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A un año de levantarse mesa de México: Qué ha pasado entre Gobierno y oposición

POLÍTICA · 23 OCTUBRE, 2022 17:00

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Deisy Martínez


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Hace un año, el jefe de la delegación del gobierno de Nicolás Maduro para las negociaciones en México, Jorge Rodríguez, anunció la suspensión de las conversaciones con la oposición representada por la Plataforma Unitaria, encabezada por Gerardo Blyde. La razón: la extradición del empresario colombiano Alex Saab a Estados Unidos para que respondiera por varios delitos.

Desde entonces, el antichavismo ha realizado gestiones para reanudar la mesa con el apoyo de Estados Unidos, que no han pasado de declaraciones de ambos bandos, con foto de Rodríguez y Blyde incluida, para asegurar que el diálogo con la mediación del Reino de Noruega sería retomado pronto.

Pero la suspensión en México, señalan politólogos, no se ha traducido en la falta total de contacto entre sectores de la administración de Nicolás Maduro y la oposición. El gobierno de Joe Biden también entró de frente al juego al establecer contacto directo con Miraflores para llegar a acuerdos en materia petrolera y aprovechar para presionar por el reinicio de las negociaciones.

«No es una mesa de negociaciones lo que hay actualmente sino conversaciones, movimientos políticos, contacto directo con Estados Unidos y medidas como la reciente liberación de los sobrinos de Cilia Flores, a cambio de presos políticos en Venezuela, es una muestra de ello», expresó el politólogo Christian Rivas, en declaraciones a Efecto Cocuyo.

El analista político manifestó que no ve a corto plazo un regreso a la mesa con el formato de México porque a su juicio, Miraflores no tiene mayores incentivos, ni presión, para volver a sentarse.

Los intentos

Las declaraciones más recientes que apuntaron a un pronto regreso a la mesa de México son del pasado 15 de agosto, cuando Blyde, exdiputado nacional, señaló que había «altísimas probabilidades de un pronto regreso a la negociación» bajo los términos establecidos en el memorándum de entendimiento suscrito en México hace un año.

El abogado aseguró entonces que «se ha estado construyendo un camino para regresar a la negociación con la facilitación de Noruega». De hecho, en ese momento, el presidente de la Comisión Delegada Legislativa, Juan Guaidó, confirmó que una representación del país escandinavo se encontraba en Caracas.

Antes, a mediados de mayo, sorprendió una fotografía entre Rodríguez y Blyde estrechando manos. Ambos en su cuenta de Twitter pusieron el mismo pie de foto: «En reunión de trabajo para planes de futuro. En el rescate del espíritu de México».

«Realmente la negociación no se ha suspendido por completo. Desde mayo de este año los jefes de las delegaciones (Blyde y Rodríguez) anunciaron que las conversaciones continuarían. Por otra parte ha habido como se sabe negociaciones bilaterales entre la administración Biden y el gobierno de Maduro, que también han dejado claro el interés del gobierno de EE. UU. en que se reanuden formalmente las negociaciones lo antes posible», sostuvo igualmente la politóloga Colette Capriles.

Retomar agenda social

Otra voz de la sociedad civil que prefirió no ser identificada aseguró que desde ese sector se trabaja para que al menos la agenda social del memorando de entendimiento de México, que se traduce en respuestas a la crisis humanitaria en Venezuela, se retome con miras a formalizar un acuerdo. Espera que «pronto» haya noticias al respecto.

«Creo que hay voluntad de las partes para alcanzar rápidamente un acuerdo en el área social y humanitaria y formalizarlo en una sesión con el formato de México. Hay muchas cuestiones de orden técnico y financiero que están siendo consideradas y han hecho más lento el proceso. Y los retrasos no han sido solo por el gobierno de Maduro, puesto que hay otros factores, internos y externos, que no favorecen una solución negociada para Venezuela o que creen que la negociación favorece a Maduro», dijo la fuente.

También llamó a que cualquier acuerdo que avance en la recuperación de la calidad de vida y de los servicios públicos y de las instituciones se apoye porque son los ciudadanos los que día a día padecen la crisis y reclaman soluciones a corto plazo.

