2024, tiempo de estreno
Vista de una caja de votos en un centro electoral con poca gente durante el referéndum consultivo por El Esequibo, hoy en Caracas (Venezuela) | FOTO: EFE. EFE/ RAYNER PEÑA R.

La dinámica de los tiempos siempre ha sido objeto de estudio dado el irremediable devenir de los cambios que ocurren en el tránsito inexplicable de las circunstancias.

Del libro bíblico Eclesiastés se obtienen importantes consideraciones que bien dan cuenta de que el discurrir de los hechos que determinan la vida humana está apropiadamente augurado por la naturaleza para que todo suceda en el tiempo establecido. Por eso, el primer versículo del capítulo 3 refiere que: “Hay un momento para todo y un tiempo para cada acción bajo el cielo”.

De manera que el ser humano, interesado y presuroso de adelantarse a los hechos, para configurar la ruta de sus decisiones, intenta sortear el umbral de lo desconocido. El problema es que es imposible vislumbrar lo que la incertidumbre oculta.

La planificación política trata de especular lo que el horizonte permite. Por supuesto, aceptando la insuficiencia que el esfuerzo de esta tarea representa.

No obstante, acá es cuando el planificador se vale de su entrenamiento para perfilar escenarios posibles estructurados con base en las variables que presume con criterios de ordenamiento politológico.

El proceso electoral presidencial de 2024

El estreno de 2024, del cual se han tejido diferentes conjeturas políticas, seguirá aportando recursos cognitivos para hacer proyecciones. La diferencia entre un año electoral cualquiera y 2024 estriba en el inmenso y casi desmesurado deseo (contenido por la población) asumido como imperiosa necesidad (acumulada) de lograr democrática y pacíficamente, el cambio de gobierno que pauta la Constitución venezolana.

Específicamente, cuando señala que el gobierno de la República de Venezuela “es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables” (Artículo 6 constitucional).

Estas realidades se tornan más interesantes y adquieren un marcado peso político, luego de estimar la presión causada por el evento electoral acontecido el 22 de octubre de 2023, organizado por la Comisión Nacional de Primaria (CNP), frente a la decaída popularidad del régimen político nacional.

Además, bastante menguado por las sanciones establecidas de gobiernos extranjeros y tribunales internacionales que dejaron ver, al resto del mundo, el talante delictivo, represivo y criminal de los cuadros políticos gubernamentales venezolanos.

Así que 2024 será un tiempo para definir cambios que no esperan más dislates ni prórrogas. Mucho menos, aplazamientos que sólo han conducido a desgraciar aún más las expectativas de vida y razones de bienestar de la población en general.

Entonces no cabe duda que 2024 es el tiempo exacto para que Venezuela demuestre, otra vez, su capacidad de alcanzar un inminente y necesario cambio político nacional. Razón plausible para afirmar confiadamente y con el mejor optimismo que es 2024, tiempo de estreno.

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