Los parques del Este y el Oeste son los sitios más frecuentados por los planes vacacionales para que los niños, niñas y adolescentes puedan divertirse libremente.
Maestras, profesores universitarios, salesianos y hasta una estudiante de nutrición son algunos de los responsables de hacer de las vacaciones escolares, unas semanas recreativas e inolvidables.
Identificados con franelas, bandanas o agarrados de las manos, son algunos de los métodos de seguridad que utilizan los organizadores de los paseos para reconocer a los niños y niñas que oscilan de 4 a 12 años de edad.
Nathaly Lugo, maestra de educación inicial con veinte años de experiencia, decidió con una colega hace dos años seguir «produciendo» en sus vacaciones.
«Manejamos un grupo pequeño porque somos nosotras dos nada más, y elegimos siempre venir a los parques porque son opciones económicas y disfrutan mucho».
Agarrados de la mano con sus ocho niños a cargo, Nathaly les mostraba la fauna que habita en el Parque del Este.
El planetario, las canchas, los botes en el lago y el inmenso campo verde son los atractivos que ofrece el parque Generalísimo Francisco De Miranda, ubicado al este de Caracas, a todo aquel que lo visite.
Meyber Espinoza, salesiano del centro juvenil de la parroquia San Isidro de Guarenas, estado Miranda, no dudó en visitarlo junto a 60 infantes de la comunidad, que más que un plan meramente recreativo, lo define como una «actividad educativa evangelizadora», donde aprenden y promueven la fe.
«Este es un oratorio vacacional, dónde aprovechamos la cultura para enseñar. Venimos al parque porque muchos de ellos no lo conocen o no pueden venir seguido porque sus padres trabajan y hasta les puede resultar costoso venir de lejos por el transporte».
Para llevar a cabo esas excursiones durante dos semanas en las que participan alrededor de 140 niños y niñas en edades de 7 a 12 años de la comunidad de San Isidro de Guarenas, cuentan con el apoyo de donaciones y acompañamiento de representantes.
«Cada niño paga 2 dólares, le damos merienda y refrigerio, y a los animadores sí le damos el almuerzo porque ellos no están cobrando. Desde hace meses preparamos a jóvenes para que fueran los recreadores».
Diana Pereira, estudiante de nutrición, lleva 4 años como recreadora en Karuay aventura y este año fue la encargada de un grupo de niños entre 4 y 12 años de edad.
«Son tres paseos a la semana y siempre elegimos sitios al aire libre. Tiene un costo de 80 dólares sin comida, pero le damos merienda».
El parque del oeste Alí Primera, ubicado en la parroquia Sucre del municipio Libertador de Caracas, es uno de los tantos lugares recreacionales al aire libre emn la ciudad.
Isbel Criazzola presidenta de la fundación Motivarte, y Danilo Márquez, ambos profesores universitarios, llevaron a cabo un plan vacacional comunitario titulado «pequeños gigantes vamos a jugar» entre 15 al 19 de agosto en el que participaron niños y niñas de zonas de La Pastora, Los Mecedores, Agua Salud, Gato Negro y Catia.
«Después de dos años de pandemia pensamos que teníamos que hacer algo para devolverle la vida a los niños, que retomarán sus sonrisas. Las actividades fueron planeadas para el desarrollo integral y por eso nos vimos a este parque, un parque muy hermoso y que es el pulmón del oeste de Caracas y que muchos desconocen».
Aunque el costo del plan fue de 25 dólares muchos niños fueron patrocinados.
«Los niños con situación económica vulnerable fueron becados por patrocinantes, hicimos bingos para obtener lo necesario para poder realizar un plan vacacional de esta magnitud porque somos una fundación sin fines de lucro».
Deisy Rondón, maestra de educación inicial, por segundo año consecutivo hace el plan vacacional «mi mundo de colores», esta vez lo hizo junto a dos colegas y en el que se inscribieron 17 niños por un costo de 15 dólares por una semana, en un horario de 8 a 4 de la tarde.
«El año pasado se ocurrió la idea de hacer un plan vacacional y me fue muy bien, se inscribieron 35 niños, también los traje al parque, los traía con su tapabocas. Trabajo en la mañana en un colegio y por las tardes de lunes a jueves doy tareas dirigidas y ahora en vacaciones hago esto, todo es para tener más ingresos».