En septiembre de 2021, las delegaciones del gobierno y la oposición alcanzaron dos acuerdos parciales a poco más de 15 días del inicio de las negociaciones en México. Uno de ellos referido a la protección económica y social de los venezolanos.

Para entonces, Blyde anunció la búsqueda de recursos para la compra de vacunas contra el COVID-19, a través del Fondo Rotatorio para el Acceso a las Vacunas de la Organización Panamericana de la Salud y el apoyo a programas de seguridad alimentaria de Naciones Unidas.

Al margen de México

Pasaron los meses y la mesa tal como la vimos en México, no ha vuelto. En el ínterin (marzo) hubo una reunión en Miraflores con enviados de Biden para tratar el tema petrolero, presos políticos estadounidenses en Venezuela, entre otros, lo cual dio paso al alivio de algunas sanciones económicas para permitir que Chevron, presente en territorio venezolano, pudiera entrar en negociaciones directas con Pdvsa.

Producto del contacto directo EEUU-Miraflores se conoció luego (junio) la polémica exclusión del extesorero de la nación y sobrino de Cilia Flores, Erick Malpica Flores, de la lista de sancionados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac), del Departamento del Tesoro de EEUU.

Posteriormente, el 1 de octubre, fueron liberados siete estadounidenses que estaban presos en Venezuela – entre ellos cinco directivos de Citgo – a cambio de la excarcelación de dos sobrinos de Cilia Flores, esposa de Maduro, condenados en 2017 por cargos de narcotráfico en EEUU.

Esto, sin dejar de lado que el apoyo de EEUU a la causa democrática en Venezuela también ha sido puesto en duda por la medida migratoria que tomó la administración de Biden el pasado 12 de octubre y que busca frenar el paso ilegal de venezolanos a través de la frontera con México. Semanas antes, Biden abogaba por la no deportación de venezolanos, nicaraguenses ni cubanos, «oprimidos» por gobiernos «autoritarios» en sus países.

Incluso hay voces que señalan que la Casa Blanca no apoyará la continuidad del Gobierno interino para 2023, algo desmentido por Guaidó.

¿Negociaciones de cara a 2024?

Mientras se aviva el debate sobre las elecciones presidenciales previstas para 2024, entre las amenazas de Maduro y Diosdado Cabello de adelantarlas y la organización de primarias por parte de la oposición, también se apela a que al margen del formato de México, sectores del antichavismo pujen por condiciones democráticas para dichos comicios, con el apoyo de EE. UU.

Rivas no descarta el escenario en el que Miraflores negocie el fin del Gobierno interino a cambio de no detener a Guaidó y «permitir» que la Plataforma Unitaria celebre primarias para escoger al candidato presidencial sin contratiempos.

«Se lanzan bolas, como el adelanto de elecciones para 2023 dicho por Cabello, para que corran; pero algo se está moviendo bajo la mesa. No será una mesa de negociaciones como tal, como la de México, pero habrá acercamientos, aunque Maduro está cómodo y al menos ahora nada lo lleva a negociar condiciones en unas elecciones en las que estaría en juego su permanencia en el poder», advirtió.

Este viernes 21 de octubre, Guaidó recalcó que el interinato solo llegará a su fin cuando haya elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas. También defendió la celebración de primarias en la oposición como mecanismo de reimpulso de la unidad del antichavismo de cara a 2024.

Demanda

Para Capriles, debería ser un incentivo para Maduro no aspirar a reelegirse en 2024 sobre un país en «ruinas» y con solo 20% de aceptación.

«No solo amenaza su reelección sino que amenaza al chavismo como proyecto histórico que siempre ha aspirado a ser un movimiento con apoyo popular y electoral. Maduro no debería querer prolongar esta gobernanza de estado de excepción, de represión y control social, de asociación con clanes y grupos privilegiados, con la cual ha venido sosteniéndose en el poder desde 2018», sostuvo.

Acotó que todo dependerá de cómo se negocie ese retorno a un estado no excepcional y de las demandas que haga la sociedad democrática para recuperar las instituciones.

«Por eso es esencial seguir con el proceso de negociación y hacer que no sea sólo un proceso entre los grupos políticos, sino que sea una demanda de todos los ciudadanos», dijo.

