La delincuencia organizada en Las Tejerías no quiere más funcionarios de seguridad en la zona que controlan, para seguir operando con toda la impunidad posible. Después de varias amenazas contra los efectivos, este domingo 5 de febrero se materializó un ataque a las sedes de comandos policiales de esa zona del estado Aragua.
La arremetida armada habría sido planificada por miembros de la megabanda de Carlos Enrique Gómez, alias El Conejo, quien según información extraoficial tendría vínculos con el Tren de Aragua. Los delincuentes enviaron a un grupo de aproximadamente 100 hombres para atacar a los funcionarios, quienes en nota de voz y radio pedían desesperadamente ayuda y refuerzos, ya que el enemigo era superior en número y armas de fuego.
Los enfrentamientos no dejaron oficiales fallecidos o heridos, a pesar de que hasta este miércoles 8 de febrero funcionarios del Estado no han dado ningún balance del operativo; pero las fotografías filtradas en redes sociales muestran los impactos de balas que recibieron las patrullas, algunas viviendas y comercios.
Justamente en Las Tejerías el 6 de febrero del año pasado el Gobierno Nacional realizó un operativo mixto policial llamado Guaicaipuro II, con el que lograron matar a uno de los delincuentes más buscados del país en ese entonces y líder de una de las megabandas que operaba en Caracas: Carlos Luis Revete, alias El Koki. Pero de esa operación hay pocos detalles y se conoció que no desarticularon las bandas que operan en la zona desde hace muchos años.
Marco Ruiz, quien trabajó como investigador de la antigua Policía Técnica Judicial (PTJ, hoy Cicpc), dirigió policías como las de Higuerote o Vargas y fue inspector de la Policía de Caracas, explica a Efecto Cocuyo que con estas acciones la megabanda está demostrando el poder y apoyo que tienen.
Para el expolicía científico, esto se debe a que muchos “personeros” del Gobierno se involucran con este tipo de delincuentes, alegando que hay que defender “la revolución”.
“Como dice un famoso dicho: ‘se sienten guapo y apoyados’ (…), son conceptos y acciones equivocadas, las correctas es dar la seguridad al pueblo atacando y neutralizando el hampa venga de dónde venga y al que lo apoye también debe tener su cuota de responsabilidad”, señala.
“Los delincuentes tenían más armas que la policía”, ataque armado causa pánico en Las Tejerías
Pero, ¿cómo una banda delictiva logra tener tanto poder y control sobre una zona? El exfuncionario policial señala que una de las principales razones es que no existe una buena política de control de armas de fuego por parte del Gobierno.
Agrega que otro de los factores que influyen en el poder que ejercen estos grupos delictivos son los hechos de corrupción ligados a los cuerpos de seguridad civiles y militares, al vender armas de fuego a civiles.
La megabanda de alias El Conejo funciona como una franquicia del Tren de Aragua en Las Tejerías, según señaló Luis Izquiel, abogado, criminólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela.
“Es una megabanda fuertemente armada; lo demostraron en estos ataques a puestos policiales, tienen fusiles de alto poder, ametralladoras y granadas y podría estar conformada por más de 100 hombres armados”, dice Izquiel.
El experto explica que seguramente esta megabanda de El Conejo se nutrió de miembros de la megabanda de El Koki, que operaba en la Cota 905, en Caracas.
“El Koki estaba siendo resguardado por alias El Conejo y luego fue abatido en un procedimiento en Las Tejerías. Pero el Koki seguramente no estaba solo en la zona, porque toda la megabanda delictiva migró de la Cota 905 y seguramente parte de esa pandilla lo acompañaba. Luego de su muerte, muy probablemente esos exintegrantes de la banda de la Cota 905 se unieron a la banda de El Conejo y ahora es una megabanda muy poderosa y fuerte, y lo demostraron en la madrugada del domingo”, explica.
Antes de que se generara el ataque armado en contra de los funcionarios de seguridad que cumplen con sus labores de servicios en las comunidades que conforman Las Tejerías, por servicios de mensajería instantánea circuló un presunto “comunicado”, en el que los delincuentes amenazaban a los ciudadanos que prestaran apoyo a los funcionarios.
Además, exigieron que estos funcionarios no estuviesen en Las Tejerías, una zona que apenas se recupera de un deslave en el que 54 personas murieron y cientos quedaron sin hogares.
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Ruiz, experto en seguridad, expresa su rechazo ante este amedrentamiento realizado por presuntos miembros del Tren de Aragua, ya que la delincuencia no puede tener ningún tipo de poder ni darles pautas al Gobierno.
