La narrativa que intenta imponer el chavismo con referendo sobre el Esequibo, según analistas
Politólogo Alexander Campos señala que el nacionalismo es un recurso de sistemas totalitarios. Foto: Prensa presidencial

De manera acelerada, el mapa con el tricolor nacional y el territorio Esequibo anexado comienza a verse por doquier, como pieza fundamental de la campaña del referendo consultivo a celebrarse el domingo 3 de diciembre.

Pasadas las primarias opositoras del 22 de octubre, el chavismo contraataca e intenta imponer una narrativa nacionalista a través de una cruzada por la defensa de la zona en reclamación, emprendida desde Miraflores con el apoyo de los poderes públicos y el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y sus aliados. En esa tónica, quien no se sume, no quiere a su patria o «no es venezolano», como afirmó Ilenia Medina, diputada de la AN 2020.

Por un lado, se percibe como una estrategia política; primero para contrarrestar el éxito de las primarias y luego para que el gobernante Nicolás Maduro recupere popularidad, cubierto de un manto de patriotismo, en su ruta por la reelección en 2024.

En otro sentido, expertos advierten que el referendo consultivo será usado por el gobierno nacional como «excusa» para desconocer a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y el juicio que adelanta sobre el Esequibo y endosarle a la ciudadanía la responsabilidad en la defensa del territorio.

Analistas políticos consultados por Efecto Cocuyo señalan que si bien el chavismo-madurismo hará uso con fuerza de toda la maquinaria de propaganda del Estado para posicionar la idea de que lidera una lucha por el territorio sin distinciones políticas, no logrará borrar el efecto de las primarias ni las demandas de mejores condiciones de vida de la población.

«Jugada clásica»

«Es una jugada bastante clásica desde el punto de vista político, cuando tienes una situación muy adversa a lo interno es crearse el enemigo externo (profundización del conflicto con Guyana) y es un tema que pudiera generar cohesión y el gobierno pudiera buscar con esto y con los resultados, medir cuál es su capacidad de movilización, incluso más allá de lo partidista, de lo electoral, entendiendo que ellos saben que están muy mal en los números», sostuvo el consultor político Ricardo Ríos.

El experto en análisis de entorno destacó que señalar de apátridas al que no haga campaña, no se movilice o no vote, forma parte también de la estrategia de disminuir al contrario e incluso de criminalizarlo, con el riesgo incluso de iniciar una nueva oleada de «represión selectiva».

«En segunda instancia, este tema del referendo también le puede servir al gobierno para evaluar si el tema del Esequibo es lo suficientemente sensible para profundizarlo y generar incluso un eventual estado de excepción, que le permita tomar oxígeno en una jugada muy arriesgada y que evidencia desespero, para una posterior recuperación de popularidad por vía de mayores recursos. Es estirar la arruga para ganar tiempo, ese pudiera ser el cálculo para esta jugada», apuntó.

El riesgo de la jugada, explicó, viene al ponerse en la opinión pública el peso de una función propia de quien administra el Estado que es ejercer soberanía, con efectos negativos sobre la batalla judicial por preservar el territorio Esequibo. Subrayó que no es una materia que requiera ser consultada a la población y que si la participación en el referendo resulta muy baja pudiera ser interpretado por Guyana y por la comunidad internacional a favor de ese país.

La politóloga Isabella Picón añade que el chavismo-madurismo también requiere recuperarse internamente, por lo que la carta del referendo busca igualmente la cohesión puertas adentro, la cual, a su juicio, resultó afectada porque había sectores que se oponían a que se dejaran correr las primarias.

¿Estrategia efectiva?

Para el politólogo Alexander Campos, no es una estrategia del todo efectiva, por cuanto, debido a la inacción gubernamental en la disputa por el Esequibo, la anexión o no de dicho territorio no es un tema que los ciudadanos consideren «vital» o siquiera de su interés. Picón añade que la crisis del país hace ver que la táctica del «hipernacionalismo», que viene desde la era de Hugo Chávez, luzca desgastada.