 

 

POLÍTICA · 24 OCTUBRE, 2022

A un año de levantarse mesa de México: Qué ha pasado entre Gobierno y oposición

Texto por Deisy Martínez

Hace un año, el jefe de la delegación del gobierno de Nicolás Maduro para las negociaciones en México, Jorge Rodríguez, anunció la suspensión de las conversaciones con la oposición representada por la Plataforma Unitaria, encabezada por Gerardo Blyde. La razón: la extradición del empresario colombiano Alex Saab a Estados Unidos para que respondiera por varios delitos.

Desde entonces, el antichavismo ha realizado gestiones para reanudar la mesa con el apoyo de Estados Unidos, que no han pasado de declaraciones de ambos bandos, con foto de Rodríguez y Blyde incluida, para asegurar que el diálogo con la mediación del Reino de Noruega sería retomado pronto.

Pero la suspensión en México, señalan politólogos, no se ha traducido en la falta total de contacto entre sectores de la administración de Nicolás Maduro y la oposición. El gobierno de Joe Biden también entró de frente al juego al establecer contacto directo con Miraflores para llegar a acuerdos en materia petrolera y aprovechar para presionar por el reinicio de las negociaciones.

«No es una mesa de negociaciones lo que hay actualmente sino conversaciones, movimientos políticos, contacto directo con Estados Unidos y medidas como la reciente liberación de los sobrinos de Cilia Flores, a cambio de presos políticos en Venezuela, es una muestra de ello», expresó el politólogo Christian Rivas, en declaraciones a Efecto Cocuyo.

El analista político manifestó que no ve a corto plazo un regreso a la mesa con el formato de México porque a su juicio, Miraflores no tiene mayores incentivos, ni presión, para volver a sentarse.

Los intentos

Las declaraciones más recientes que apuntaron a un pronto regreso a la mesa de México son del pasado 15 de agosto, cuando Blyde, exdiputado nacional, señaló que había «altísimas probabilidades de un pronto regreso a la negociación» bajo los términos establecidos en el memorándum de entendimiento suscrito en México hace un año.

El abogado aseguró entonces que «se ha estado construyendo un camino para regresar a la negociación con la facilitación de Noruega». De hecho, en ese momento, el presidente de la Comisión Delegada Legislativa, Juan Guaidó, confirmó que una representación del país escandinavo se encontraba en Caracas.

Antes, a mediados de mayo, sorprendió una fotografía entre Rodríguez y Blyde estrechando manos. Ambos en su cuenta de Twitter pusieron el mismo pie de foto: «En reunión de trabajo para planes de futuro. En el rescate del espíritu de México».

«Realmente la negociación no se ha suspendido por completo. Desde mayo de este año los jefes de las delegaciones (Blyde y Rodríguez) anunciaron que las conversaciones continuarían. Por otra parte ha habido como se sabe negociaciones bilaterales entre la administración Biden y el gobierno de Maduro, que también han dejado claro el interés del gobierno de EE. UU. en que se reanuden formalmente las negociaciones lo antes posible», sostuvo igualmente la politóloga Colette Capriles.

Retomar agenda social

Otra voz de la sociedad civil que prefirió no ser identificada aseguró que desde ese sector se trabaja para que al menos la agenda social del memorando de entendimiento de México, que se traduce en respuestas a la crisis humanitaria en Venezuela, se retome con miras a formalizar un acuerdo. Espera que «pronto» haya noticias al respecto.

«Creo que hay voluntad de las partes para alcanzar rápidamente un acuerdo en el área social y humanitaria y formalizarlo en una sesión con el formato de México. Hay muchas cuestiones de orden técnico y financiero que están siendo consideradas y han hecho más lento el proceso. Y los retrasos no han sido solo por el gobierno de Maduro, puesto que hay otros factores, internos y externos, que no favorecen una solución negociada para Venezuela o que creen que la negociación favorece a Maduro», dijo la fuente.

También llamó a que cualquier acuerdo que avance en la recuperación de la calidad de vida y de los servicios públicos y de las instituciones se apoye porque son los ciudadanos los que día a día padecen la crisis y reclaman soluciones a corto plazo.

