Minutos después de que toda Venezuela quedó a oscuras en la madrugada de este viernes 30 de agosto por una falla eléctrica, el ministro de Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, dijo a través de los medios del Estado que la acción fue una acción de «sabotaje». La misma tesis la sostuvieron el ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello; el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, y el propio gobernante Nicolás Maduro. No obstante, a las 7:45 p.m., casi 14 horas del blackout más largo desde 2019, las autoridades no han informado la causa del gran pagón.
Este 30 de agosto transcurrió con fallas en casi todos los estados del país e intermitencia en la conectividad de internet, mientras, el mensaje de los voceros oficiales se repite en los medios sin mayores novedades. Según el parte oficial, desde las 4:50 a.m., la Gran Caracas y los 23 estados sufrieron el corte de la electricidad, además de fluctuaciones que siguieron a lo largo del día.
Fuentes extraoficiales indican que cerca de las 8:00 p.m. no se había restablecido la carga en más de la mitad de Venezuela.
«Sabemos que atacaron las cercanías y dentro de Guri», dijo apenas Maduro en una alocución a las 7:44 p.m., sin más detalles. «Es un ataque alevoso y lleno de venganza y de odio, que proviene de las corrientes fascistas», agregó. Aunque señaló que las investigaciones están avanzadas, no precisó.
El miércoles 31 de julio, se registraron bajones en varias regiones de Venezuela, de acuerdo con reportes de corresponsales de El Pitazo. En esa oportunidad, las autoridades indicaron que se trató de un sabotaje, sin presentar prueba alguna y sin explicar el alcance del supuesto «ataque».
Conectividad reducida
Organizaciones como Ve Sin Filtro reportaron que, en promedio, la conexión a Internet cayó hasta 20 % en todo el país, lo que significa que 8 de cada 10 venezolanos se quedaron, al menos durante unas horas, sin poder acceder a redes sociales, medios digitales de pago y canales de comunicación electrónicos, reseñó EFE.
Funcionarios militares y policiales recorrieron las avenidas de Caracas y las principales ciudades del país. El ministro de la Defensa informó en la mañana la puesta en marcha de un operativo, el plan Centella, que consistía en labores de vigilancia en las capitales y la frontera, así como apoyo en transporte.
Padrino López, a su vez, no explicó si el ataque al sistema eléctrico ocurrió en alguna de las estaciones que debe estar custodiada por las fuerzas militares.
Los señalados
Este viernes 30, a las 10:00 a.m., vencía la tercera citación del Ministerio Público a Edmundo González Urrutia, líder opositor que ganó las elecciones presidenciales, de acuerdo con los cómputos de la Plataforma Unitaria Democrática basados en las actas electorales recolectadas por sus testigos y miembros de mesa.
Tanto Edmundo González Urrutia como María Corina Machado, la cara visible de la coalición opositora, fueron el centro de las acusaciones por parte de voceros del Gobierno, que los responsabilizan del supuesto «ataque criminal».
Freddy Ñáñez y Diosdado Cabello indicaron que el apagón forma parte de un «plan golpista», al mismo tiempo, advirtieron que «habrá justicia» por este caso.
Mientras el país estaba consternado por el blackout, decenas de detenidos durante las protestas del 29 y 30 de julio fueron trasladados de los estados Falcón, Nueva Esparta (por avión) y Barinas a las cárceles del centro del país.
Actividad a medias
Mientras, el hospital Miguel Pérez Carreño, ubicado en el oeste de Caracas, prestaba atención solo en el área de emergencias; el Clínico Universitario, el Pérez de León, de Petare, estaban activos, según reportes obtenidos por El Pitazo.
Los comercios funcionaron a media máquina en algunas ciudades. En la capital y en varios estados, negocios formales e informales solo recibieron dinero en efectivo por las fallas de conectividad en el sistema bancario.
No obstante, a las 7:20 p.m. del viernes no se había restablecido el servicio eléctrico en el país. En Maracaibo, Maturín, Puerto La Cruz y Puerto Ordaz, los ciudadanos padecían más de 13 horas sin luz, con apenas algunos destellos en sus hogares, pero con la angustia de perder sus alimentos.
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