El 29 de julio, un día después de las elecciones presidenciales en Venezuela, la sensación que dejaba la calle caraqueña era de una especie de resaca. Negocios cerrados, calles vacías y poca actividad. La ciudad parecía vivir un día feriado impregnado de tristeza, al menos hasta el mediodía. Mientras en las zonas residenciales del este de Caracas había silencio, en los sectores populares el toque incesante de las cacerolas tomaba protagonismo.
El sonido metálico de las ollas o tapas se replicaba por toda la capital venezolana. Sería una especie de despertador para lo que vendría luego: focos de protestas en los cuatro puntos cardinales de Caracas, con especial protagonismo de los más desfavorecidos y, especialmente, de la gente de Petare.
A pesar de la lluvia, los petareños tomaron distintas zonas de su parroquia para hacer sentir su rechazo al resultado emitido por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en la madrugada del 29 de julio. “Maduro se está burlando de todos nosotros”, dijo una de las manifestantes de Petare.
De repente, entre 2:30 y 3:30 de la tarde, una caravana de motos autoconvocada empezó a gestarse desde Petare con dirección hacia el oeste de la ciudad. O al menos esa era la intención. Sin embargo, en su paso por la avenida Francisco de Miranda, los motorizados consiguieron vías bloqueadas por parte de los funcionarios de seguridad.
La gente de Petare se hizo sentir un día después de las elecciones presidenciales
Al consultar con las personas en la protesta la mayoría comentaba que venía de Petare, incluso de Turumo. “Yo empecé a ver a la gente bajar del barrio y me vine yo también. Ya estamos hartos de este gobierno”, dijo Danyeli, habitante de Filas de Mariche.
La motivación principal era llegar hasta el centro de la ciudad, donde más temprano se desarrollaban distintos focos de protestas, la mayoría fueron duramente reprimidos por civiles armados identificados con el chavismo. Mientras que en el este de la ciudad la represión la imponían funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
La represión en el este fue a manos de la GNB
Lo que era una marcha pacífica y sin liderazgo se convirtió en un enfrentamiento con las autoridades de seguridad, que no permitían el avance de las personas sin explicar motivos.
Cerca de las 5:30 de la tarde la gente se replegó hasta Altamira, en los alrededores de la plaza que ha sido un bastión opositor. No obstante, la diferencia principal de esta ocasión es que quienes eran mayoría en la zona no eran los vecinos del municipio Chacao, sino los de Petare.
“Maduro dice que durmió como un bebé y yo ni siquiera pude dormir contando los votos en mi centro”, expresó a Efecto Cocuyo Julián López, habitante del sector Maca de Petare y quien acudió a la protesta en compañía de su familia.
La manifestación se fue disipando hasta escuchar el mensaje de María Corina Machado, quien convocó a una serie de asambleas ciudadanas para este martes 30 de julio en todo el país.