En septiembre de 2021, las delegaciones del gobierno y la oposición alcanzaron dos acuerdos parciales a poco más de 15 días del inicio de las negociaciones en México. Uno de ellos referido a la protección económica y social de los venezolanos.

Para entonces, Blyde anunció la búsqueda de recursos para la compra de vacunas contra el COVID-19, a través del Fondo Rotatorio para el Acceso a las Vacunas de la Organización Panamericana de la Salud y el apoyo a programas de seguridad alimentaria de Naciones Unidas.

Al margen de México

Pasaron los meses y la mesa tal como la vimos en México, no ha vuelto. En el ínterin (marzo) hubo una reunión en Miraflores con enviados de Biden para tratar el tema petrolero, presos políticos estadounidenses en Venezuela, entre otros, lo cual dio paso al alivio de algunas sanciones económicas para permitir que Chevron, presente en territorio venezolano, pudiera entrar en negociaciones directas con Pdvsa.

Producto del contacto directo EEUU-Miraflores se conoció luego (junio) la polémica exclusión del extesorero de la nación y sobrino de Cilia Flores, Erick Malpica Flores, de la lista de sancionados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac), del Departamento del Tesoro de EEUU.

Posteriormente, el 1 de octubre, fueron liberados siete estadounidenses que estaban presos en Venezuela – entre ellos cinco directivos de Citgo – a cambio de la excarcelación de dos sobrinos de Cilia Flores, esposa de Maduro, condenados en 2017 por cargos de narcotráfico en EEUU.

Esto, sin dejar de lado que el apoyo de EEUU a la causa democrática en Venezuela también ha sido puesto en duda por la medida migratoria que tomó la administración de Biden el pasado 12 de octubre y que busca frenar el paso ilegal de venezolanos a través de la frontera con México. Semanas antes, Biden abogaba por la no deportación de venezolanos, nicaraguenses ni cubanos, «oprimidos» por gobiernos «autoritarios» en sus países.

Incluso hay voces que señalan que la Casa Blanca no apoyará la continuidad del Gobierno interino para 2023, algo desmentido por Guaidó.

¿Negociaciones de cara a 2024?

Mientras se aviva el debate sobre las elecciones presidenciales previstas para 2024, entre las amenazas de Maduro y Diosdado Cabello de adelantarlas y la organización de primarias por parte de la oposición, también se apela a que al margen del formato de México, sectores del antichavismo pujen por condiciones democráticas para dichos comicios, con el apoyo de EE. UU.

Rivas no descarta el escenario en el que Miraflores negocie el fin del Gobierno interino a cambio de no detener a Guaidó y «permitir» que la Plataforma Unitaria celebre primarias para escoger al candidato presidencial sin contratiempos.

«Se lanzan bolas, como el adelanto de elecciones para 2023 dicho por Cabello, para que corran; pero algo se está moviendo bajo la mesa. No será una mesa de negociaciones como tal, como la de México, pero habrá acercamientos, aunque Maduro está cómodo y al menos ahora nada lo lleva a negociar condiciones en unas elecciones en las que estaría en juego su permanencia en el poder», advirtió.

Este viernes 21 de octubre, Guaidó recalcó que el interinato solo llegará a su fin cuando haya elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas. También defendió la celebración de primarias en la oposición como mecanismo de reimpulso de la unidad del antichavismo de cara a 2024.

Demanda

Para Capriles, debería ser un incentivo para Maduro no aspirar a reelegirse en 2024 sobre un país en «ruinas» y con solo 20% de aceptación.

«No solo amenaza su reelección sino que amenaza al chavismo como proyecto histórico que siempre ha aspirado a ser un movimiento con apoyo popular y electoral. Maduro no debería querer prolongar esta gobernanza de estado de excepción, de represión y control social, de asociación con clanes y grupos privilegiados, con la cual ha venido sosteniéndose en el poder desde 2018», sostuvo.

Acotó que todo dependerá de cómo se negocie ese retorno a un estado no excepcional y de las demandas que haga la sociedad democrática para recuperar las instituciones.

«Por eso es esencial seguir con el proceso de negociación y hacer que no sea sólo un proceso entre los grupos políticos, sino que sea una demanda de todos los ciudadanos», dijo.

 

 

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