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De qué depende el éxito del diálogo de paz con el ELN y su relación con Venezuela

POLÍTICA · 22 NOVIEMBRE, 2022 21:45

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Ibis Leon | @ibisL

Foto por Rayner Pena R / EFE

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El sexto intento de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) comenzó con buen pie en Caracas, a juzgar por las expresiones optimistas de ambas delegaciones.

El jefe negociador del gobierno colombiano, Otty Patiño, expresó: “Hay una confianza a primera vista y un optimismo razonable”. Mientras que el segundo comandante de la guerrilla, Pablo Beltrán, aseveró que “esperan no fallar” en alcanzar el acuerdo de paz.

El guerrillero explicó que la diferencia esta vez “es que hay un gobierno de izquierda y progresista”.

Además del pasado guerrillero del presidente Gustavo Petro, que abona en la generación de confianza, hay otras razones que son determinantes para que se logre la pacificación del ELN y la “paz total” en Colombia, según expertos consultados.

Diálogo de paz con tregua

Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la facultad de Estudios Internacionales de la Universidad del Rosario, en Bogotá, Colombia, advierte que negociar en medio de la guerra “es lo que históricamente ha dado al traste con las negociaciones en Colombia entre las guerrillas y el Estado”. En este sentido, es crucial que se pacte un cese bilateral del fuego en el marco de las conversaciones.

“No es fácil para las partes mantenerse negociando cuando se dan golpes militares. Lo que puede interferir en el proceso, y hacer que una de las partes se pare de la mesa, es que se asuma que la contraparte está aprovechando la negociación militarmente”, argumenta.

Recuerda que, durante los diálogos de paz que inició el gobierno de Juan Manuel Santos, un atentado contra militares, ocurrido en el Cauca, generó indignación nacional y puso en la cuerda floja el proceso en 2015.

La presencia en la mesa de alias Violeta Arango, señalada de cometer un atentado en 2017, fue criticada.

El factor Venezuela

Venezuela es un socio histórico de la negociación por la paz en Colombia y, en palabras del propio presidente Petro, “puede ser clave en la posibilidad de un éxito”.

Cuando se le preguntó en una entrevista con Noticias Caracol por qué le apuesta a Venezuela como garante pese al cuestionado gobierno de Nicolás Maduro, dijo: “Porque allá están” en referencia a la presencia del ELN en el país vecino.

De acuerdo con una investigación de la organización Insight Crime, el ELN tiene presencia operativa en 40 municipios de ocho estados de Venezuela. Se trata pues de un conflicto binacional.

Jaramillo considera que Venezuela es un socio natural que siempre ha estado en los procesos de paz, incluso durante los gobiernos conservadores de (Andrés) Pastrana o (Álvaro) Uribe.

“Ahora hay un ambiente distinto porque ha habido muchas acusaciones, sobre todo de la oposición colombiana, de la connivencia entre Maduro y el ELN, pero esa es una polémica inútil porque es obvio que Venezuela le ofrece garantías al ELN como un actor que está interesado en la paz”, manifiesta.

¿Por qué a Maduro le interesa la paz con el ELN? Según el doctor en ciencias políticas y especialista en relaciones internacionales, la posibilidad de reinsertarse internacionalmente es una razón de peso para el gobernante venezolano. “Venezuela es tan ganadora del proceso como lo es el gobierno de Petro porque se vuelve un actor indispensable regionalmente (…) Maduro puede ganar unos puntos y mejorar su credibilidad para volver a los circuitos regionales de los que ha salido”, apunta.

El accionar del ELN también ha cobrado víctimas venezolanas. La Comisión Delegada, última reducto de la Asamblea Nacional de 2015 que controla un sector de la oposición a Maduro, advirtió que la guerrilla es responsable de reclutamientos forzados, extorsión y secuestro de ganaderos, durante la sesión de este martes 22 de noviembre. Demandan que estas víctimas sean incluidas en la mesa que se instaló en Caracas y que sea liberado el director de la ONG Fundaredes, Javier Tarazona, preso por denunciar a la guerrilla.

El profesor destaca dos novedades más que juegan a favor de este nuevo intento de diálogo con el ELN: “El antecedente con las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) le sirvió a Colombia para probarse así misma que la paz es posible. Se rompió la idea de que no iban a abandonar las armas porque la guerra es un negocio. Esta es una novedad grande porque hay una metodología”.

“En segundo lugar, es la primera vez que tenemos un gobierno progresista de izquierda, en cabeza de un exguerrillero, que entiende las sensibilidades de la guerrilla. Además, a diferencia del proceso con las Farc, que en principio no se acordó nada hasta que todo estuviera acordado, esta vez se ha planteado la posibilidad de negociar acuerdos parciales como un cese al fuego inmediato”, agrega.

Justicia especial para la paz

Al igual que Jaramillo, el presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz de Colombia (Indepaz), Camilo González Posso, destaca el cambio de gobierno como uno de las diferencias importantes entre este y los cinco intentos de diálogo fallidos.

“Es la primera vez que se hace con un gobierno encabezado por una fuerza de izquierda, eso abre interrogantes sobre si eso va a facilitar coincidencias o reconocimientos por parte del ELN”, comenta.