«Los nacionalismos y patriotismos normalmente son propios de los sistemas totalitarios y represivos como ideologías de reemplazo, es decir, aquellas ideologías que se usan como comodín para cuando sus ideas pierden fuerza o están muy bajos en popularidad», dijo Campos.

Atribuye el uso de la carta del referendo al entusiasmo que generaron las primarias en la ciudadanía y que quedó comprobado con una participación cercana a los dos millones y medio de personas el 22 de octubre y la amplia ventaja (92%) obtenida por la ganadora, María Corina Machado.

«Es una forma de desviar la conversación política nacional que estaba centrada en la elección de María Corina Machado como líder y candidata de la oposición venezolana. Este es un tema que divide al chavismo gobernante porque creo que no están claros en cómo lidiar en este momento con la habilitación/inhabilitación de María Corina en el marco de la flexibilización de sanciones que acaba de hacer Estados Unidos», agregó Picón.

Busca dividir a la oposición

La oposición moderada representada en la AN de 2020 declaró su apoyo al referendo sobre el Esequibo; también otras organizaciones como Alianza del Lápiz, de Antonio Ecarri.

La oposición aglutinada en la Plataforma Unitaria Democrática aún no se pronuncia al respecto. Mientras, algunas voces como la del excandidato a las primarias Andrés Caleca; el miembro de la Comisión Nacional de la Primaria Guillermo Tell Aveledo, y el exrector del CNE Vicente Díaz, han adelantado que participarán en la consulta del 3 de diciembre.

Algunos han dejado entrever que se opondrán al menos a la tercera pregunta de la consulta que desconoce la jurisdicción de la CIJ para resolver el diferendo territorial entre Venezuela y Guyana. No pocas críticas han recibido, señalados de sumarse a la línea narrativa de Miraflores.

Otras voces como la de la ganadora de las primarias, María Corina Machado y el exrector de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Luis Ugalde, han señalado que el referendo no es necesario, porque el Estado es responsable de la defensa jurídica del territorio y no se admite discusión.

En este sentido, Picón cree que la estrategia roja también va dirigida a que la oposición, que pareció unirse tras las primarias en torno a la figura de Machado, vuelva a lucir dividida, esta vez por el tema del Esequibo, lo que el poder político usará para polarizar.

¿Qué debe hacer el antichavismo?

«La jugada inteligente que puede hacer la oposición más hostil al gobierno, es igualmente llamar a participar en el referendo, pero haciendo la salvedad que llegamos a este punto por la inacción del gobierno, por el descuido en materia jurídica, diplomática y de políticas sociales. Eso hay que denunciarlo con seriedad, firmeza y datos, pero a la vez no desentenderse de cualquier iniciativa que pueda permitir mantener la integridad territorial, son cosas que no se contradicen», sostuvo Ríos.

Acotó que en ese sentido, la oposición debe tener una línea discursiva muy sólida y clara para no parecer que se suma sin condiciones a la narrativa oficial de defensa del Esequibo que no admite los errores que se cometieron y luego proponer acciones efectivas.

«Últimamente, María Corina ha tenido una línea discursiva muy positiva: la de confiar en los venezolanos, escuchar a la gente. Creo que esto es una línea que se debe utilizar para navegar el tema del Esequibo: dar libertad a la gente sobre votar o no votar, hacer recomendaciones, pero no volverlo un tema que polarice o divida», opinó Picón.

Campos, del Centro de Investigaciones Populares, no ve negativo que la oposición se abstenga de participar en el referendo, se concentre en las negociaciones y en el cumplimiento de los acuerdos de Barbados, en lo que se refiere a las garantías electorales para 2024 y deje que la estrategia del chavismo se «desgaste sola», al pasar el referendo y comprobarse que no tendrá ningún efecto positivo en la disputa territorial.