Errores que matan
Foto: Abed Rahim Khatib/dpa/picture alliance

La guerra contra Gaza “no parará hasta finales de año”, ha dicho un portavoz del ejército Israelí hace pocos días. Nada esperanzador. Es que no puede serlo.

Muy probablemente, cerca de la próxima navidad tampoco habrá terminado la guerra en Gaza porque se trata de una guerra genocida, como lo ha determinado la Corte Penal Internacional, y los genocidios no paran hasta que el último miembro de la población a exterminar, en este caso los palestinos, sea expulsados o borrados de la faz de la tierra.

En Gaza hay una guerra con intenciones genocidas como la que explotó en Europa a mitad del siglo pasado cuando los nazis quisieron exterminar a los judíos y, por fortuna de la humanidad, no pudieron. Ojalá esta vez sea así.

Guerra sin cuartel

Hace 8 meses Hamas tomó por asalto un kibutz en Israel, asesinan a unas 1.000 personas y secuestran a unos 200 jóvenes que asistían a un concierto, según autoridades israelíes. La respuesta militar de Israel a ese ataque ha causado cerca de 38.000 muertos en Gaza, sin contar los que están debajo de los escombros de los edificios bombardeados, y decenas de miles de heridos, según autoridades palestinas.

En su avance por Gaza las tropas israelíes han matado a pocos guerrilleros y dirigentes de Hamas en proporción a la inmensa  cantidad de niños, niñas, adolescentes, ancianos, mujeres y hombres muertos que no eran guerrilleros ni soldados, como tampoco lo eran los pobladores del Kibutz, ni quienes asistían al concierto en suelo israelí.

En la guerra en Gaza, Israel ha reconocido públicamente haber cometido varios errores. Confesiones obligadas ante  el impacto mediático de algunas de sus acciones que han producido indignación mundial. En el recuento de esta guerra falta saber los errores cometidos por Hamas, más allá del brutal asalto al kibutz y al concierto.

A confesión de parte…

En los días siguientes al ataque de Hamas al kibutz y al concierto, algunos medios de comunicación comentaron la falta de vigilancia en los alrededores y lo que es peor, que el atroz ataque los hubiera agarrado desprevenidos, cuando Israel cuenta con uno de los servicios de inteligencia más eficientes del mundo. Meses después de la fatídica noche del asalto de Hamas y avanzadas las investigaciones sobre lo ocurrido, el gobierno de Israel destituyó a su ministro de Defensa por errores cometidos en lo que era su misión principal, la defensa nacional.

Quizás, la vergüenza de Israel ante el mundo por haber fallado en su defensa y la rabia por el error cometido por ellos mismos, sea una de las razones que permita comprender la desproporcionada y despiadada respuesta de Israel que ha ido más allá de Hamas y se ha extendido a toda la población palestina

Hace unos meses, un dron Israelí mató a 7 miembros de una ONG que llevaban alimentos a los palestinos que sufren de hambruna. No eran guerrilleros, ni los unos, ni los otros. Ante la  indignación mundial por ese ataque, Israel dijo que había sido un error.  Con ese error son cerca de 600 cooperantes asesinados mientras prestaban ayuda humanitaria en Gaza, según agencias de las Naciones Unidas.

Varios organismos internacionales han denunciado que Israel está  impidiendo el acceso de alimentos, agua y medicinas a la población de Gaza que los necesita con urgencia.   De esa manera, Israel condena a muerte, sin juicio alguno, a decenas de miles por la sola culpa de ser palestinos.  Esto, a todas luces, es un error, un crimen de lesa humanidad

Los ataques de Israel a escuelas, templos religiosos, hospitales, zonas residenciales y campamentos de refugiados, con la excusa de que allí se ocultan guerrilleros o podían estar los rehenes o había armas, ha convertido el ataque a Gaza en una guerra sin cuartel contra la población civil.  Otro crimen de lesa humanidad

Siguen los ataques

Israel, en gesto que pudiera parecer misericordioso, ha ordenado a la población civil palestina que huya hacia Rafah, la tierra prometida como segura.  La gente corre despavorida tratando de salvar su vida y la de su familia. Lo más seguro pareciera quedarse en un campo de refugiados pero, en la noche, mientras duermen, en uno de esos campos, Israel los ha bombardeado matando a decenas que no eran guerrilleros, Después dijo que ha sido un error.

Una de estas mañanas recientes, Israel ha bombardeado un mercado donde la gente acudía a adquirir los pocos alimentos posibles. En ese ataque tampoco se reportan guerrilleros muertos, solo gente del pueblo.

Esos crímenes están ocurriendo en Gaza, en Cisjordania, en cualquier parte donde hayan palestinos al alcance de las balas y las bombas. Ocurre ante los ojos del mundo, se ve en los noticieros y se sabe de  la impunidad.   Habrá que esperar un juicio como el de Nuremberg para conocer las responsabilidades de este crimen colectivo, aunque ya se vean a todas luces.

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