“Mira, Aquí está la pelota": Cómo nuestros perros entienden las palabras

Los caninos tienen la capacidad de entender el significado de ciertas palabras, de acuerdo con los científicos que estudiaron la actividad cerebral de los perros, mientras se les presentaban objetos como pelotas, sandalias y correas.

Este descubrimiento indica que la cognición canina puede superar las órdenes básicas como “sentado” y “busca” o los sonidos que desencadenan excitación, para entender el nombre de los objetos, especialmente aquellos que se refieren a cosas de su interés.

Durante mucho tiempo, los científicos han estado intrigados por la capacidad de los perros para aprender el significado de las palabras. Han recopilado evidencias que respaldan esta hipótesis. Según una encuesta realizada en 2022, los dueños de perros afirman que sus fieles amigos podían responder a un rango de entre 15 y 215 palabras.

En 2011, se obtuvieron pruebas más concretas sobre la habilidad cognitiva de los perros. Un equipo de psicólogos reveló que, después de tres años de entrenamiento intensivo, un Border Collie llamado Chaser había aprendido los nombres de 1022 objetos. Esta lista incluía 800 juguetes de tela, 116 pelotas y 26 frisbees.

Desentrañando el misterio

A pesar de estos hallazgos, los estudios han proporcionado poca información sobre lo que ocurre en el cerebro de un perro cuando procesa palabras. Para desentrañar este misterio, los científicos reunieron a 27 perros (y sus dueños) en el laboratorio. Allí, se les presentaron cinco objetos que conocían bien como peluches, pelotas, sandalias, frisbees, juguetes de goma, correas y otros artículos.

La diversa selección de perros en el estudio incluía un caniche toy, un Akita, un labrador y varias razas mixtas. Sin embargo, sólo los datos cerebrales de 18 caninos se incluyeron en el análisis final. Una vez en el laboratorio, el equipo de investigación colocó electrodos en sus cabezas y se les pidió que hicieran dos cosas: descansar sobre una colchoneta cómoda y mantenerse despiertos.

Los dueños de los perros estaban detrás de una pared con una ventana electrónica. Esta ventana podía cambiar instantáneamente de opaca a translúcida, permitiendo al perro ver a través de ella. Inmediatamente después de reproducir un audio con la voz del dueño, la ventana lo mostraba sosteniendo un juguete.

De vez en cuando, los perros escuchaban a sus dueños diciendo frases como: “Mira, aquí está la pelota”. A veces el juguete era la pelota mencionada, pero en otras ocasiones era un juguete diferente, como una cuerda. Este procedimiento se llevó a cabo en múltiples ocasiones, alternando entre objetos que coincidían con la palabra pronunciada y aquellos que no.

Hallazgos

Durante las pruebas, los científicos supervisaron la actividad cerebral de los perros utilizando una técnica no invasiva conocida como electroencefalografía o EEG. Los electrodos registraban la actividad cerebral mientras los perros escuchaban a sus dueños y observaban a través de la ventana.

Cuando los perros se encontraban con un objeto inesperado (por ejemplo, una cuerda en lugar de una pelota), el electrodo detectaba una señal más intensa de lo habitual. Los registros revelaron patrones de actividad distintos cuando los objetos presentados coincidían o no con las palabras pronunciadas por sus dueños.

La discrepancia en los registros era más notable en las palabras que los dueños creían que sus perros conocían mejor. Los investigadores interpretan esta señal como un indicativo de sorpresa, lo que sugiere que el perro ya había formado una imagen mental y una expectativa de la pelota después de escuchar esa palabra. “Esto sugiere que realmente estamos hablando de comprensión y conocimiento de la palabra”, concluyeron los científicos.

En el artículo recientemente publicado en Current Biology, los investigadores afirman que sus hallazgos “ofrecen la primera evidencia neuronal de la comprensión de palabras-objeto en un animal no humano”. Se requerirá más investigación para determinar, por ejemplo, si se puede generalizar que aprenden de la misma manera que los humanos, entendiendo que la palabra “pelota” no necesariamente se refiere a una esfera esponjosa específica que ha sido masticada repetidamente.

Sorpresa

La detección de la señal neuronal de sorpresa en el cerebro de los perros no resultó ser una revelación inesperada para los científicos.

Aunque ya se habían descubierto indicios sobre cómo los perros procesan palabras con significado, estos hallazgos proporcionan una nueva perspectiva sobre los procesos mentales de los perros que antes no se tenía.

“Podemos afirmar que los perros tienen un conocimiento pasivo de las palabras”, explican. “Su comprensión va más allá de lo que aparentan”. Los humanos también poseemos una señal de sorpresa, conocida como efecto N400, que se manifiesta en el cerebro inmediatamente después de que ocurre algo inesperado.

“Se han llevado a cabo innumerables estudios en humanos que investigan y aprovechan este efecto N400”, señalaron los expertos. Sin embargo, hasta la fecha no se había encontrado evidencia de una señal similar en perros.

El estudio suscita la interrogante de por qué, a pesar de que los perros parecen entender ciertos nombres, la mayoría no lo evidencia. Podría ser que un perro comprenda a qué se refiere una palabra, pero opte por no reaccionar.

“Es especialmente intrigante porque creemos que es improbable que esto haya surgido durante la domesticación, lo que sugiere que podría ser un fenómeno común entre los mamíferos”, expresaron los investigadores. Este hallazgo es emocionante por sí mismo, los autores afirmaron que “estamos convencidos de que todos los perros poseen esta habilidad”.

“Esto redefine nuestra percepción sobre la evolución del lenguaje y lo que consideramos exclusivamente humano”.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: Los gusanos radiactivos de Chernóbil: claves para la medicina


</div>