Gestos de parte y parte, un anuncio de flexibilización de algunas sanciones por parte de Estados Unidos y una foto entre Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, estrechando manos reanudaron las expectativas sobre el reinicio de las negociaciones paralizadas en México desde octubre de 2021. Quince días después aún no hay fecha del regreso a la mesa y vuelve a reinar el hermetismo entre las partes.
La sustitución de Félix Plasencia en la Cancillería, la solicitud de sustituir a Noruega (versión extraoficial) de las conversaciones, la renovación de la licencia de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Ofac) por parte de EEUU a Chevron pero sin variaciones importantes y la Cumbre de las Américas, hicieron ruido los últimos días y pueden ser una «mala señal» que indica, a juicio de analistas, que los intentos de negociación están de nuevo en el congelador.
«Evidentemente hubo un paso hacia atrás, la licencia de la Ofac se renueva porque necesitan extender el plazo ante un proceso (reinicio de negociaciones) que avanza pero no termina de retomarse. Es un atasco y Maduro da movimientos zigzagueantes», expresa la consultora política Carmen Beatriz Fernández a Efecto Cocuyo.
El pasado 27 de mayo, la Ofac renovó la licencia a cinco petroleras, entre ellas la Chevron hasta diciembre de 2022, pero sin dar su autorización para que la empresa vuelva a las actividades de perforación, extracción y exportación de petróleo. Esto fue interpretado como un paso hacia atrás de la administración de Joe Biden ante la «demora» de Miraflores para fijar el reinicio formal de las negociaciones. Sin embargo, la licencia quedó sujeta a «ampliaciones» a la espera de eventuales acuerdos.
Plataforma Unitaria y el chavismo retoman las conversaciones para intentar volver a México
Fernández recuerda que a raíz de la visita de la delegación de EE. UU. a Venezuela en marzo, ante la nueva realidad geopolítica (invasión de Rusia a Ucrania), «hubo gestos de buena voluntad de parte y parte». Por un lado, el Gobierno liberó a dos exdirectivos de Citgo presos en Venezuela y posteriormente EEUU anuncia que flexibiliza algunas sanciones económicas y libera de sanciones individuales (también extraoficial) a Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de Cilia Flores.
«Después de eso hay un aparente retroceso, Maduro retira a Plasencia de la Cancillería (17 de mayo) y pone a un comunista de primera línea (Carlos Faría), afín a Rusia; luego, además se conoce que Maduro no quiere la medición de Noruega y pide que Rusia vuelva a ser garante, algo intolerable para la contraparte. Algo pasó, y no se sabe exactamente qué, que puede haber enturbiado de nuevo las prenegociaciones» advierte.
En los últimos días, los discursos de figuras del chavismo, como el mismo Maduro, Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y el embajador ante Naciones Unidas, Samuel Moncada, se volvieron a radicalizar contra el Gobierno de EE. UU.
De hecho, en la Asamblea Nacional de 2020, se abrió una investigación, a petición de Maduro, en torno a las «confesiones» del exsecretario de Defensa de Donald Trump, Mark Esper en su libro El Sagrado Juramento, en el que habla de los supuestos planes conspirativos contra la gestión de Maduro, tramados presuntamente entre el gobierno de Trump y el presidente interino Juan Guaidó.
Rodríguez y Cabello han asegurado que la conspiración «no será perdonada» y alertaron que los intentos de invasión contra Venezuela no han cesado, mientras que Moncada llamó a «desconfiar» de cualquier acuerdo con la administración de Joe Biden.
Para la doctora en Ciencias Políticas Nancy Requena, Miraflores «manipula, gana tiempo» y da la apariencia de querer negociar sin concretar nada porque afirma, no es de su interés.
«El Gobierno no tiene presión para negociar, mientras se las va arreglando para burlar las sanciones con la ayuda de Rusia, China e Irán y beneficiarse de la coyuntura de Ucrania. Una negociación se da cuando una de las partes está debilitada y no es el caso, no hay prisa ni presión», sostiene la también profesora de Sistema Político Venezolano de la Universidad Metropolitana.
Estima que los intentos de reinicio de negociaciones y de darse la negociación en sí será una lucha de largo plazo, por lo que recomienda no esperar resultados en corto tiempo, más porque, advierte, se avecinan elecciones presidenciales en Venezuela en las que sí estarán en juego la permanencia del chavismo en el poder.
El Gobierno de EE. UU. también excluyó a los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua de la Cumbre de las Américas, a celebrarse entre el 6 y 10 de junio en California (EE. UU.), medida que molestó mucho a Miraflores, porque es un indicativo de que aún no reconoce al Gobierno. Maduro puso la queja en la reciente asamblea de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
Maduro rechaza exclusión de la Cumbre de las Américas en reunión de la Alba
Pese a la situación, Fernández considera que la opción de volver a la mesa de negociaciones aún no está cerrada.
«No hay una clara ruptura sino un nuevo retraso, Maduro sigue corriendo la arruga y el papel de Estados Unidos y la comunidad internacional para que se reinicien las negociaciones sigue siendo determinante», agregó.
Este lunes 30 de mayo, el secretario general del Movimiento al Socialismo (MAS), Felipe Mujica, también alertó que el proceso de diálogo se encuentra en «un limbo» porque tanto el Gobierno como la oposición «no van para ninguna parte». Insistió en que las conversaciones deben incluir a otros sectores del país y en Venezuela.
