El pasado 11 de noviembre, Jhon Anderson Medina, un recluso diagnosticado con tuberculosis y diabetes, murió en el hospital Antonio María Pineda de Barquisimeto, estado Lara, denunció el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
La organización informó que el recluso había sido trasladado de la cárcel de Vista Hermosa, en el estado Bolívar, al centro penitenciario David Viloria, conocido como Uribana, en la capital larense, en el marco de la operación Gran Cacique Guaicaipuro,
El OVP señala que luego de los rumores de que iba a haber intervención en Vista Hermosa, los familiares de Medina escribieron a la ministra de Servicios Penitenciarios para informarle sobre el estado de salud del recluso, quien tenía un grave cuadro de desnutrición, pero no hubo respuesta.
Un día después, luego de recorrer más de 800 kilómetros, que es la distancia de Bolívar a Lara, Medina fue trasladado al hospital junto a otro privado de libertad que también presentaba problemas de salud.
“Mientras estuvo hospitalizado, los doctores que lo atendieron indicaron que tenía una hemorragia superior digestiva e indicaron una serie de exámenes y estudios que debían costear los familiares, quienes fueron avisados por los custodios de Uribana”, asegura el OVP.
Los familiares de Medina, que son oriundos del estado Bolívar, no pudieron cubrir todos los gastos médicos.
Comienzan protesta
Algunos familiares de los privados de libertad que fueron desalojados de Vista Hermosa protestaron el lunes 13 de noviembre frente a los tribunales de Ciudad Bolívar, en rechazo de estos traslados, indicando que fueron inconsultos y que muchos fueron enviados a kilómetros de distancia de donde viven sus familiares y no cuentan con los recursos para visitarlos.
Denuncian que había presos enfermos y no fueron evaluados por un médico, así como tampoco se tomaron las previsiones, por lo que alertan que pueden ocurrir más muertes, así como la que ocurrió con Jhon Anderson.
Los manifestantes informaron que por lo menos 30 internos que esperaban por su boleta de libertad, y que los presos procesados saben que no serán trasladados para sus audiencias, por la distancia que hay entre Lara y Bolívar.