El exfuncionario indicó que en el estado Aragua, específicamente en las zonas controladas por la delincuencia organizada, se debió aumentar los patrullajes supervisados en las calles, avenidas, barrios y urbanizaciones.
“Debieron enviar los cuerpos de seguridad combinados, es decir, policial municipal, estadal, nacional y castrense. El dominio debe ser del Estado, con su presencia masiva”, explica Ruiz.
Izquiel, experto en criminología, destaca que es común que las megabandas criminales en el país estén acostumbradas a disfrutar con completa impunidad en el territorio que controlan y por esa razón no les gusta que se instalen puestos policiales o funcionarios bajo ningún motivo.
“Es probable que esa sea una de las motivaciones o la motivación del ataque de la madrugada del domingo”, señala.
Ruiz explica que el hampa crece desde la infancia y los delincuentes organizados van reclutando niños en las escuelas, que son usados para labores de espionaje. Pueden ser informantes, los entrenan y les dan dinero.
La situación económica del país también influye en que los más jóvenes busquen alternativas en la delincuencia.
“Entonces, cuando desarticulan una banda no es toda; quedan los menores, agrega a los adultos mayores que los esconden, bien sea por miedo o dinero. El grave error del gobierno, cuando Chávez estaba vivo, fue desarmar las policías municipales y estadales al quitarles las armas largas y los grupos tácticos (comandos); pero, insisto, que deben abocarse al trabajo de inteligencia y patrullaje”, recomienda.
El experto en seguridad agrega que para acabar con una megabanda de esta magnitud los funcionarios de seguridad y el Gobierno deben dar ejemplo de fuerza de castigo y enviar a los delincuentes a las cárceles con condenas largas.
“Los delincuentes que usen armas contra las fuerzas públicas deben ser neutralizados”, ratifica el funcionario.
El Gobierno nacional ha realizado diferentes operativos para acabar con el poderío que tienen estas megabandas en algunas zonas del país. En Caracas con la muerte de alias El Koki, la administración de Nicolás Maduro, pudo volver a recuperar el espacio que había perdido en la Cota 905.
Pero, a pesar de esos operativos, la delincuencia sigue haciendo de las suyas y expandiéndose, como es el caso del Tren de Aragua, que se estableció también en otros países de América.
Ruiz considera que las fallas en esto operativos se debe a la falta de coordinación en cuanto a liderazgo y al no dejar hacer el trabajo al componente policial de larga experiencia y capacitación.
Mientras, Izquiel señala que alguno de los operativos sí han sido exitosos, pese a la opacidad y a algunas violaciones de derechos humanos que en ellos se cometen. Asegura que para acabar con la banda del Tren de Aragua y la de El Conejo deben limitar y neutralizar el accionar de alias El Niño Guerrero, quien lidera esta megabanda trasnacional y que se encuentra recluido en la cárcel de Tocorón, estado Aragua, lugar desde donde opera.
“Es bastante sencillo, el líder de esa banda está preso en Tocorón, entonces si aquí hubiese voluntad para acabar con esta megabanda criminal, la más grande de Venezuela y de mayor internacionalización, tendrían que abrir la puerta de Tocorón y neutralizar o limitar el accionar de ese detenido, que desde allí es el cerebro de la expansión nacional e internacional de esa megabanda criminal; digo neutralizar no en el sentido de matarlo, sino de limitar su accionar, para que no continúe siendo líder activo de una pandilla criminal que hace estragos en las calles de Venezuela y en las calles de varios países latinoamericano”, agrega Izquiel.
El operativo Guaicaipuro II, con el que funcionarios mataron a El Koki, se debió aprovechar para desmantelar la megabanda de El Conejo, opina Luis Izquiel.
El experto señala que fue una oportunidad desaprovechada, porque luego de que mataron a uno de los líderes de la banda que operaba en la Cota 905, no fueron tras El Conejo, que en ese momento habría huido a la zona montañosa de Las Tejerías.
El criminólogo señala que no se sabe por qué se actúa contra unas bandas y contra otras no.
“Después que mataron a El Koki las autoridades pareciera que se olvidaron de perseguir a alias El Conejo, no se sabe por qué, pero lo cierto es que ahora volvió y seguramente más fortalecido por la alianza con el Tren de Aragua, y por seguramente haberse nutrido de miembros de la banda de El Koki, que ahora deben estar con él en Las Tejerías”, reitera.
