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OPINIÓN · 30 ENERO, 2023 05:30

El baile del núcleo de la Tierra

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Paulino Betancourt Figueroa | @p_betanco

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Durante mucho tiempo el núcleo de la Tierra ha sido un lugar fascinante para los científicos, encontrándose a unos 2.900 kilómetros por debajo de la superficie. Se cree que existe como una bola de metal caliente compuesto por hierro y níquel, que posee muchas cualidades únicas, incluyendo su propia rotación. Recientemente los geocientíficos, quienes están al tanto de la dinámica de los secretos de la Tierra, han publicado nuevos hallazgos sobre el núcleo interno, postulando que el sólido núcleo parece haberse detenido, aunque realmente solamente cambió su velocidad en relación con la corteza.

No es la primera vez que se registra un evento de este tipo y tampoco está sucediendo nada catastrófico que amenace la vida en la superficie del Planeta, como se vio en la película de ciencia ficción El Núcleo.  En este film tienen que llamar a un equipo de geofísicos y astronautas para perforar el centro del planeta, haciendo algunos estallidos nucleares y reactivando el núcleo de la Tierra. Afortunadamente, la variación en la rotación del núcleo interno es muy pequeña y no nos afecta. A lo sumo, podría contribuir con las fluctuaciones en el campo magnético.

Según los modelos geológicos actuales nuestro planeta consta de varias capas, una exterior conocida como corteza (sobre la que caminamos), que consiste principalmente de roca sólida. Debajo de la corteza se encuentra el manto, lo que representa el 84% del volumen total de la Tierra. Esta capa consta de material rocoso que es más denso que el de la corteza y en su mayoría sólido, aunque en algunas regiones localizadas se puede fundir debido a las altas presiones. Debajo del manto se ubica el núcleo de la Tierra, que tiene una sección interna y otra externa. En el centro de nuestro planeta se encuentra el denso núcleo interno, que tiene alrededor de 1.200 km de diámetro y se cree que es sólido.

Se sabía desde 1996 que el núcleo interno de la Tierra gira junto con el manto que se encuentra sobre él. Para ello, los científicos interpretaron las lecturas de las ondas sísmicas de los terremotos que atravesaron el núcleo interno. Desde entonces, los investigadores de las geociencias han estado determinando qué tan rápido o lento gira el núcleo interno. Al principio, se pensó que el núcleo realizaba una vuelta completa cada 400 años, impulsado por un par electromagnético y equilibrado por la atracción gravitacional. Pero otros científicos, pronto teorizaron que giraba mucho más lento, tardando 1.000 años o más en rotar por completo.

En el nuevo estudio, los investigadores recolectaron toda la data generada a nivel mundial, comparándola con patrones más recientes de ondas sísmicas. Sus cálculos sugieren que el núcleo interno se ha ralentizado hasta detenerse por completo en 2009 y luego, sorprendentemente, giró en la dirección opuesta. Consideran que esto es parte de un ciclo de siete décadas, lo que significa que cambia de dirección aproximadamente cada 35 años y el próximo tendrá lugar a mediados de la década de 2040. Sin embargo, hay que tener cuidado con estos términos, para ellos “detenerse” se refiere a que la velocidad del núcleo igualó a la del manto.

Según los cálculos, dos fuerzas actúan sobre el núcleo interno. La primera es la fuerza electromagnética que es generada por el movimiento de los fluidos en el núcleo exterior. Se cree que el campo magnético que actúa sobre el núcleo interno metálico hace que éste gire. La otra fuerza que actúa sobre el núcleo interno es la gravedad. El ciclo de 70 años del núcleo interno probablemente sea impulsado por las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias. Si las dos fuerzas no se equilibran, el núcleo interno se acelerará o desacelerará. Por tanto, un pequeño desequilibrio en las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias sería suficiente para desacelerar la rotación del núcleo interno, tal como se observó en el 2009.

