Logros que producen orgullo
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Junio ha pasado a ser para algunos medios de comunicación y autoridades locales, el mes del orgullo, así, sin apellidos, sin identidad.

Pareciera solo la simplificación de una frase por razones publicitarias, pero no, es parte de la estrategia del circo conservador que con sus monstruos recorre el mundo, tratando de borrar los avances sociales del colectivo GLBTIQ+ que, según su visión, “atentan contra la moral, las buenas costumbres y los designios de Dios”.  

En Junio de 2024, el significado reivindicativo y de lucha del orgullo LGBTIQ+ hay que reforzarlo.  Dejar que esa conmemoración sea un desfile carnavalesco, solo una fiesta o un evento turístico que produce mucho dinero a las ciudades que lo incluyen en sus programaciones festivas, es una distorsión intencional de quienes lo quieren invisibilizar.

Junio es el mes en que la comunidad GLBTIQ+ celebra haber logrado visibilidad y derechos sociales en muchas partes del mundo, recuerda lo mucho que falta por lograr y trata de sensibilizar a la población para que sienta más empatía, respeto e inclusión de cualquier persona sexo diverso.

Antecedentes para recordar

El desfile del orgullo gay (llamado solo de gays en un principio; aunque desfilaron muchas personas trans y “queers”) comenzó a realizarse, en los años 80, para conmemorar la rebelión de Stonewall, el nombre de una taberna en Nueva York donde solían reunirse gays y transexuales, casi que en condiciones de clandestinidad por la persecución social y policial que sufrían en esa época.

Una noche de junio de 1969, cuando la policía llegó al bar para una requisa, los clientes se rebelaron contra la opresión. ¡Ya basta!, dijeron, y se enfrentaron a las fuerzas represivas.

La revuelta de Stonewall marcó el nacimiento del llamado movimiento de liberación gay que tomó fuerza a partir de los años 70 para ser lo que es hoy: un potente movimiento universal que celebra con orgullo sus logros productos de mucha y cruenta lucha.

Durante casi toda la historia de la humanidad, salvo con muy contadas excepciones como en la Grecia antigua, la cuna de la civilización occidental, los hombres que le atraen otros hombres o  eran afeminados, han sido perseguidos, encarcelados, execrados de la sociedad.  Motivo de burla y vergüenza para ellos mismos y su familia. Las lesbias, en la Grecia antigua, también tenían visibilidad.  Después, trataron de hacerles invisibles a través de la persecución.

El orgullo gay de hoy es un  gran grupo de personas diversas en lo sexual y en la identidad de género, como las lesbianas, las personas bisexuales, las trans, las inter, las queers y cualquier otra forma de expresión sexual que se conoce como la comunidad o el colectivo GLBTIQ+, un movimiento en continuo crecimiento en todo el mundo aunque sus derechos sean desiguales, según el país donde vivan.

Un movimiento en crecimiento

La complejidad de la diversidad sexual o de género puede resultar confusa, inclusive para quienes  forman parte de ese movimiento, para académicos, periodistas y quienes redactan textos producidos por instituciones especializadas.

Suele confundirse los conceptos de sexo y género y lo que de esos conceptos se deriva. Más, cuando el movimiento de la diversidad sexual es referido con un conjunto de siglas en continuo aumento y que pueden carecer de significado o ser confusa su lectura para la mayoría de la gente y servir para la burla, la manipulación, la agresión verbal o escrita de ese movimiento. Veremos si la evolución del orgullo nos permite contribuir a la aclaratoria necesaria.

Lo gay, que en un principio solo se refería a hombres que sienten atracción sexual por otros hombres, comenzó por ser una categoría que incluía a mujeres con atracción sexual hacia mujeres.  Gays eran tanto unos y como las otras. Prontamente, ellas exigieron identidad propia, visibilidad, y se pasó a hablar de la comunidad de GL, Gays y lesbianas. Algo semejante hicieron las personas que se identifican como bisexuales, a quienes le atraen sexualmente hombres y mujeres, y la denominación del colectivo pasó a ser GLB.

Las personas trans, hombres o mujeres que se identifican, en términos de género, con el género contrario al de su anatomía -el grupo más incomprendido y agredido física y socialmente entre las personas sexo diversas- también salieron a manifestar por derechos elementales como son la identidad y  la vida y el orgullo se hizo GLBT.

Las personas ínter, cuyo sexo anatómico no es claramente identificable y quieren escoger su identidad de género más los otros derechos del colectivo, exigieron visibilidad y el orgullo se hizo GLBTI

Las personas autodenominadas “queers”, tienen la particularidad que siendo hombre o mujer, exageran los rasgos físicos del género escogido y hacen gala de ello. Antes, las queers estaban limitadas a dejarse ver sólo de noche en pequeños escenarios de antros, vaudevilles o cabarets y hoy desfilan a la luz del día  por las avenidas por donde los demás lo hacen cotidianamente. Han logrado espacios de libertad. El orgullo se hizo LGBTIQ.

La diversidad sexual no solo se refiere a la atracción sexual que unas personas sienten por otras, también incluye la identidad de género sexual, que como es cambiante, siempre hay la posibilidad de que aparezcan variantes distintas a las conocidas, de allí el signo + en las siglas.

No hay vuelta atrás

Aun cuando la gente conservadora recorra el mundo como la troupé de un circo maligno donde comediantes con cara de satanás intentan arrebatar las reivindicaciones de género logradas por las personas sexo diverso y las mujeres, no podrán arrebatárselas.

La fuerza del movimiento sexo diverso y de las mujeres está en la cabeza, en el corazón, de esas personas y es imbatible.  A la fuerza de esos sectores se suma la de quienes les apoyan. No se necesita ser mujer, ni gay, ni lesbia, ni persona trans o cualquier tipo de género diverso para defender lo logrado.  Solamente con ser sensible, tener un pensamiento progresista, basta para también sentir orgullo por los logros de esos grupos y defenderlos.

En inclusión social la sociedad de hoy – con las excepciones de las que nunca han progresado- es mejor que la de hace 50, 100, 200 años y vendrá más progreso social. Es inevitable.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

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