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Pelear por una bolsa con desperdicios a las afueras de los establecimientos comerciales dedicados a la venta de comida se ha convertido en una práctica común en los Valles del Tuy, estado Miranda, donde a determinadas horas se aglomeran niños y adultos en busca de algo qué comer en medio de los desechos.
Dueños y clientes de carnicerías, panaderías y frigoríficos son testigos a diario de esta realidad que marca la crisis económica por la que atraviesa Venezuela y la cual se ha agudizado en medio de la pandemia por coronavirus, de acuerdo a la opinión del presidente de la Fundación para el Desarrollo de Ocumare, Jean Carlos Rodríguez.
«Mitigar el hambre es una necesidad natural del ser humano, pero a los ocumareños se les hace cuesta arriba, debido a la situación social y económica que vive el país, lo que queda evidenciado con la presencia de personas buscando alimentos en la basura», señaló Rodríguez.
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Rodríguez considera que la población sufre la merma de su poder adquisitivo «debido a que la incontrolable inflación imposibilita acceder a los productos de la cesta básica, y la caja Clap que vende Nicolás Maduro cada vez llega con más demora y menos artículos».
El vocero lamentó que «en un país tan rico como Venezuela, a juzgar por sus reservas de petróleo y oro, sus habitantes estén padeciendo tantas calamidades y, sobre todo, que se juegue con algo tan sagrado como es el estómago».
El dueño de un frigorífico y una panadería ubicados en el casco central de Charallave, que pidió mantener su nombre en reserva, confirmó a El Pitazo, este 11 de mayo, que en horas del mediodía, cuando saca la bolsa con desperdicios de su local, niños y adultos están a la espera para revisarla.
«La cuarentena ha agudizado la crisis porque muchas personas no están trabajando, sobre todos quienes viven del comercio informal, y esa situación los lleva a buscar de resolver el día a día para medio comer», acotó.
Cifras en ascenso ganan terreno
De acuerdo con la medición del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda), el costo de la canasta alimentaria era un poco más de 19.156.813,68 bolívares en marzo de este año, lo que indica que harían falta 24 ingresos mínimos integrales (Bs. 800.000) para comprarla.
Una encuesta realizada por el Programa Mundial de Alimentos y publicada en febrero de 2020 revela que una de cada tres personas en Venezuela tiene dificultades para llevar comida a la mesa y consumir los mínimos requerimientos nutricionales.
La pandemia por coronavirus y sus consecuencias económicas agravan la stuación, no solo en Venezuela, sino en el mundo. Según las proyecciones del Programa Mundial de Alimentos, el número de personas al borde del hambre podría llegar a 230 millones en 2020.
Desde que comenzó la cuarentena, el gobierno de Nicolás Maduro entrega las cajas de alimentos casa por casa, a través de los 35.213 Clap que existen en Venezuela, aseguró el ministro para la Alimentación, mayor general Carlos Leal Tellería, quien acotó que los 7.000.000 de venezolanos inscritos en este programa tienen garantizados los alimentos.
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