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Anamaría Font: “Sabía que me dedicaría a la docencia y a la investigación”

SOLAZ · 6 JULIO, 2023 21:48

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Verónica De Sousa A.


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París fue la ciudad en la que Anamaría Font se convirtió en una de las cinco galardonadas de los Premios Internacionales “La Mujer y la Ciencia” 2023, organizados por la Fundación L’Oréal y la Unesco.

Su contribución “a la sociedad de sus investigaciones en ciencias físicas, matemáticas e informática” le abrió el camino hasta estos premios que reconocen la excelencia científica internacional.

Oriunda del estado Anzoátegui, Venezuela, Font es conocida por sus contribuciones a la Teoría de cuerdas; una serie de hipótesis científicas que asumen las partículas subatómicas como estados vibracionales. 

A finales de los años 80, cuando estaba haciendo un doctorado en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, nació el interés por esta teoría que le ha valido, como este, otros reconocimientos nacionales e internacionales. 

Una larga y laureada carrera

El Premio Fundación Empresas Polar Lorenzo Mendoza Fleury en 1991, el Premio de Física de Alta Energía del Centro Internacional de Física Teórica (ICTP) en 1998, junto con Fernando Quevedo, y en junio de este año, el Premio internacional “La mujer y la ciencia” de L’Oreal y Unesco. 

“A mí nunca me pasó por la cabeza ganar estos premios; solo quería hacer la tesis de mi doctorado en Estados Unidos, luego del postdoctorado en Francia y cuando regresé a Venezuela, simplemente seguí trabajando”, cuenta Font. 

Reconoce que lo más importante para ella es que sus estudios han sido contribuciones importantes, que forman parte de la teoría de cuerdas y que se han utilizado para seguir desarrollando. 

El equipo de Efecto Cocuyo pudo entrevistar a Anamaria Font que, desde Alemania, nos contó parte de su historia. En Solaz, te la presentamos. 

Te contamos: Unesco premia a física venezolana Anamaría Font por su trabajo sobre la teoría de cuerdas

Las “tres Marías” para Anamaría

Matemática, Física y Química, eran las materias favoritas de una Anamaría adolescente a la que le gustaba estudiar y ayudar a sus compañeros. 

Disfrutó estudiar las Leyes de Newton, le fascinaba la tabla periódica y tenía facilidad para resolver problemas matemáticos. Es por eso que en su último año escolar pensó que si estudiaba Física tendría lo mejor de los tres mundos. 

Hizo la escuela primaria y casi todo el bachillerato en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, pero terminó graduándose en la Isla de Margarita para luego irse a Caracas, a casa de unos tíos, donde comenzó la vida universitaria. 

Fue la Universidad Simón Bolívar (USB) la casa de estudios que le otorgó su título como Licenciada en Física en 1980; luego se fue a Estados Unidos para estudiar inglés, mientras esperaba respuesta de la Universidad de Texas para realizar su doctorado. 

“Tuve muy buenos profesores en ambas universidades. Pero, sobre todo, tuve la suerte de estar en Texas en el momento en el que surgió la teoría de cuerdas y varios profesores ya estaban trabajando en eso”, cuenta Font. 

Steven Weinberg, ganador del Premio Nobel de Física en 1979, fue su profesor y se siente honrada de que así haya sido. 

Desde ese entonces, comenzó a colaborar con diferentes personas para desarrollar aún más su trabajo. “Hace poco saqué la cuenta y he trabajado con más de 50 colaboradores”. 

La vida académica como profesora

Investigadora en física teórica y profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), siempre supo que quería ser como sus maestros universitarios: investigadores y docentes.

Anamaría Font fue preparadora e instructora en la USB, mientras estudiaba su pregrado y en el postdoctorado fue Teacher Assistant (asistente del profesor, en español).

“Yo sabía que me estaba preparando para la vida académica”, afirma Font. En 1989, cuando regresó a Venezuela comenzó a ejercer como docente en la UCV. 

Ser docente e investigadora era la meta, pero las condiciones políticas, económicas y sociales de Venezuela modificaron los planes. 

Las dificultades de investigar en Venezuela

Font cuenta que empezó a sentir que era muy difícil hacer investigaciones en el país a mediados del 2015; estaba más preocupada “por sobrevivir, por conseguir alimentos o medicinas, que por la investigación”.

Aunque actualmente está jubilada de la universidad, confiesa que aún no está totalmente alejada de las aulas. Ha dado clases en línea, cursos de especialización, seminarios y otras actividades formativas que han contado con su apoyo. 

Actualmente vive en Alemania, por motivos personales, pero le complace saber que “todavía hay colegas que se esfuerzan por mantener la calidad académica en la Facultad de Ciencias de la UCV”; a pesar de que reconoce que actualmente hay menos estudiantes y profesores. 

De todas formas, cree que el talento humano solo necesita las oportunidades correctas para poder desarrollarlo. “En Venezuela hace falta voluntad e inversión”, afirma Font.

