Desde el pasado 29 de julio -un día después de las elecciones presidenciales en Venezuela- entre 140 y 160 venezolanos al día, ingresan a Colombia por Cúcuta solicitando protección internacional por motivos de persecución política.
La Fundación Nueva Ilusión, una organización colombo – venezolana que lleva más de 7 años trabajando en Cúcuta a favor de los migrantes venezolanos, lleva estas estadísticas y su fundadora, Patricia Salguero, agrega que “la mayoría de los que están pidiendo protección internacional son jóvenes”.
“Nos cuentan que tuvieron que huir de Venezuela después de las elecciones porque fueron marcados por las autoridades debido a la persecución política que se desató. Llegan de todos lados: Caracas, Miranda, Portuguesa, Táchira”, aseguró Salguero.
Los cruces hacia Colombia aumentaron a través de los cuatro puentes internacionales -puntos de migración regular- que hay en la zona: el Simón Bolívar que comunica a Villarosario (lado colombiano) con San Antonio del Táchira (lado venezolano); el Atanasio Giradot o puente de “Tienditas”, donde Migración Colombia aumentó su personal para sellar pasaportes; el General Santander y el de La Unión.
También aumentó el cruce de migrantes venezolanos hacia Colombia por las trochas de Los Mangos, La Mona y Los Yupas.
“Yo tengo conocimiento de al menos 85 migrantes venezolanos que ya pidieron asilo político aquí en Cúcuta. Y esos son los que se quedaron en la ciudad, porque muchos se fueron para Bogotá o siguieron para Panamá o Ecuador”, comenta Celso Barboza, miembro de la sociedad civil, de migrantes venezolanos, organizada en Cúcuta.
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Barboza asegura que muchos prefieren pasar por trochas por temor a que en los puntos migratorios regulares los estén esperando autoridades de Venezuela para detenerlos. “Aumentó el miedo desde las elecciones. Ahora los migrantes llegan y hasta en Colombia se esconden porque temen que los agarren y los deporten”.
Para María Gabriela Trompetero, docente e investigadora en migración en la Universidad de Bielefeld (Alemania), al no haber un cambio político en Venezuela después del 28 de julio y “frente a la arremetida de represión, persecución y detenciones arbitrarias, era previsible el aumento en el número de personas con necesidades de protección internacional”.
“Muchas de estas personas están entrando de forma irregular y probablemente van a enfrentar muchos retos para acceder a la oferta institucional del Estado ya que no existe actualmente en Colombia un mecanismo de regularización (el Estatuto Temporal de Protección sigue abierto sólo para niños, niñas y adolescentes) y el sistema de refugio sigue siendo muy deficiente”, asegura, Trompetero.
Trompetero se refiere a la sentencia SU-543 de 2023 de la Corte Constitucional de Colombia que ordena al Ejecutivo colombiano mejorar sus políticas públicas para superar la saturación administrativa que existe en el trámite de las solicitudes de protección internacional.
Esta sentencia se dio luego de que una mujer venezolana, de la tercera edad, tuvo que esperar dos años para que le otorgarán la calificación de refugiada en Colombia.
En Brasil se repite el panorama
Selma Campos, coordinadora de Asuntos Migratorios para la alcaldía de Pacaraima, ciudad fronteriza con Venezuela, en Brasil, el flujo de migrantes venezolanos se ha mantenido dentro de la medida que ellos reportan desde 2023: entre 300 y 400 al día. “Pero ahora, una gran cantidad de esas entradas están buscando protección internacional”, comenta.
Brasil ofrece refugio humanitario a los migrantes venezolanos, una calidad migratoria que les permite obtener una visa de residencia temporal en un corto plazo para que puedan integrarse sin problemas al mercado laboral y a la sociedad; pero desde el 29 de julio, según comenta Campos, por Paracaima el perfil del venezolano que entra ya no sólo se enfoca en el refugio humanitario sino en buscar protección internacional.
“Seguimos teniendo personas que entran a Brasil debido a la crisis humanitaria que hay en Venezuela pero vemos con preocupación que ahora buscan asilo político”, dice Campos.