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La delincuencia organizada en Las Tejerías no quiere más funcionarios de seguridad en la zona que controlan, para seguir operando con toda la impunidad posible. Después de varias amenazas contra los efectivos, este domingo 5 de febrero se materializó un ataque a las sedes de comandos policiales de esa zona del estado Aragua.
La arremetida armada habría sido planificada por miembros de la megabanda de Carlos Enrique Gómez, alias El Conejo, quien según información extraoficial tendría vínculos con el Tren de Aragua. Los delincuentes enviaron a un grupo de aproximadamente 100 hombres para atacar a los funcionarios, quienes en nota de voz y radio pedían desesperadamente ayuda y refuerzos, ya que el enemigo era superior en número y armas de fuego.
Los enfrentamientos no dejaron oficiales fallecidos o heridos, a pesar de que hasta este miércoles 8 de febrero funcionarios del Estado no han dado ningún balance del operativo; pero las fotografías filtradas en redes sociales muestran los impactos de balas que recibieron las patrullas, algunas viviendas y comercios.
Justamente en Las Tejerías el 6 de febrero del año pasado el Gobierno Nacional realizó un operativo mixto policial llamado Guaicaipuro II, con el que lograron matar a uno de los delincuentes más buscados del país en ese entonces y líder de una de las megabandas que operaba en Caracas: Carlos Luis Revete, alias El Koki. Pero de esa operación hay pocos detalles y se conoció que no desarticularon las bandas que operan en la zona desde hace muchos años.
Marco Ruiz, quien trabajó como investigador de la antigua Policía Técnica Judicial (PTJ, hoy Cicpc), dirigió policías como las de Higuerote o Vargas y fue inspector de la Policía de Caracas, explica a Efecto Cocuyo que con estas acciones la megabanda está demostrando el poder y apoyo que tienen.
Para el expolicía científico, esto se debe a que muchos “personeros” del Gobierno se involucran con este tipo de delincuentes, alegando que hay que defender “la revolución”.
“Como dice un famoso dicho: ‘se sienten guapo y apoyados’ (…), son conceptos y acciones equivocadas, las correctas es dar la seguridad al pueblo atacando y neutralizando el hampa venga de dónde venga y al que lo apoye también debe tener su cuota de responsabilidad”, señala.
“Los delincuentes tenían más armas que la policía”, ataque armado causa pánico en Las Tejerías
Pero, ¿cómo una banda delictiva logra tener tanto poder y control sobre una zona? El exfuncionario policial señala que una de las principales razones es que no existe una buena política de control de armas de fuego por parte del Gobierno.
Agrega que otro de los factores que influyen en el poder que ejercen estos grupos delictivos son los hechos de corrupción ligados a los cuerpos de seguridad civiles y militares, al vender armas de fuego a civiles.
La megabanda de alias El Conejo funciona como una franquicia del Tren de Aragua en Las Tejerías, según señaló Luis Izquiel, abogado, criminólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela.
“Es una megabanda fuertemente armada; lo demostraron en estos ataques a puestos policiales, tienen fusiles de alto poder, ametralladoras y granadas y podría estar conformada por más de 100 hombres armados”, dice Izquiel.
El experto explica que seguramente esta megabanda de El Conejo se nutrió de miembros de la megabanda de El Koki, que operaba en la Cota 905, en Caracas.
“El Koki estaba siendo resguardado por alias El Conejo y luego fue abatido en un procedimiento en Las Tejerías. Pero el Koki seguramente no estaba solo en la zona, porque toda la megabanda delictiva migró de la Cota 905 y seguramente parte de esa pandilla lo acompañaba. Luego de su muerte, muy probablemente esos exintegrantes de la banda de la Cota 905 se unieron a la banda de El Conejo y ahora es una megabanda muy poderosa y fuerte, y lo demostraron en la madrugada del domingo”, explica.
Antes de que se generara el ataque armado en contra de los funcionarios de seguridad que cumplen con sus labores de servicios en las comunidades que conforman Las Tejerías, por servicios de mensajería instantánea circuló un presunto “comunicado”, en el que los delincuentes amenazaban a los ciudadanos que prestaran apoyo a los funcionarios.
Además, exigieron que estos funcionarios no estuviesen en Las Tejerías, una zona que apenas se recupera de un deslave en el que 54 personas murieron y cientos quedaron sin hogares.
Pueblo de huellas y ambulantes: Las Tejerías a un mes del deslave
Ruiz, experto en seguridad, expresa su rechazo ante este amedrentamiento realizado por presuntos miembros del Tren de Aragua, ya que la delincuencia no puede tener ningún tipo de poder ni darles pautas al Gobierno.