SOLAZ · 6 JULIO, 2023

Anamaría Font: “Sabía que me dedicaría a la docencia y a la investigación”

Texto por Verónica De Sousa A.

París fue la ciudad en la que Anamaría Font se convirtió en una de las cinco galardonadas de los Premios Internacionales “La Mujer y la Ciencia” 2023, organizados por la Fundación L’Oréal y la Unesco.

Su contribución “a la sociedad de sus investigaciones en ciencias físicas, matemáticas e informática” le abrió el camino hasta estos premios que reconocen la excelencia científica internacional.

Oriunda del estado Anzoátegui, Venezuela, Font es conocida por sus contribuciones a la Teoría de cuerdas; una serie de hipótesis científicas que asumen las partículas subatómicas como estados vibracionales. 

A finales de los años 80, cuando estaba haciendo un doctorado en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, nació el interés por esta teoría que le ha valido, como este, otros reconocimientos nacionales e internacionales. 

Una larga y laureada carrera

El Premio Fundación Empresas Polar Lorenzo Mendoza Fleury en 1991, el Premio de Física de Alta Energía del Centro Internacional de Física Teórica (ICTP) en 1998, junto con Fernando Quevedo, y en junio de este año, el Premio internacional “La mujer y la ciencia” de L’Oreal y Unesco. 

“A mí nunca me pasó por la cabeza ganar estos premios; solo quería hacer la tesis de mi doctorado en Estados Unidos, luego del postdoctorado en Francia y cuando regresé a Venezuela, simplemente seguí trabajando”, cuenta Font. 

Reconoce que lo más importante para ella es que sus estudios han sido contribuciones importantes, que forman parte de la teoría de cuerdas y que se han utilizado para seguir desarrollando. 

El equipo de Efecto Cocuyo pudo entrevistar a Anamaria Font que, desde Alemania, nos contó parte de su historia. En Solaz, te la presentamos. 

Te contamos: Unesco premia a física venezolana Anamaría Font por su trabajo sobre la teoría de cuerdas

Las “tres Marías” para Anamaría

Matemática, Física y Química, eran las materias favoritas de una Anamaría adolescente a la que le gustaba estudiar y ayudar a sus compañeros. 

Disfrutó estudiar las Leyes de Newton, le fascinaba la tabla periódica y tenía facilidad para resolver problemas matemáticos. Es por eso que en su último año escolar pensó que si estudiaba Física tendría lo mejor de los tres mundos. 

Hizo la escuela primaria y casi todo el bachillerato en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, pero terminó graduándose en la Isla de Margarita para luego irse a Caracas, a casa de unos tíos, donde comenzó la vida universitaria. 

Fue la Universidad Simón Bolívar (USB) la casa de estudios que le otorgó su título como Licenciada en Física en 1980; luego se fue a Estados Unidos para estudiar inglés, mientras esperaba respuesta de la Universidad de Texas para realizar su doctorado. 

“Tuve muy buenos profesores en ambas universidades. Pero, sobre todo, tuve la suerte de estar en Texas en el momento en el que surgió la teoría de cuerdas y varios profesores ya estaban trabajando en eso”, cuenta Font. 

Steven Weinberg, ganador del Premio Nobel de Física en 1979, fue su profesor y se siente honrada de que así haya sido. 

Desde ese entonces, comenzó a colaborar con diferentes personas para desarrollar aún más su trabajo. “Hace poco saqué la cuenta y he trabajado con más de 50 colaboradores”. 

La vida académica como profesora

Investigadora en física teórica y profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), siempre supo que quería ser como sus maestros universitarios: investigadores y docentes.

Anamaría Font fue preparadora e instructora en la USB, mientras estudiaba su pregrado y en el postdoctorado fue Teacher Assistant (asistente del profesor, en español).

“Yo sabía que me estaba preparando para la vida académica”, afirma Font. En 1989, cuando regresó a Venezuela comenzó a ejercer como docente en la UCV. 

Ser docente e investigadora era la meta, pero las condiciones políticas, económicas y sociales de Venezuela modificaron los planes. 

Las dificultades de investigar en Venezuela

Font cuenta que empezó a sentir que era muy difícil hacer investigaciones en el país a mediados del 2015; estaba más preocupada “por sobrevivir, por conseguir alimentos o medicinas, que por la investigación”.

Aunque actualmente está jubilada de la universidad, confiesa que aún no está totalmente alejada de las aulas. Ha dado clases en línea, cursos de especialización, seminarios y otras actividades formativas que han contado con su apoyo. 

Actualmente vive en Alemania, por motivos personales, pero le complace saber que “todavía hay colegas que se esfuerzan por mantener la calidad académica en la Facultad de Ciencias de la UCV”; a pesar de que reconoce que actualmente hay menos estudiantes y profesores. 

De todas formas, cree que el talento humano solo necesita las oportunidades correctas para poder desarrollarlo. “En Venezuela hace falta voluntad e inversión”, afirma Font.

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