El 26 de agosto, uno de los días con mayor entrada de migrantes venezolanos por Pacaraima desde las elecciones del 28 de julio, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que le otorgaron a la alcaldía de esta localidad: entraron 744 personas, de las cuales, 589 requirieron solicitud de protección internacional.
“Desde el 28 de julio el flujo de migrantes venezolanos está por los 500 ingresos al día, es un aumento leve a la media y esperamos que en los próximos días se estabilice para ya tener un mejor sentido de cómo cambiarán las entradas”, indicó Campos.
Desde la Plataforma R4V monitorean la situación
En un documento, al que tuvo acceso Efecto Cocuyo, elaborado por la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (Plataforma R4V), denominado: “Impacto de las elecciones en Venezuela sobre las personas Refugiadas y Migrantes”, de da cuenta del aumento del flujo migratorio, por vías terrestres, hacia Colombia y Brasil, principalmente.
En el texto, actualizado hasta el 21 de agosto, se indica que: “A lo largo de ambas fronteras (Colombia y Brasil), los movimientos de personas venezolanas, así como de otras nacionalidades que pretenden entrar o salir del país, han vuelto en gran medida a los niveles preelectorales, aunque experimentan ciertas fluctuaciones”.
En Brasil indican que antes de las elecciones del 28 de julio tenían una media de entradas de migrantes venezolanos de 350 personas por día, teniendo un pico preelectoral de 648 personas el 25 de julio. Agregan que: “tras la reapertura de la frontera el 29 de julio, se produjo una semana de aumentos progresivos en la salida. Desde entonces, los movimientos fluctúan justo por encima de los niveles preelectorales (a un ritmo medio de 405 personas durante la última semana del 12 al 18 de agosto).”
Un socio de la Plataforma R4V, en la frontera entre Brasil y Venezuela, realizó un “ejercicio de monitoreo” en la semana del 12 al 18 de agosto entrevistando a los venezolanos que ingresaban a territorio brasileño, y “el 80% de las personas venezolanas entrevistadas informó haber salido de su país por primera vez, y el 59% expresó su deseo de establecerse y permanecer en Brasil, el 40% manifestó una posición de “esperar y ver”. Entre los entrevistados, las principales razones para abandonar Venezuela fueron el miedo a la violencia postelectoral, el aumento de la violencia y la seguridad personal (60%); así como la búsqueda de oportunidades de empleo y el acceso a la atención sanitaria (30% en conjunto).”
Los nuevos perfiles de migrantes venezolanos entrando a Brasil, según el texto, incluyen a jóvenes de entre 16 y 18 años que temen ser reclutados por el ejército venezolano luego de ser señalados en sus escuelas y hogares.
Ahora, en Colombia, según resalta el documento, durante la semana del 12 al 18 de agosto, la entrada media de migrantes venezolanos se ubicó en 1.771 al día, y “los perfiles de las personas venezolanas recién llegadas incluían a personas en necesidad de protección internacional, personas políticamente activas (ya sea activistas o miembros de partidos políticos, y personas percibidas como políticamente activas, como defensores de derechos humanos), personas que participaron en el reciente proceso electoral (incluidos observadores), ex miembros de fuerzas de seguridad, periodistas y otras personas involucradas en investigaciones académicas o de medios de comunicación sobre acontecimientos recientes.”
El documento termina con consideraciones urgentes para los gobiernos de la región donde destaca que “para mitigar los problemas de protección a los que se enfrentan las personas refugiadas y migrantes venezolanas en toda la región, y para apoyar su integración en las comunidades de acogida, la Plataforma R4V pide a los gobiernos de acogida que adopten enfoques flexibles para reconocer o ampliar el reconocimiento de pasaportes y documentos de identidad venezolanos caducados, y que consideren la posibilidad de ampliar las fechas límite existentes para los programas nacionales de regularización.”
También, instan a los países que actualmente están considerando deportar a ciudadanos venezolanos a que “suspendan estas medidas y limiten otras actividades de retorno” en vista “de la evolución de la situación en Venezuela”.