Con Petro en el poder la guerrilla se quedó sin el argumento de que una agenda de izquierda no puede llegar al poder en democracia.

Además, González destaca que es clave una jurisdicción especial para la paz que ofrezca garantías al ELN. “Es probable que en el caso colombiano se necesite una nueva norma o una reforma constitucional”, afirma. La razón es que la actual jurisdicción de paz aplica para los delitos anteriores a 2016, que fue cuando se aprobó durante el gobierno de Santos.

“Hoy el ELN, desde el punto de vista formal, es un sujeto de justicia ordinaria, pero eso no tiene viabilidad en un acuerdo de paz porque las penas mínimas que le corresponde a la cúpula del ELN no son menores a 60 años, entonces la guerrilla no va negociar para ir 60 años a la cárcel”, señala.

El jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán.

Los procesos de pacificación requieren concesiones y garantías para las partes; sin embargo, los crímenes de lesa humanidad no admiten amnistía.

La pacificación de las Farc deja lecciones al respecto: “En Colombia se aprobó la conformación de una jurisdicción especial que tiene su propio tribunal y establece un tratamiento especial en cuanto a que hay un límite para las penas, con atribución para otorgar libertad condicional a quienes se acojan a ella y ayuden a la verdad y a la reparación de las víctimas”, recuerda González.

En el caso de los procesados por crímenes internacionales, el presidente de Indepaz precisa que se contempla una fase de sanciones que son limitaciones a la libertad, pero que no necesariamente implican reclusión en una cárcel.

“Las sanciones pueden ser la asignación en un territorio para que haga trabajo comunitario, de desminado, de obras sociales, y otras formas de sanción. La pregunta es qué pasará cuando esa sanción recaiga en una persona que actualmente está ejerciendo como senador de la República (en el caso de excombatientes de las Farc)”, expresa.

Para el cese bilateral del fuego, considera clave que se resuelvan temas como el financiamiento de la guerrilla durante la tregua, un obstáculo que ha sido recurrente en el pasado: “La pregunta es quien los mantiene o si se les autoriza que sigan con el cobro de rentas ilegales, en el pasado eso se ha conversado en las mesas, incluso le han puesto precio, en una ocasión le pusieron 50 millones de dólares y en otra 100 millones de dólares lo que vale un año de cese al fuego, quién hace la verificación y de qué manera, son una cantidad de detalles que se deben acordar”.

González espera que este diálogo de paz suponga medidas inmediatas de alivio para la población afectada por la guerra y se logren acuerdos regionales humanitarios.

POLÍTICA · 23 NOVIEMBRE, 2022

De qué depende el éxito del diálogo de paz con el ELN y su relación con Venezuela

Texto por Ibis Leon | @ibisL
Foto por Rayner Pena R / EFE

El sexto intento de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) comenzó con buen pie en Caracas, a juzgar por las expresiones optimistas de ambas delegaciones.

El jefe negociador del gobierno colombiano, Otty Patiño, expresó: “Hay una confianza a primera vista y un optimismo razonable”. Mientras que el segundo comandante de la guerrilla, Pablo Beltrán, aseveró que “esperan no fallar” en alcanzar el acuerdo de paz.

El guerrillero explicó que la diferencia esta vez “es que hay un gobierno de izquierda y progresista”.

Además del pasado guerrillero del presidente Gustavo Petro, que abona en la generación de confianza, hay otras razones que son determinantes para que se logre la pacificación del ELN y la “paz total” en Colombia, según expertos consultados.

Diálogo de paz con tregua

Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la facultad de Estudios Internacionales de la Universidad del Rosario, en Bogotá, Colombia, advierte que negociar en medio de la guerra “es lo que históricamente ha dado al traste con las negociaciones en Colombia entre las guerrillas y el Estado”. En este sentido, es crucial que se pacte un cese bilateral del fuego en el marco de las conversaciones.

“No es fácil para las partes mantenerse negociando cuando se dan golpes militares. Lo que puede interferir en el proceso, y hacer que una de las partes se pare de la mesa, es que se asuma que la contraparte está aprovechando la negociación militarmente”, argumenta.

Recuerda que, durante los diálogos de paz que inició el gobierno de Juan Manuel Santos, un atentado contra militares, ocurrido en el Cauca, generó indignación nacional y puso en la cuerda floja el proceso en 2015.

La presencia en la mesa de alias Violeta Arango, señalada de cometer un atentado en 2017, fue criticada.

El factor Venezuela

Venezuela es un socio histórico de la negociación por la paz en Colombia y, en palabras del propio presidente Petro, “puede ser clave en la posibilidad de un éxito”.

Cuando se le preguntó en una entrevista con Noticias Caracol por qué le apuesta a Venezuela como garante pese al cuestionado gobierno de Nicolás Maduro, dijo: “Porque allá están” en referencia a la presencia del ELN en el país vecino.

De acuerdo con una investigación de la organización Insight Crime, el ELN tiene presencia operativa en 40 municipios de ocho estados de Venezuela. Se trata pues de un conflicto binacional.

