Credit: Mairet Chourio (@mairetchourio)

Para mantenerse, Keyla prepara polvorosas por encargo, Edgar pinta casas de desconocidos, Gladys vende pastelitos andinos en un modesto puesto en una acera, Oriana arregla uñas en su sala de estar. Los cuatro tienen algo en común: un título en Educación, especializaciones, un sueldo que no supera los treinta dólares mensuales, más de veinticinco años de servicio en las aulas.

Como miles de docentes en Venezuela, ejercen un oficio alternativo para obtener ingresos que les permitan sobrevivir en su propio país, mientras el sistema educativo sigue cayendo en picada.

«El primer mes que hice uñas me puse al día con la mensualidad del colegio de mi hijo, eso fue en 2021. Cuando pagué lo que tenía atrasado sentí un alivio, pero también me dio sentimiento. Tenía una rabia, mucha rabia. Pensaba ‘cómo le digo a Orlando que se faje estudiando». ¿Cómo me va a hacer caso? Si sabe que su mamá tiene una maestría, dos trabajos, y no le alcanza para vivir», explicó Oriana Rodríguez a Efecto Cocuyo, vía telefónica.

En 2024 continúa haciendo manicura en su hogar, al este de Caracas, en La California. A veces ofrece el servicio a domicilio. De sus dos trabajos como maestra, se quedó con uno. Va solo tres días a dar clases de preescolar en Buena Vista, municipio Sucre, y espera impaciente la jubilación.

«Lo que salga, uno tiene que echarle pichón para tener un dinero extra para comprar medicina y lo que haga falta en la casa. Esa es una triste realidad que estamos intentando cambiar. Yo en un fin de semana pintando un apartamento me hago lo mismo que en dos meses como docente de nivel 5. ¿Cómo puede ser posible?», dijo Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros (Sinvema).

Recordó el video en el que Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva del país, celebra que un profesor de bachillerato comenzara un emprendimiento de venta de chichas para ganar ingresos debido a la crisis y las pésimas condiciones laborales del sector educativo en todo el territorio nacional.

«Una prueba de que el Programa de Recuperación Económica está funcionando», aseguró Rodríguez junto al puesto de chicha.

La grabación se volvió viral en la primera semana de junio y es un ejemplo claro de las consecuencias de una decadencia sostenida que ha sido ignorada por el gobierno durante más de diez años, afirmó Machado.

«Me pareció una burla de la Vicepresidenta de la República, una propaganda política que es una burla. Hay que ver la cantidad de horas, todo el esfuerzo que invirtió un educador para poderse graduar y ejercer su carrera y que luego tenga que ponerse a vender chicha en una esquina. Lo que hizo esa señora es denigrante», dijo el presidente de Sinvema.

Maestros cruzan fronteras

La profesora Keyla Romero planea irse. Tiene un hijo en Europa y ya está ordenando sus asuntos para tomar un avión en Maiquetía directo al Viejo continente. Tras 30 años de servicio se sumará a los miles de maestros que han abandonado sus puestos para buscar otras oportunidades en el extranjero.

No hay cifras oficiales que indiquen cuantos profesores han migrado de Venezuela. En 2023, Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) dijo a Radio Fe y Alegría que al menos 96 mil se fueron del territorio nacional.

Hace seis años, Romero inició un emprendimiento de polvorosas por encargo con la esperanza de que, con el pasar del tiempo, el panorama del sector educativo venezolano mejorara. Ahora, agotada, hace las maletas.

«Yo no soy repostera, pero aprendí con la crianza de mis cuatro muchachos. Empecé 2018, en ese entonces me pagaban tres dólares quincenal como profesora», contó Romero a Efecto Cocuyo.

En 2018 trabajaba en el Colegio Universitario de Enfermería en San Martín, pero finalmente se retiró y mientras tanto da clases en una escuela, en Caricuao, municipio Libertador.

En junio de 2024 asiste a su salón dos días a la semana, porque el traslado en autobús desde su casa en Los Teques hasta Caricuao (21 kilómetros) es costoso para ella. Un dólar diario mínimo que, multiplicado por cinco días laborales, al mes suman 20 dólares que no puede permitirse gastar y menos si quiere emigrar en un futuro cercano. Por su labor en el plantel gana 364 bolívares quincenales (10 dólares al cambio del Banco Central),

Romero vive entre las polvorosas, los niños que la esperan tres días a la semana y el ajetreo de arreglar todo para irse.

«En Venezuela no puedo comprar ni siquiera zapatos. No queda mucho de la vida que tenía antes. Yo tenía un carro y lo vendí. Una vez llevé a mi papá para la casa y tuve que devolverlo para el ancianato, porque no podía mantenerlo», dijo la docente.

Renunció el 80 %

El 10 de junio de 2024, Leyla Escobar, secretaria general de la Federación Venezolana de Maestros (FVM) estimó en 80 % el déficit de profesores en los centros educativos del país. Este mes Gladys Arias renunció, le falta firmar un par de cartas y estará oficialmente fuera de la nómina de docentes activos al acabar el período académico 2023-2024, en julio.

Su directora le rogó que se quedara un período más, en Catia, al oeste de Caracas. Gladys declinó: se cansó de atender niños solo dos días semanales. Esas horas las podría invertir en otro trabajo. Por ejemplo, cuidar de una abuela enferma en la urbanización de El Rosal, que es lo que planea hacer a partir de agosto.

«Vender pastelitos en la mañana cerca de mi casa no me da para vivir. Me da para comer, para comprar algunas cosas, pero para vivir no. Conseguí este nuevo trabajo para completar, porque no puedo seguir así. Me duele muchísimo dejar a mis niños, esos son mis hijos y los quiero, yo quiero a mis hijos con el alma, pero también tengo que vivir», explicó Gladys a Efecto Cocuyo.

De acuerdo con un estudio de la Asociación Civil Con la Escuela de octubre 2023, 51,95% de los docentes encuestados ese entonces poseía fuentes de trabajo alternativo. Se ha convertido en un factor común, buscan una segunda o tercer fuente de ingresos para no abandonar sus cargos en las instituciones. Algunos terminan por marcharse, cansados y dolidos.

«Lo que hizo Delcy Rodríguez es una completa falta de respeto. Eso es una humillación y ella lo expone con una sonrisa en la cara. Es como una cachetada para todos nosotros», apuntó Arias sobre el vídeo de la vicepresidenta y el emprendedor de chicha.

A la fecha el gobierno de Nicolás Maduro no ha ofrecido soluciones a la crisis educativa ni respondido a las exigencias de los maestros, que han protestado desde 2022 para exigir condiciones de trabajo dignas. Mientras tanto, las nóminas continúan reduciéndose de forma acelerada.

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