El exfuncionario indicó que en el estado Aragua, específicamente en las zonas controladas por la delincuencia organizada, se debió aumentar los patrullajes supervisados en las calles, avenidas, barrios y urbanizaciones.
“Debieron enviar los cuerpos de seguridad combinados, es decir, policial municipal, estadal, nacional y castrense. El dominio debe ser del Estado, con su presencia masiva”, explica Ruiz.
Izquiel, experto en criminología, destaca que es común que las megabandas criminales en el país estén acostumbradas a disfrutar con completa impunidad en el territorio que controlan y por esa razón no les gusta que se instalen puestos policiales o funcionarios bajo ningún motivo.
“Es probable que esa sea una de las motivaciones o la motivación del ataque de la madrugada del domingo”, señala.
Ruiz explica que el hampa crece desde la infancia y los delincuentes organizados van reclutando niños en las escuelas, que son usados para labores de espionaje. Pueden ser informantes, los entrenan y les dan dinero.
La situación económica del país también influye en que los más jóvenes busquen alternativas en la delincuencia.
“Entonces, cuando desarticulan una banda no es toda; quedan los menores, agrega a los adultos mayores que los esconden, bien sea por miedo o dinero. El grave error del gobierno, cuando Chávez estaba vivo, fue desarmar las policías municipales y estadales al quitarles las armas largas y los grupos tácticos (comandos); pero, insisto, que deben abocarse al trabajo de inteligencia y patrullaje”, recomienda.
El experto en seguridad agrega que para acabar con una megabanda de esta magnitud los funcionarios de seguridad y el Gobierno deben dar ejemplo de fuerza de castigo y enviar a los delincuentes a las cárceles con condenas largas.
“Los delincuentes que usen armas contra las fuerzas públicas deben ser neutralizados”, ratifica el funcionario.
El Gobierno nacional ha realizado diferentes operativos para acabar con el poderío que tienen estas megabandas en algunas zonas del país. En Caracas con la muerte de alias El Koki, la administración de Nicolás Maduro, pudo volver a recuperar el espacio que había perdido en la Cota 905.
Pero, a pesar de esos operativos, la delincuencia sigue haciendo de las suyas y expandiéndose, como es el caso del Tren de Aragua, que se estableció también en otros países de América.
Ruiz considera que las fallas en esto operativos se debe a la falta de coordinación en cuanto a liderazgo y al no dejar hacer el trabajo al componente policial de larga experiencia y capacitación.
Mientras, Izquiel señala que alguno de los operativos sí han sido exitosos, pese a la opacidad y a algunas violaciones de derechos humanos que en ellos se cometen. Asegura que para acabar con la banda del Tren de Aragua y la de El Conejo deben limitar y neutralizar el accionar de alias El Niño Guerrero, quien lidera esta megabanda trasnacional y que se encuentra recluido en la cárcel de Tocorón, estado Aragua, lugar desde donde opera.
“Es bastante sencillo, el líder de esa banda está preso en Tocorón, entonces si aquí hubiese voluntad para acabar con esta megabanda criminal, la más grande de Venezuela y de mayor internacionalización, tendrían que abrir la puerta de Tocorón y neutralizar o limitar el accionar de ese detenido, que desde allí es el cerebro de la expansión nacional e internacional de esa megabanda criminal; digo neutralizar no en el sentido de matarlo, sino de limitar su accionar, para que no continúe siendo líder activo de una pandilla criminal que hace estragos en las calles de Venezuela y en las calles de varios países latinoamericano”, agrega Izquiel.
El operativo Guaicaipuro II, con el que funcionarios mataron a El Koki, se debió aprovechar para desmantelar la megabanda de El Conejo, opina Luis Izquiel.
El experto señala que fue una oportunidad desaprovechada, porque luego de que mataron a uno de los líderes de la banda que operaba en la Cota 905, no fueron tras El Conejo, que en ese momento habría huido a la zona montañosa de Las Tejerías.
El criminólogo señala que no se sabe por qué se actúa contra unas bandas y contra otras no.
“Después que mataron a El Koki las autoridades pareciera que se olvidaron de perseguir a alias El Conejo, no se sabe por qué, pero lo cierto es que ahora volvió y seguramente más fortalecido por la alianza con el Tren de Aragua, y por seguramente haberse nutrido de miembros de la banda de El Koki, que ahora deben estar con él en Las Tejerías”, reitera.