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Gestos de parte y parte, un anuncio de flexibilización de algunas sanciones por parte de Estados Unidos y una foto entre Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, estrechando manos reanudaron las expectativas sobre el reinicio de las negociaciones paralizadas en México desde octubre de 2021. Quince días después aún no hay fecha del regreso a la mesa y vuelve a reinar el hermetismo entre las partes.
La sustitución de Félix Plasencia en la Cancillería, la solicitud de sustituir a Noruega (versión extraoficial) de las conversaciones, la renovación de la licencia de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (Ofac) por parte de EEUU a Chevron pero sin variaciones importantes y la Cumbre de las Américas, hicieron ruido los últimos días y pueden ser una «mala señal» que indica, a juicio de analistas, que los intentos de negociación están de nuevo en el congelador.
«Evidentemente hubo un paso hacia atrás, la licencia de la Ofac se renueva porque necesitan extender el plazo ante un proceso (reinicio de negociaciones) que avanza pero no termina de retomarse. Es un atasco y Maduro da movimientos zigzagueantes», expresa la consultora política Carmen Beatriz Fernández a Efecto Cocuyo.
El pasado 27 de mayo, la Ofac renovó la licencia a cinco petroleras, entre ellas la Chevron hasta diciembre de 2022, pero sin dar su autorización para que la empresa vuelva a las actividades de perforación, extracción y exportación de petróleo. Esto fue interpretado como un paso hacia atrás de la administración de Joe Biden ante la «demora» de Miraflores para fijar el reinicio formal de las negociaciones. Sin embargo, la licencia quedó sujeta a «ampliaciones» a la espera de eventuales acuerdos.
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Fernández recuerda que a raíz de la visita de la delegación de EE. UU. a Venezuela en marzo, ante la nueva realidad geopolítica (invasión de Rusia a Ucrania), «hubo gestos de buena voluntad de parte y parte». Por un lado, el Gobierno liberó a dos exdirectivos de Citgo presos en Venezuela y posteriormente EEUU anuncia que flexibiliza algunas sanciones económicas y libera de sanciones individuales (también extraoficial) a Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de Cilia Flores.
«Después de eso hay un aparente retroceso, Maduro retira a Plasencia de la Cancillería (17 de mayo) y pone a un comunista de primera línea (Carlos Faría), afín a Rusia; luego, además se conoce que Maduro no quiere la medición de Noruega y pide que Rusia vuelva a ser garante, algo intolerable para la contraparte. Algo pasó, y no se sabe exactamente qué, que puede haber enturbiado de nuevo las prenegociaciones» advierte.
En los últimos días, los discursos de figuras del chavismo, como el mismo Maduro, Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y el embajador ante Naciones Unidas, Samuel Moncada, se volvieron a radicalizar contra el Gobierno de EE. UU.
De hecho, en la Asamblea Nacional de 2020, se abrió una investigación, a petición de Maduro, en torno a las «confesiones» del exsecretario de Defensa de Donald Trump, Mark Esper en su libro El Sagrado Juramento, en el que habla de los supuestos planes conspirativos contra la gestión de Maduro, tramados presuntamente entre el gobierno de Trump y el presidente interino Juan Guaidó.
Rodríguez y Cabello han asegurado que la conspiración «no será perdonada» y alertaron que los intentos de invasión contra Venezuela no han cesado, mientras que Moncada llamó a «desconfiar» de cualquier acuerdo con la administración de Joe Biden.
Para la doctora en Ciencias Políticas Nancy Requena, Miraflores «manipula, gana tiempo» y da la apariencia de querer negociar sin concretar nada porque afirma, no es de su interés.
«El Gobierno no tiene presión para negociar, mientras se las va arreglando para burlar las sanciones con la ayuda de Rusia, China e Irán y beneficiarse de la coyuntura de Ucrania. Una negociación se da cuando una de las partes está debilitada y no es el caso, no hay prisa ni presión», sostiene la también profesora de Sistema Político Venezolano de la Universidad Metropolitana.
Estima que los intentos de reinicio de negociaciones y de darse la negociación en sí será una lucha de largo plazo, por lo que recomienda no esperar resultados en corto tiempo, más porque, advierte, se avecinan elecciones presidenciales en Venezuela en las que sí estarán en juego la permanencia del chavismo en el poder.
El Gobierno de EE. UU. también excluyó a los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua de la Cumbre de las Américas, a celebrarse entre el 6 y 10 de junio en California (EE. UU.), medida que molestó mucho a Miraflores, porque es un indicativo de que aún no reconoce al Gobierno. Maduro puso la queja en la reciente asamblea de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
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Pese a la situación, Fernández considera que la opción de volver a la mesa de negociaciones aún no está cerrada.
«No hay una clara ruptura sino un nuevo retraso, Maduro sigue corriendo la arruga y el papel de Estados Unidos y la comunidad internacional para que se reinicien las negociaciones sigue siendo determinante», agregó.
Este lunes 30 de mayo, el secretario general del Movimiento al Socialismo (MAS), Felipe Mujica, también alertó que el proceso de diálogo se encuentra en «un limbo» porque tanto el Gobierno como la oposición «no van para ninguna parte». Insistió en que las conversaciones deben incluir a otros sectores del país y en Venezuela.