Foto: Cortesía.

El 16 de diciembre de 2023 el diario El País de España publicó una entrevista al reconocido dramaturgo venezolano Ibsen Martínez, quien es popularmente conocido por ser el autor de la telenovela Por estas calles, que durante el año 1992 causó furor en la sociedad venezolana.

Ibsen no sólo es conocido por esta telenovela, sino por ser el autor de varios libros, colaborador de diarios reconocidos y revistas influyentes.

La entrevista que concedió a El País asombró a quienes desconocemos su vida privada pero no tanto así a quienes son cercanos a él porque, según reseña el artículo, era un secreto a voces que Ibsen le propinara palizas a sus parejas.

¿El gran Ibsen Martínez es un agresor? Sí, es un agresor confeso que no sólo atacó a una de sus parejas, sino a varias de manera sistemática demostrando así su acostumbrado desprecio a las mujeres al punto de maltratarlas físicamente.

Lamentablemente, Martínez no es el primero (y por lo visto, aún no será el último) hombre protegido por la investidura de intocable que le brinda el poder y por supuesto, quienes lo acompañan en esas esferas.            

Si miramos la historia reciente de Venezuela, encontraremos casos de hombres poderosos con una marcada misoginia que se encargaron de afectar la vida de mujeres que lamentablemente se cruzaron en sus caminos.

Edmundo Chirinos fue uno de ellos. El psiquiatra más popular del país, quien fue Rector de la Universidad Central de Venezuela, pre-candidato presidencial y psiquiatra de cabecera de Marisabel de Chávez (ex-Primera Dama). En el año 2008, se descubrió que fue el autor del feminicidio de una de sus pacientes y, gracias a eso, se develó también el abuso sexual sistemático al que sometía a sus pacientes desde los años 70 hasta sus últimos días en libertad.

También está el caso de Luis Carrera Almoina, conocido por ser el agresor de Linda Loaiza, quien la mantuvo secuestrada y durante dos meses y medio abusó de ella brutalmente. Pero por ser de una familia de renombre en el país y su influencia en círculos de poder, Carrera Almoina logró que su juicio fuese viciado para salirse con la suya y escapar de la justicia correspondiente a sus despreciables actos.

Si hay algo injusto y hasta retorcido, es que en los casos de violencia de género intrafamiliar los hombres son protegidos por el “acuerdo de privacidad” del hogar.

Hemos estado acostumbrados a que lo que pasa entre hombre y mujer es problema de dos y nadie debe meterse, pero lejos de ser una medida respetuosa de la intimidad ajena, es una manera de hacerse cómplice de esa aberración.

Las mujeres víctimas, por otra parte, suelen ser revictimizadas inmediatamente. Si se les ocurre contar su testimonio, son cuestionadas o incluso señaladas como responsables de las agresiones, porque no todas tienen la misma investidura de poder para protegerse de comentarios como: “Seguro lo está inventando”, “Mejor la ignoramos para no crear problemas”, “Si sigue con él es porque le gusta” y otras tantas frases demoledoras con las que las víctimas tienen que lidiar.

Venezuela se ha convertido en un país alarmantemente misógino. Según el Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) se monitorearon 282 casos de feminicidios consumados y 120 frustrados durante el año 2022. Sin embargo, en la mayoría de los casos el feminicidio fue la última fase del ciclo de violencia, que probablemente comenzó con violencia psicológica y continuó con la física.

¿Cuántas víctimas de Ibsen Martínez tuvieron miedo de morir a causa de su agresión?

En la entrevista que concedió a El País, Ibsen confiesa que se “quedó solo” por maltratador y, honestamente, eso no es lo peor. Lo peor es que sus víctimas nunca tuvieron justicia porque el silencio cómplice del poder lo protegió.

La sociedad venezolana debe aprender a desarrollar la tolerancia cero frente a la violencia de género. Entender que lejos de ser un problema de dos, es de carácter público y cualquier testigo de este tipo de hechos tiene el deber de alertarlo y denunciarlo.

Asumir el compromiso de señalar al abusador, sea quien sea, para que nunca más abuse de otras y reciba justicia, es un paso importante para quebrantar el poder que tiene. Darle voz y acompañar a las víctimas es fundamental para que tengamos una sociedad más justa y libre de violencia.

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