Las niñas y adolescentes no están a la venta

Una nueva edición del Día Internacional de la Mujer nos viene a recordar que la igualdad de género sigue siendo el mayor reto que enfrenta la humanidad en materia de derechos humanos.

ONU Mujeres destaca en la convocatoria que “desde 2020, la pandemia del COVID-19, conflictos geopolíticos, desastres climáticos y turbulencias económicas han empujado a 75 millones de personas más a la pobreza severa. Esto podría llevar a más de 342 millones de mujeres y niñas a vivir por debajo del umbral de pobreza en 2030. Es crucial actuar de inmediato para evitarlo”.

¿Adolescentes como mercancía?

ONU Mujeres denuncia una brecha económica que deja a las mujeres y niñas pobres más vulnerables y desprotegidas.

A mediados del mes de febrero, Freddy Bernal, gobernador del Estado Táchira, anunció el rescate de cinco adolescentes tachirenses y el desmantelamiento de una red que actuaba en Táchira, Carabobo, Aragua y se extendía hasta la capital de la República, desde donde las adolescentes eran trasladados hacia Trinidad y Tobago con fines de explotación sexual.

Indicó que “esta red internacional se dedicaba a captar adolescentes en las edades comprendidas entre 14 y 17 años de edad, jóvenes que eran engañadas con la propuesta de que iban a ingresar a una academia de modelaje internacional y participando a los padres y representantes que las menores de edad, que alcanzarían en las pasarelas del modelaje un buen ingreso económico en el exterior”.

A finales de julio 2023 se reportaba que “Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la Delegación de Los Teques, estado Miranda, rescataron a cuatro jóvenes (14 a 19 años) de una red de trata de personas que pretendían trasladarlas hasta Perú y Ecuador”-

Anuncios de este tipo son realizados cada cierto tiempo por directivos de organismos policiales, lo que nos indica que no constituyen hechos aislados. 28% de las víctimas de trata identificadas en todo el mundo son niños según alerta UNICEF y el ICAT (Grupo Interinstitucional de Coordinación contra la Trata). Cifra que se eleva a 64% considerando a mujeres y niñas en América Central y El Caribe.

Los organismos especializados no dudan en que es mayor el número de víctimas, pues es un delito con una “cifra negra” notable. No se denuncia por miedo a los traficantes, por el temor a que le hagan daño a los familiares o, simplemente por no saber cómo y ante quien hacer la denuncia.

¿Qué se entiende por trata?

La trata de personas significa el reclutamiento, transporte, transferencia, albergue o recepción de personas, mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coerción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una posición de vulnerabilidad o de dar o recibir pagos o beneficios, para lograr el consentimiento de una persona que tiene control sobre otra persona, con fines de explotación.

La explotación incluirá, como mínimo, la prostitución u otras formas de explotación sexual, trabajo o servicios forzados, esclavitud o prácticas similares a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos humanos, tomando la definición del Protocolo aprobado por las Naciones Unidas (2000).

Delito en ascenso

La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reportaba, a comienzos de 2021, que se había triplicado el número de niños y niñas víctimas de trata a nivel mundial en los últimos 15 años. Una perversa actividad que genera 150 mil millones de dólares al año.

La crisis generada por el COVID 19 aumentó el número de personas vulnerables, sin trabajo, sin escolarizar y desprotegidas socialmente, que las expone a grupos organizados que las ven como “mercancías” para obtener ganancias.

La masiva migración generada desde Venezuela por la Emergencia Humanitaria Compleja ha hecho que niños, niñas y adolescentes se desplacen de forma no segura, utilizando trochas, pasos no autorizados. Se escogen las rutas más peligrosas pues se desplazan solas, con acompañantes que no son sus familias o representantes o sin la documentación completa o actualizada, lo que multiplica los factores de riesgo que permiten su traslado de forma ilegal o caer en el trayecto víctimas de los depredadores.

Actuar para hacer frente al delito de la trata requiere voluntad política para actuar. Sin ello es imposible contar con los recursos para investigar, identificar las zonas de riesgo, intervenir para desmantelar las organizaciones involucradas, contar con programas de acogida, apoyo y acompañamiento a las víctimas, garantizar la identificación y documentación de los niños, niñas y adolescentes, programas de localización y reunificación familiar y trabajar en la cooperación transfronteriza de las autoridades de los países involucrados.

Cuidado con las redes sociales

El mencionado caso de la forma en que operaba el grupo criminal desde el Táchira vuelve a poner sobre el tapete que las tecnologías se convierte en un universo para captar a sus víctimas. La imperiosa necesidad y la falta de oportunidades se combinan para que adolescentes caigan ante ofrecimientos de casting, pasantías y becas que les cambiarán la vida.

Lanzarse a la aventura de ir a otro país porque a una de tus compañeras le está yendo muy bien, según comenta una intermediaria que se ofrece a ayudar con los trámites, debe activar a toda la familia en la defensa y protección de los suyos. Tenemos que hablar con nuestros muchachos de este tema u corremos el riesgo de que otros lo hagan para hacerles daño.

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