Una nueva protesta carcelaria ha marcado la agenda informativa de Venezuela desde la semana pasada. Desde el 9 de junio privados de libertad de todo el país iniciaron una huelga de hambre. Al día de hoy, son 17 centros penitenciarios de Venezuela los que están unidos a la protesta. 

“Se estima que son unos 50 mil presos, entre cárceles y calabozos policiales, que están sumados a la huelga de hambre. Son las cifras que se manejan de forma extraoficial por las ONG, pero no hay cifras oficiales”, aseguró la periodista del Diario TalCual, Luna Perdomo, durante el Cocuyo Claro y Raspao de esta semana, espacio conducido por la directora de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes, y el miembro del Consejo Editorial del Diario Tal Cual, Xabier Coscojuela. 

Perdomo precisó que, hasta este jueves 13 de junio, son 17 cárceles de Venezuela las que están sumadas a la protesta. “Porque en todas las cárceles existe la misma precariedad, en las cárceles hay situaciones de hacinamiento, de precarización, de desnutrición. Hay personas que siguen presas aún teniendo condena cumplida”, indicó. 

La periodista especializada en la cobertura de Derechos Humanos aseguró que los presos comunes tienen, al menos, una década en situación precaria, pero que la precarización de sus condiciones de vida han incrementado desde que se comenzó a aplicar la llamada Operación Cacique Guaicaipuro. 

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“Los presos tienen derechos, hay que respetar sus derechos humanos, y su vida está en manos del Estado venezolano y se les debe respetar sus derechos humanos y fundamentales”, detalló Perdomo. 

La comunicadora afirmó que tras la ejecución del plan de gobierno conocido como Cacique Guaicaipuro —una iniciativa impulsada desde el ministerio de Interior y Justicia pensada para eliminar el pranato— ni se ha eliminado la influencia y el control de los líderes negativos dentro de las cárceles ni ha cesado la corrupción, pero las condiciones de reclusión han empeorado. 

“El año pasado se dijo que la Operación Cacique Guaicaipuro se realizó que iba a acabar con el pranato pero eso no ha pasado. En total en este gobierno se han cerrado unas 16 cárceles y esto ha llevado al aumento del hacinamiento. La capacidad instalada para atender presos es de 14 mil, pero hay 70 mil detenidos”, puntualizó. 

Los familiares piden respeto a los derechos fundamentales

Perdomo relató que los familiares de los privados de libertad —que han protagonizado protestas en distintos estados de Venezuela— no piden la liberación masiva de presos, sino el respeto a los derechos fundamentales de sus deudos detenidos. 

“Los familiares reclaman a las autoridades atender el retardo procesal, denuncian las condiciones de hambre que pasan los presos, de los traslados que han devenido en una situación de descuido para el detenido. Todos piden a las autoridades que se aboquen a solucionar este tema, que no es nuevo sino que tiene más de una década”, indicó Perdomo. 

La periodista añadió que, hasta el momento, ni el ministerio de Asuntos Penitenciarios ni el nuevo ministro Julio Zerpa han reconocido la protesta ni los reclamos de los familiares. “Las autoridades no han dicho que hay una huelga de hambre, que van a hacer para solucionarlas y sentarse a dialogar pero eso no se ha hecho hasta ahora”. 

Si los detenidos venezolanos van a continuar o no la huelga de hambre los próximos días también es una incógnita. Los privados de libertad no han dicho si detendrán o continuarán con la protesta pero esperan que el ministro les ofrezca una solución a sus reclamos, enfatizó Perdomo. 

Perdomo citó a expertos en el tema carcelario quienes recomiendan al ministro Zerpa “que si quiere atender el retardo procesal, lo primero que debe hacer es un censo real para conocer el número de presos que existen del país, para conocer en qué estatus se encuentran, cómo va su causa. Que si es necesario sumar jueces itinerantes y sumar más defensores públicos”, sostuvo. 

Los especialistas también consideran que es necesario que se abran más cárceles en el país para reducir el hacinamiento. En estos centros de detención lo ideal sería que existieran sistemas de salud, acceso al agua potable, y espacios para el trabajo, la cultura, el deporte y los presos salgan a reinsertarse a la sociedad de manera positiva, que son condiciones mínimas de las que más de 70 mil presos de Venezuela carecen. 

“Dentro de las cárceles hay corrupción, de hecho el presidente sabe que hay que atacarla, pero no solo hay corrupción sino que hay armas, drogas, y que la única manera de que eso se mantenga dentro de las cárceles es que se haga con la anuencia de las autoridades carcelarias, porque no hay manera de que esto pase en las cárceles y las autoridades no lo sepan”, culminó Perdomo. 

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