¿Qué agrado atesoró la Navidad?
Protestan, en Caracas, para exigir una navidad sin presos políticos.

Aunque la pregunta pudiera resultar extraña tiene pleno sentido plantearla y, más aún, en el mes más emotivo del año: diciembre. Esta época en la que celebramos la Navidad es tiempo para motivar ideas, para revisar la vida lograda, para exhortar nuevos planes. Es tiempo para atar cabos sueltos y ordenar los objetivos con los que seremos capaces de alcanzar, superar o llegar a metas anheladas.

En fin, la pregunta podría servir de palanca, pero de una palanca cuya solidez permita impulsar la vida un tanto más allá de lo pensado o de lo que las fuerzas alcancen en su constitución o desarrollo.

Algún sabor tuvo la Navidad para quienes, en algún momento, concienciaron el tiempo que se vivió desde el Adviento (tiempo que, según la Iglesia Católica, precede la Navidad y consta de cuatro semanas) hasta el 25 de diciembre. Sobre todo en quienes, por convicción cristiana, reconocen que son días para reflexionar sobre el nacimiento de Jesús y su irrupción en la historia del hombre en Navidad. Y es lo que esta disertación busca aludir al intitular ¿qué agrado atesoró la Navidad?

Un alto obligatorio en Navidad

No obstante, cabe acá hacer una parada que obliga a dar cuenta del terreno político por el cual ha transitado el siglo XXI. En medio de tan forzoso alto es imposible descartar los problemas que el ejercicio del poder, por parte de regímenes oprobiosos, ha sido incitado. Problemas que destacan un mundo mísero, trastornado y penoso, desatado por distintos demonios.

Particularmente, los demonios del militarismo, de la codicia, del subdesarrollo, de la mala política, de la improvisación, de la malversación, del resentimiento y por demonios pertenecientes a muchas hordas de criaturas contrahechas.

El analista y CEO de Security College US, Arturo Grandon, refirió en su cuenta X, el 21 de septiembre de 2021, que el problema es fundamentalmente de naturaleza sociopolítica. Alegaba Grandon que “vivimos en un mundo donde la estupidez es escuchada, la inteligencia es ignorada y la educación ha pasado de moda”.

Es acá donde responder ¿qué agrado atesoró la Navidad?, se vuelve difícil. Pero no por lo que puede habitar en los sentimientos de quien comprende que la Navidad es un momento que bien vale para compendiar todos los tiempos hermosos, para unirlos en uno solo. Pues no deja de ser profundamente cierto que la Navidad es un tiempo que mueve emociones, inspira proyectos, aviva expectativas y sensibiliza actitudes.

Sin embargo, muchas contradicciones pululan alrededor de las alegrías decembrinas con el roñoso propósito de opacar las esperanzas que la Navidad incita en tantos seres humanos. Especialmente aquellas disfrazadas de confusiones, traiciones, conspiraciones, maldades, tormentos, represalias, amenazas y tantas animadversiones maniobradas con afán de poder político, odio, alevosía y malevolencia.

Es ahí cuando los recuerdos se confunden con los miedos que frustran sentimientos. Es cuando, tristemente, las realidades apagan las luces que han iluminado el camino que cada quien ha transitado con el peso de la carga que la espalda aguanta. 

Aun así, no hay un ser humano que se resista a vivir la Navidad tal como ella a pesar de las realidades que las circunscriben.

Preguntar ¿qué agrado atesoró la Navidad de 2023?, puede conducir a respuestas que exalten exquisitez, dulzura, deleite, encantos, entre otras cualidades propias de la espiritualidad. Aunque también hay respuestas que seguramente indican amargura, tristeza, pesadumbre, vergüenza, dolor, angustia, temor, aflicción, incertidumbre, preocupación, entre otras consideraciones que reflejan la realidad en la cual se desenvuelve el autoritarismo o el totalitarismo. Vale pues la pertinencia de preguntarle al lector ¿Qué agrado atesoró la Navidad?

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: ¿El mundo empeora o es una sensación?

</div>