Los investigadores señalan que el cambio de siete décadas coincide con otras variaciones periódicas observables en la superficie de la Tierra, vinculados con la duración del día y el campo magnético, los cuales tienen una periodicidad de seis a siete décadas. Los patrones de décadas en las observaciones climáticas, de la temperatura promedio global y el aumento del nivel del mar, también parecen estar extrañamente alineadas. Para los autores del artículo, esta oscilación frecuente, de cambios lentos y apenas perceptibles que oscila de un lado a otro cada 70 años, parece indicar que existe «un sistema de resonancia en diferentes capas de la Tierra, (…) como si todo el planeta estuviera acompasándose al mismo tiempo».

Dado que el núcleo interno de la Tierra está vinculado dinámicamente a sus capas externas, unido al núcleo externo por acoplamiento electromagnético y al manto por fuerzas gravitatorias, el estudio también podría ayudar a comprender cómo los procesos en el interior de nuestro planeta afectan a la superficie, asentada sobre un interior arremolinado. «Estas observaciones proporcionan evidencia de interacciones dinámicas entre las capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie» concluyeron los investigadores.

A pesar de los hallazgos, los autores indicaron que existen algunas limitaciones en el estudio, incluido el hecho de que la duración de los datos sísmicos disponibles es limitada. «No hemos observado un ciclo completo de la oscilación propuesta de siete décadas, porque los datos cubren menos de seis» dijeron los científicos. La razón de ello es que «las estaciones sísmicas modernas comenzaron a implementarse a nivel mundial desde la década de 1990. Los datos sísmicos de años anteriores se encuentran en registros en papel, pero son bastante escasos y de difícil acceso».

Finalmente, la velocidad de esta rotación, y si varía, aun se debate. Sin embargo, el núcleo interno continúa su rotación, a pesar del debate científico que se da en la superficie del Planeta.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

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No es la primera vez que se registra un evento de este tipo y tampoco está sucediendo nada catastrófico que amenace la vida en la superficie del Planeta, como se vio en la película de ciencia ficción El Núcleo.  En este film tienen que llamar a un equipo de geofísicos y astronautas para perforar el centro del planeta, haciendo algunos estallidos nucleares y reactivando el núcleo de la Tierra. Afortunadamente, la variación en la rotación del núcleo interno es muy pequeña y no nos afecta. A lo sumo, podría contribuir con las fluctuaciones en el campo magnético.

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Los investigadores señalan que el cambio de siete décadas coincide con otras variaciones periódicas observables en la superficie de la Tierra, vinculados con la duración del día y el campo magnético, los cuales tienen una periodicidad de seis a siete décadas. Los patrones de décadas en las observaciones climáticas, de la temperatura promedio global y el aumento del nivel del mar, también parecen estar extrañamente alineadas. Para los autores del artículo, esta oscilación frecuente, de cambios lentos y apenas perceptibles que oscila de un lado a otro cada 70 años, parece indicar que existe «un sistema de resonancia en diferentes capas de la Tierra, (…) como si todo el planeta estuviera acompasándose al mismo tiempo».

Dado que el núcleo interno de la Tierra está vinculado dinámicamente a sus capas externas, unido al núcleo externo por acoplamiento electromagnético y al manto por fuerzas gravitatorias, el estudio también podría ayudar a comprender cómo los procesos en el interior de nuestro planeta afectan a la superficie, asentada sobre un interior arremolinado. «Estas observaciones proporcionan evidencia de interacciones dinámicas entre las capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie» concluyeron los investigadores.

A pesar de los hallazgos, los autores indicaron que existen algunas limitaciones en el estudio, incluido el hecho de que la duración de los datos sísmicos disponibles es limitada. «No hemos observado un ciclo completo de la oscilación propuesta de siete décadas, porque los datos cubren menos de seis» dijeron los científicos. La razón de ello es que «las estaciones sísmicas modernas comenzaron a implementarse a nivel mundial desde la década de 1990. Los datos sísmicos de años anteriores se encuentran en registros en papel, pero son bastante escasos y de difícil acceso».

Finalmente, la velocidad de esta rotación, y si varía, aun se debate. Sin embargo, el núcleo interno continúa su rotación, a pesar del debate científico que se da en la superficie del Planeta.

***

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