Los vecinos de las zonas altas del barrio José Félix Ribas de Petare, salieron este lunes, 21 de octubre, a protestar por segunda vez en cinco meses en contra de las incursiones de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (Faes) en la comunidad.
Un grupo conformado por madres, esposas, hijas, deportistas y transportistas del barrio tomaron la intercepción que une la avenida principal de Palo Verde y la de José Félix Ribas y obstaculizaron el paso con más de 10 autobuses que cubren la ruta de transporte de la zona popular. Esta es la segunda protesta luego de que el pasado 10 de junio protestaran por la misma situación.
Desde las 7:00 am y hasta las 12:00 pm mantuvieron cerrado el acceso hasta para las motos con una exigencia concreta: “la desarticulación de las Faes", cuerpo táctico al que responsabilizaron de robar, intimidar, asediar y asesinar a los residentes de esta comunidad.
Los manifestantes explicaron que desde el pasado 7 de octubre, cuando se ejecutó un operativo entre las Zonas 5 y 10 del barrio que terminó en la ejecución extrajudicial de siete personas, se han mantenido incursiones de este cuerpo en este y otros barrios cercanos en los que “se han violado los Derechos Humanos de todas las familias que aquí vivimos", tal como relató Elizabeth Aguirre.
La vecina relató que “se meten a lo bravo a las casas y agreden a los niños, a los adultos mayores, a los niños que son autistas, a los adolescentes y aparte de eso se meten en nuestras casas y se roban nuestra comida, nuestros artefactos y como tienen las caras tapadas uno no los puede denunciar".
Aguirre aseguró que en muchos casos “se llevan secuestrados" a los jóvenes y “cuando uno los va a buscar aparecen muertos". La ciudadana manifestó que la comunidad está cansada de los abusos de los funcionarios a quienes incluso acusó de “pedir dólares" a los habitantes de las casas cercanas a las zonas en las que se ejecutan los operativos.
Los habitantes de José Félix resaltaron que este cuerpo visita la barriada sin órdenes de cateo y con los rostros tapados, además de que la mayoría de los operativos son después de las 11 de la noche. “Parecen ensañados con este barrio porque desde que se crearon las Faes están metidos aquí sembrando el miedo", dijo otra vecina que prefirió omitir su nombre.
Aguirre denunció que los funcionarios de las Faes entraron a la vivienda de su hija, la obligaron a desvestirse y a hacer posiciones sexuales mientras le grababan. “La golpearon y la dejaron destrozada con una raja en la frente", contó.
En la protesta se encontraban personas que han vivido en carne propia los abusos denunciados, como es el caso de Eliana Verdú, madre de familia que acusó a cuerpo de seguridad de entrar a su vivienda el pasado lunes, 14 de octubre, y hasta dar nalgadas a sus hijos pequeños.
“Se me metieron a la casa, me preguntaron con quién vivía y tuve que abrir la puerta… Uno me decía que yo era una maldita que entregara a los malandros, pero yo no los conozco. Entonces me dijeron que cómo me gustaba llevar golpes, parada o sentada y me dijeron que si salía a las escaleras a hacer bulla me iban a matar a mis muchachos desde el más pequeño, hasta el más grande", relató Verdú.
Aunque muchos vecinos aseguran sentir miedo de dar sus testimonios, cuentan de forma anónima sus experiencias y exigen a Nicolás Maduro que cumpla con las recomendaciones suscritas en el informe del despacho de Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Nacional Unidas y elimine este cuerpo de seguridad. “Las Faes se ha convertido en un monstruo, hasta los niños del barrio tienen miedo y no pueden ni ir a estudiar cuando vienen. Los chamos no podemos llevar una vida normal porque es una amenaza real", contó José Ochoa.
Este joven, quien acusó a los funcionarios de este comando de asesinar a su primo. “Ellos llegan y se llevan a los chamos y después aparecen muertos sin poder denunciar ni siquiera", dijo.
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