Credit: Anna Biosca Rubia

William Gil D’Avolio es un joven abogado venezolano. Actualmente vive en Madrid, España, donde ha realizado dos másteres en el área social y se ha especializado en la persecución por motivos de género, identidad de género y orientación sexual. Hoy, este venezolano es el Director Ejecutivo de la Federación Estatal LGTBI+ en España.

La Federación (FELGTBI+) es la organización que agrupa a la mayoría de entidades LGTBI+ en España, y por ello es una de las dos grandes organizaciones que llevan adelante la realización de uno de los eventos más concurridos del colectivo: el Orgullo Estatal en Madrid.

“Para mí, el día del Orgullo es el día más feliz del año. Este trabajo me hace muy feliz porque tengo la posibilidad de crear un gran espacio para que muchas personas sean visibles, levanten su voz y se sientan parte de sus grupos de iguales”, dice William.

En el año 2023, el Orgullo en Madrid contabilizó una asistencia de más de un millón trescientas mil personas. Una gran responsabilidad para un migrante, pero que William asume con el mayor de los compromisos.

“Nuestro primero de enero es el día siguiente después de la manifestación del Orgullo. Desde mayo, la presión va en aumento día a día. Yo tengo la función de coordinar con los entes públicos, ayuntamiento, policía, bomberos, asistencia médica, ambulancias, voluntarios, carrozas, entre muchos detalles más. Así que son dos meses intensos y diez más trabajando para que sea posible”.

Para William Gil, el Orgullo es un evento de reivindicación y celebración. “Para mí, es la reivindicación y, al mismo tiempo, celebración del derecho de existir”, lo dice con absoluta convicción. “Organizarlo conlleva una tensión importante. Los días previos son de mucha tensión, mi agenda solo tiene eventos y reuniones sobre el Orgullo y todo lo que esto implica, incluso la incidencia de los temas del colectivo LGTBI+”.

“Es muy importante lo que la visibilización logra. Hoy en día tenemos un Orgullo en el cual no solo las organizaciones LGTBI+ quieren participar, sino que también lo hacen otras organizaciones, sindicatos, embajadas, partidos políticos, empresas que, además, trabajan todo el año en la creación de entornos seguros para el colectivo en sus espacios de trabajo.

Mientras desde afuera puede verse solo como una fiesta, William, que además fue dirigente estudiantil en Venezuela, consejero universitario de la UCV y presidente del Centro de Estudiantes de Derecho, reconoce el impacto político del Orgullo. La manifestación de tantas voluntades en pro de los derechos sensibiliza y ha logrado aprobaciones de leyes o denunciado el odio, contando con una participación tan variada como la propia sociedad. El año pasado, por ejemplo, participaron en la cabecera dos Vicepresidentas del gobierno de España.

Es cierto que ese día las calles de Madrid se llenan de alegría y libertad, sin embargo, la mirada interna de William va más allá de ese ánimo, lo ve de manera más profunda. “Este año el lema principal es ‘Educación, Derechos y Paz’, creo que resume sin duda lo que pide el colectivo a nivel mundial. Además, la segunda pancarta va de conciencia contra los delitos y discursos de odio, pero para todos los colectivos vulnerables: mujeres, migrantes, personas con discapacidades. Es decir, es una manifestación por los derechos de todas las personas”.

En Madrid, el Orgullo es una manifestación que se divide en manifestación “andada” y manifestación “rodada”. La andada es la que arranca primero y son personas marchando. Esta primera parte se organiza con los colores de la bandera LGTBI+: Blanco: las dos entidades organizadoras, Rojo: entidades LGTBI+ federadas, Naranja: entidades LGTBI+, Amarillo: entidades sociales, Verde: embajadas y sindicatos, Azul: partidos políticos, Morado: empresas y la zona Rosa que son las carrozas. Esta última es la manifestación “rodada”, donde las carrozas deben transportar a personas porque las personas son las que manifiestan y el Orgullo es una manifestación. Además, deben llevar el lema del Orgullo seleccionado para cada año.

La jornada de William comienza, en el sitio, a las 9:00 am y termina a las 3:00 am. Unas 20 horas despierto, solo para el Orgullo. “Cuando termina, me siento en una esquina de la tarima y lloro. Es mi manera de liberar toda la tensión y digo: lo logramos, otra vez. Quedo agotado, realmente agotado, pero feliz”.

Este año se espera que participen, nuevamente, más de un millón de personas y 51 carrozas.

Activismo venezolano

“Soy un profundo admirador de los activistas venezolanos que luchan por sus derechos, no solo de la comunidad LGTBI+, sino de todas las personas que los exigen. Yo creo que la gente se hartó de esperar que hubiese un cambio político para reclamar sus derechos y eso me conmueve mucho”.

William también ha trabajado en organizaciones que atienden a personas migrantes. De hecho, es voluntario y miembro de la Junta Directiva de ONG Red Reto, organización que trabaja por los derechos de las personas migrantes en España. Estos puestos en organizaciones le han permitido apoyar a venezolanos y venezolanas que migraron de manera forzada, entre muchos de ellos hay casos de perseguidos por su identidad de género u orientación sexual y también por género. Y por ello no deja pasar los discursos de odio recientes en Venezuela.

“Los discursos de odio derivan en delitos de odio. Estos no se deben dejar pasar. Los he visto que vienen del Estado, políticos, también de algunos grupos religiosos. Nada justifica la negación del otro. Por eso admiro a todos los que han reclamado y levantado su voz para la denuncia, estoy seguro de que en un futuro próximo vendrá la reparación y el reconocimiento”.

Cuando hablamos de Venezuela, a William se le corta la voz. Le pregunté si le gustaría organizar un Orgullo en Venezuela, y luego de llorar, pudo reponerse y decir “Me encantaría participar y apoyar en la organización de un Orgullo en Caracas, ver la Avenida Bolívar llena de color y manifestar reivindicando la Memoria Histórica. Reconociendo a quienes estuvieron antes y quienes ya no están. Empezando por el reconocimiento de Sylvia Rivera, mujer trans que lideró las revueltas de Stonewall y era hija de una venezolana que migró a Nueva York”.

Para William, en su lista de “cosas que hacer antes de morir” está volver a participar en un Orgullo en Venezuela.

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