Jaramillo considera que Venezuela es un socio natural que siempre ha estado en los procesos de paz, incluso durante los gobiernos conservadores de (Andrés) Pastrana o (Álvaro) Uribe.

“Ahora hay un ambiente distinto porque ha habido muchas acusaciones, sobre todo de la oposición colombiana, de la connivencia entre Maduro y el ELN, pero esa es una polémica inútil porque es obvio que Venezuela le ofrece garantías al ELN como un actor que está interesado en la paz”, manifiesta.

¿Por qué a Maduro le interesa la paz con el ELN? Según el doctor en ciencias políticas y especialista en relaciones internacionales, la posibilidad de reinsertarse internacionalmente es una razón de peso para el gobernante venezolano. “Venezuela es tan ganadora del proceso como lo es el gobierno de Petro porque se vuelve un actor indispensable regionalmente (…) Maduro puede ganar unos puntos y mejorar su credibilidad para volver a los circuitos regionales de los que ha salido”, apunta.

El accionar del ELN también ha cobrado víctimas venezolanas. La Comisión Delegada, última reducto de la Asamblea Nacional de 2015 que controla un sector de la oposición a Maduro, advirtió que la guerrilla es responsable de reclutamientos forzados, extorsión y secuestro de ganaderos, durante la sesión de este martes 22 de noviembre. Demandan que estas víctimas sean incluidas en la mesa que se instaló en Caracas y que sea liberado el director de la ONG Fundaredes, Javier Tarazona, preso por denunciar a la guerrilla.

El profesor destaca dos novedades más que juegan a favor de este nuevo intento de diálogo con el ELN: “El antecedente con las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) le sirvió a Colombia para probarse así misma que la paz es posible. Se rompió la idea de que no iban a abandonar las armas porque la guerra es un negocio. Esta es una novedad grande porque hay una metodología”.

“En segundo lugar, es la primera vez que tenemos un gobierno progresista de izquierda, en cabeza de un exguerrillero, que entiende las sensibilidades de la guerrilla. Además, a diferencia del proceso con las Farc, que en principio no se acordó nada hasta que todo estuviera acordado, esta vez se ha planteado la posibilidad de negociar acuerdos parciales como un cese al fuego inmediato”, agrega.

Justicia especial para la paz

Al igual que Jaramillo, el presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz de Colombia (Indepaz), Camilo González Posso, destaca el cambio de gobierno como uno de las diferencias importantes entre este y los cinco intentos de diálogo fallidos.

“Es la primera vez que se hace con un gobierno encabezado por una fuerza de izquierda, eso abre interrogantes sobre si eso va a facilitar coincidencias o reconocimientos por parte del ELN”, comenta.

Con Petro en el poder la guerrilla se quedó sin el argumento de que una agenda de izquierda no puede llegar al poder en democracia.

Además, González destaca que es clave una jurisdicción especial para la paz que ofrezca garantías al ELN. “Es probable que en el caso colombiano se necesite una nueva norma o una reforma constitucional”, afirma. La razón es que la actual jurisdicción de paz aplica para los delitos anteriores a 2016, que fue cuando se aprobó durante el gobierno de Santos.

“Hoy el ELN, desde el punto de vista formal, es un sujeto de justicia ordinaria, pero eso no tiene viabilidad en un acuerdo de paz porque las penas mínimas que le corresponde a la cúpula del ELN no son menores a 60 años, entonces la guerrilla no va negociar para ir 60 años a la cárcel”, señala.

El jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán.

Los procesos de pacificación requieren concesiones y garantías para las partes; sin embargo, los crímenes de lesa humanidad no admiten amnistía.

La pacificación de las Farc deja lecciones al respecto: “En Colombia se aprobó la conformación de una jurisdicción especial que tiene su propio tribunal y establece un tratamiento especial en cuanto a que hay un límite para las penas, con atribución para otorgar libertad condicional a quienes se acojan a ella y ayuden a la verdad y a la reparación de las víctimas”, recuerda González.

En el caso de los procesados por crímenes internacionales, el presidente de Indepaz precisa que se contempla una fase de sanciones que son limitaciones a la libertad, pero que no necesariamente implican reclusión en una cárcel.

“Las sanciones pueden ser la asignación en un territorio para que haga trabajo comunitario, de desminado, de obras sociales, y otras formas de sanción. La pregunta es qué pasará cuando esa sanción recaiga en una persona que actualmente está ejerciendo como senador de la República (en el caso de excombatientes de las Farc)”, expresa.

Para el cese bilateral del fuego, considera clave que se resuelvan temas como el financiamiento de la guerrilla durante la tregua, un obstáculo que ha sido recurrente en el pasado: “La pregunta es quien los mantiene o si se les autoriza que sigan con el cobro de rentas ilegales, en el pasado eso se ha conversado en las mesas, incluso le han puesto precio, en una ocasión le pusieron 50 millones de dólares y en otra 100 millones de dólares lo que vale un año de cese al fuego, quién hace la verificación y de qué manera, son una cantidad de detalles que se deben acordar”.

González espera que este diálogo de paz suponga medidas inmediatas de alivio para la población afectada por la guerra y se logren acuerdos regionales humanitarios.

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