El impacto del cambio climático en los tesoros cósmicos de la Antártida

El vasto manto de hielo de la Antártida, inmaculado y deslumbrante, atrae a buscadores de meteoritos de todo el mundo. Cada año, se descubren alrededor de mil fragmentos celestiales en esta región. Su coloración sombría contrasta vivamente con la luminosidad del paisaje antártico, facilitando su detección.

Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Climate Change advierte que la mayoría de estos meteoritos podrían desaparecer para siempre en las próximas décadas. A medida que las temperaturas aumentan, estas reliquias cósmicas corren el riesgo de hundirse más profundamente en el hielo, volviéndose inalcanzables. Argumentan los autores del reciente estudio, que debemos intensificar los esfuerzos para encontrarlos antes de que desaparezcan para siempre.

Incluso a temperaturas por debajo de los cero grados centígrados, los meteoritos tienen la capacidad de hundirse en el hielo. Esto ocurre porque el Sol, al incidir sobre la roca oscura, la calienta debido a su capacidad para absorber la radiación solar. Este calor provoca la fusión del hielo circundante. El meteorito, al ser más pesado que el agua líquida, comienza a hundirse en este charco de agua derretida.

 Sin embargo, a medida que bajan las temperaturas (especialmente por la noche o durante las estaciones más frías), el agua de deshielo se vuelve a congelar. Esto atrapa el meteorito, ahora incrustado dentro del hielo. Con los ciclos repetidos de derretimiento durante el día y recongelamiento durante la noche, el meteorito se hunde cada vez más en la capa de hielo. Con el tiempo, queda enterrado más allá del alcance de la recuperación científica, desapareciendo de la superficie.

Caza de meteoritos

Durante millones de años, la Antártida ha sido el blanco de una lluvia constante de meteoritos. Muchas de estas rocas han quedado sepultadas en las profundidades del hielo, perdidas para siempre. No obstante, existen regiones específicas del continente, denominadas “áreas de hielo azul”, donde los meteoritos atrapados son liberados de su gélido cautiverio. Se estima que existen alrededor de 600 de estas áreas en la Antártida.

Este fenómeno ocurre cuando el viento y la luz solar erosionan las capas superiores de hielo, exponiendo los meteoritos que pueden haber estado confinados allí durante miles de años. Por lo tanto, las áreas de hielo azul de la Antártida se consideran como algunos de los lugares más propicios en el mundo para la caza de meteoritos.

La Antártida ha sido el lugar de descubrimiento de unos 48.000 meteoritos, lo que constituye cerca de 60% de todos los meteoritos recolectados en el planeta. Aunque la mayoría de estas rocas espaciales no superan los tres centímetros de diámetro, existen algunas que destacan por su tamaño considerable.

Un ejemplo notable es el meteorito descubierto en enero de 2023, que pesaba 7,7 kilogramos, convirtiéndose en una de las rocas espaciales más pesadas jamás halladas en el continente helado. La lista de meteoritos antárticos también incluye muestras de Marte, el más famoso, ALH 84001, contiene minerales que respaldan la evidencia de que el Planeta Rojo era cálido y tenía agua en su superficie hace miles de millones de años.

Mapa del tesoro

Sin importar su tamaño, el estudio de estas rocas espaciales puede develar misterios acerca del origen y la evolución de nuestro sistema solar. Los meteoritos antárticos son de particular interés para los científicos debido a su excelente estado de conservación en el hielo. A diferencia de estos meteoritos, aquellos que aterrizan en otras regiones del planeta se contaminan rápidamente con otros minerales, microorganismos o incluso por la intervención humana tras su contacto con la superficie terrestre.

Las áreas de hielo azul ricas en meteoritos han sido identificadas por los investigadores en gran medida por casualidad. Sin embargo, en un intento por sistematizar esta búsqueda, el equipo de investigadores ha recurrido a la inteligencia artificial. Han empleado un algoritmo de aprendizaje automático para elaborar un “mapa del tesoro” que señala las zonas con alta probabilidad de ser ricas en meteoritos. Este mapa se basa en diversos factores como la temperatura superficial, la inclinación del terreno, la cobertura superficial y el movimiento del flujo de hielo.

Este estudio, que fue publicado en enero de 2022 en la revista Science Advances, logró identificar 600 áreas y estimó la existencia de alrededor de 300.000 meteoritos aún presentes en la superficie de la capa de hielo. En 2023, el equipo de investigación utilizó estos hallazgos para determinar con precisión los lugares a explorar durante su expedición.

“También se deben considerar parámetros locales como la topografía y las direcciones del viento que pueden redistribuir los meteoritos de los campos de hielo azul hacia trampas de meteoritos locales”, dijeron los autores. En el nuevo estudio, se proyectaron la pérdida de meteoritos en diferentes escenarios de cambio climático combinando modelos climáticos con su trabajo del artículo de 2022.

La pérdida de estos tesoros cósmicos supone un golpe significativo para nuestra comprensión del cosmos. Los meteoritos, con su capacidad para asombrarnos, son herramientas esenciales para responder a preguntas fundamentales sobre nuestros orígenes. Es de vital importancia que respaldemos iniciativas destinadas a recuperar estas invaluables rocas espaciales y que nos comprometamos seriamente a minimizar el impacto del cambio climático. De ello depende el futuro de nuestro conocimiento sobre el universo.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: El ADN zurdo: explorando la predisposición cerebral

</div>