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»La comunidad cinematográfica venezolana debe perseverar pese a la crisis en el país», considera el director de cine venezolano Miguel Ferrari, cuyo nuevo filme «La noche de las dos lunas» rodó íntegramente en Caracas frente a «complicaciones de todo tipo».
Después de cosechar éxitos con su ópera prima «Azul y no tan rosa» (2012), su segundo largometraje, una historia sobre la maternidad subrogada en clave de melodrama, se estrenará este martes 26 de agosto en salas de España, y en octubre en Venezuela.
«Lo que necesitamos es seguir trabajando para que cuando haya el cambio (político) que todos deseamos no nos agarre desprevenidos, hay que seguir preparándose, hay que seguir luchando», indicó Ferrari a la agencia de noticia AFP en Madrid.
»El sector cinematográfico en Venezuela ha menguado por la crisis económica, la peor del país petrolero en su historia reciente», lamentó Ferrari, radicado en España desde hace varios años.
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Cuando rodó «La noche de las dos lunas» a mediados de 2016 «fue muy complicado y hoy día no entiendo cómo lo hacen» otros directores, señaló Ferrari.
«Había complicaciones de todo tipo, había un desabastecimiento brutal, se perdió mucho tiempo porque el camión que genera la electricidad se dañaba y teníamos que parar, dar de comer a un equipo de 60 personas durante 8 semanas, fue durísimo», recuerda el también actor.
«Fue complicadísimo (…) ver como teníamos limitaciones por todos lados, de horario, de seguridad, de locaciones que no se podían usar porque era peligroso», concuerda Mariaca Semprún, una de las protagonistas de la película.
«Es de locos o de valientes emprender un proyecto como este en Venezuela, y ahora lo sería el triple porque se ha complicado todo muchísimo más», dice Semprún, una de las pocas del elenco que para ese momento aún vivía en Venezuela. Poco después la también cantante emigraría fuera del país.
«El país que teníamos»
El director venezolano hace un homenaje a Caracas, cuyo mejor rostro es mostrado en la película, en la que destaca el verde del Ávila, la montaña que enmarca el norte de la ciudad capitalina.
«Para los venezolanos es una inyección de positivismo, (…) Es bueno que los venezolanos recordemos todos la ciudad o el país que teníamos y no acostumbrarnos a que sea normal lo que está pasando hoy», expresó Miguel Ferrari.
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Ferrari está a la expectativa de ver cómo será recibida la película en Venezuela, luego del éxito en taquilla de «Azul y no tan rosa», la primera cinta venezolana en ganar un Goya a mejor película latinoamericana.
En cualquier caso, señala Mariaca Semprún, será «un regalo» para una audiencia que «necesita desesperadamente de estos refugios» como el cine, el teatro o la música. «Por un momento comienza a sentir que no todo está perdido», enfatizó Semprún.
Con información de la agencia AFP
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