidente en el contexto de crisis en el que se encuentra el país.

</div>