Se ha observado quiénes son los verdaderos fanáticos de un equipo al notar cuales personas permanecen leales al club, incluso cuando el equipo está perdiendo. Cualquier análisis sobre esto debería mencionar el ejemplo incondicional de los seguidores de los Tiburones de La Guaira.

La conexión emocional que establecen los entusiastas con su equipo, repercute en su estado de ánimo. Ciertamente, los fanáticos son más felices cuando sus equipos ganan porque sienten alta “empatía social”, se involucran con otros fans en demostraciones de euforia al gritar, saltar, hacer caravanas o vestir la camiseta del equipo para identificarse entre ellos cuando ganan. Según este comportamiento, todos deberían animar al mejor equipo, juego por juego o ¡jugada por jugada! Pero esto no llega a explicar por qué, por ejemplo, existe un grupo de seguidores incondicionales en un equipo, como los leales fanáticos de La Guaira.

¿Por qué estos entusiastas siguen siendo leales? Todos tienen personas a las que admiran y apoyan, bien sean políticos, artistas o equipos de beisbol, y es común que las figuras públicas conserven a sus seguidores a pesar de cometer actos que provocan la condena nacional o internacional.

Una nueva investigación descubrió que aquellos que frecuentemente expresan su aprobación por una celebridad, tienen más probabilidades de que la perdonen y la defiendan en caso de un escándalo. El compromiso se ha relacionado con una mayor tolerancia de los fans, generando menos emociones negativas. “Imagínate que una celebridad o un político al que admiras mucho hace algo que consideras profundamente inmoral y repugnante. ¿Estarías a su lado?” preguntaron  los autores del artículo científico. Hay innumerables ejemplos de esta situación. Por ejemplo, Johnny Depp fue objeto de disputas legales y mala publicidad en los últimos años, pero una gran parte de sus seguidores sigue tan leal como siempre, defendiendo las acciones de Depp sin importar cuán sorprendentes fueran.

Los estudios anteriores centrados en cómo las personas juzgan el carácter moral se habían visto limitados por pequeños grupos de sujetos, entornos de laboratorio y escenarios hipotéticos. Al analizar a una celebridad real que lidió con un escándalo real, los investigadores pudieron evaluar miles de reacciones ante un escándalo de transgresión moral de la “vida real”.

El estudio analizó los comentarios de 36.464 seguidores de YouTube antes y después de un escándalo de alto perfil que involucró al destacado YouTuber Logan Paul, en el que filmó el cuerpo de una víctima de suicidio en el bosque Aokigahara de Japón (conocido como un sitio de suicidio), mientras Paul y sus amigos hacían bromas insensibles en el video que publicaron. Cuando ese video se lanzó en 2017, Logan Paul tenía más de 15 millones de suscriptores en YouTube. El notorio incidente provocó la indignación pública, lo que llevó a Paul a subir un video de disculpa a sus seguidores, en el que expresó su remordimiento por el escándalo.

El equipo de investigación utilizó algoritmos de procesamiento del lenguaje para evaluar el nivel de “emociones morales”, que van desde la ira o el disgusto, hasta la adoración.  Los algoritmos  evaluaron las emociones de los espectadores de Logan Paul antes y después del escándalo. Se utilizó un “diccionario de conceptos”, o una lista de palabras vinculadas a varias emociones como el amor o el enfado, para escanear los comentarios de los usuarios en siete videos de Paul anteriores al suceso, y las publicaciones de los mismos seguidores en su video de disculpa después del inicio del mismo. Los investigadores pudieron explorar el efecto de la identidad propia de los fanáticos al tener en cuenta frases como “logang4life” (Logan por siempre), utilizadas para demostrar el compromiso con Paul. Aquellos que mostraron su apoyo usando este lenguaje de fanáticos y expresiones de “empatía social” tuvieron un 10% más de probabilidades de apoyar a Logan Paul después del horrible video.

El estudio determinó que un 77% de los usuarios de YouTube que habían dejado comentarios en los videos, previos al escándalo, continuaron apoyándolo. Solo el 16% expresó enojo y el 4% mostró disgusto. También descubrieron que los usuarios que solían comentar de manera positiva antes del escándalo, tenían un 12% más de probabilidades de seguir apoyándolo, a pesar de su impactante acto.

“Podemos ver que las personas a menudo siguen aferrándose a una evaluación positiva del individuo incluso cuando la persona admirada comete una transgresión grave. Cuanto más importante ha sido la persona para nosotros, menos probable es que estemos dispuestos a cambiar nuestra opinión favorable”, indicaron los investigadores en el artículo. Agregaron que “parece que los seguidores más fervientes excusarán fácilmente las acciones deplorables de sus héroes”.

Las personas suelen utilizar a los artistas o políticos en la construcción de su identidad social. Los fanáticos pueden percibir una amenaza para la reputación de una figura pública como un peligro para su propia identidad, algo que podría obligar a defenderlo. Los fanáticos están motivados por impulsos morales, aferrándose a su lealtad incondicional. ¡Ser un buen aficionado es un fin en sí mismo! Como bien profesan los fans de La Guaira. Estos entusiastas consideran que su afición es una parte crucial de su identidad.

Ahora bien, vale la pena preguntarse si hay algo que pueda romper ese hechizo de compromiso y qué tipo de emociones desencadenaría.

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