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Los parques del Este y el Oeste son los sitios más frecuentados por los planes vacacionales para que los niños, niñas y adolescentes puedan divertirse libremente.
Maestras, profesores universitarios, salesianos y hasta una estudiante de nutrición son algunos de los responsables de hacer de las vacaciones escolares, unas semanas recreativas e inolvidables.
Identificados con franelas, bandanas o agarrados de las manos, son algunos de los métodos de seguridad que utilizan los organizadores de los paseos para reconocer a los niños y niñas que oscilan de 4 a 12 años de edad.
Nathaly Lugo, maestra de educación inicial con veinte años de experiencia, decidió con una colega hace dos años seguir «produciendo» en sus vacaciones.
«Manejamos un grupo pequeño porque somos nosotras dos nada más, y elegimos siempre venir a los parques porque son opciones económicas y disfrutan mucho».
Agarrados de la mano con sus ocho niños a cargo, Nathaly les mostraba la fauna que habita en el Parque del Este.
El planetario, las canchas, los botes en el lago y el inmenso campo verde son los atractivos que ofrece el parque Generalísimo Francisco De Miranda, ubicado al este de Caracas, a todo aquel que lo visite.
Meyber Espinoza, salesiano del centro juvenil de la parroquia San Isidro de Guarenas, estado Miranda, no dudó en visitarlo junto a 60 infantes de la comunidad, que más que un plan meramente recreativo, lo define como una «actividad educativa evangelizadora», donde aprenden y promueven la fe.
«Este es un oratorio vacacional, dónde aprovechamos la cultura para enseñar. Venimos al parque porque muchos de ellos no lo conocen o no pueden venir seguido porque sus padres trabajan y hasta les puede resultar costoso venir de lejos por el transporte».
Para llevar a cabo esas excursiones durante dos semanas en las que participan alrededor de 140 niños y niñas en edades de 7 a 12 años de la comunidad de San Isidro de Guarenas, cuentan con el apoyo de donaciones y acompañamiento de representantes.
«Cada niño paga 2 dólares, le damos merienda y refrigerio, y a los animadores sí le damos el almuerzo porque ellos no están cobrando. Desde hace meses preparamos a jóvenes para que fueran los recreadores».
Diana Pereira, estudiante de nutrición, lleva 4 años como recreadora en Karuay aventura y este año fue la encargada de un grupo de niños entre 4 y 12 años de edad.
«Son tres paseos a la semana y siempre elegimos sitios al aire libre. Tiene un costo de 80 dólares sin comida, pero le damos merienda».
El parque del oeste Alí Primera, ubicado en la parroquia Sucre del municipio Libertador de Caracas, es uno de los tantos lugares recreacionales al aire libre emn la ciudad.
Isbel Criazzola presidenta de la fundación Motivarte, y Danilo Márquez, ambos profesores universitarios, llevaron a cabo un plan vacacional comunitario titulado «pequeños gigantes vamos a jugar» entre 15 al 19 de agosto en el que participaron niños y niñas de zonas de La Pastora, Los Mecedores, Agua Salud, Gato Negro y Catia.
«Después de dos años de pandemia pensamos que teníamos que hacer algo para devolverle la vida a los niños, que retomarán sus sonrisas. Las actividades fueron planeadas para el desarrollo integral y por eso nos vimos a este parque, un parque muy hermoso y que es el pulmón del oeste de Caracas y que muchos desconocen».
Aunque el costo del plan fue de 25 dólares muchos niños fueron patrocinados.
«Los niños con situación económica vulnerable fueron becados por patrocinantes, hicimos bingos para obtener lo necesario para poder realizar un plan vacacional de esta magnitud porque somos una fundación sin fines de lucro».
Deisy Rondón, maestra de educación inicial, por segundo año consecutivo hace el plan vacacional «mi mundo de colores», esta vez lo hizo junto a dos colegas y en el que se inscribieron 17 niños por un costo de 15 dólares por una semana, en un horario de 8 a 4 de la tarde.
«El año pasado se ocurrió la idea de hacer un plan vacacional y me fue muy bien, se inscribieron 35 niños, también los traje al parque, los traía con su tapabocas. Trabajo en la mañana en un colegio y por las tardes de lunes a jueves doy tareas dirigidas y ahora en vacaciones hago esto, todo es para tener más ingresos».