Puerto Ayacucho.– La anarquía y un evidente desorden público es lo que se observa a diario en las calles y avenidas de Puerto Ayacucho, todo a raíz de la gran cantidad de trabajadores informales que amanecen vendiendo productos de la cesta básica, apoderándose de las aceras y obstaculizando el libre tránsito de los peatones quienes no pueden utilizar libremente las aceras.
A esto se le suma el descontrol en los precios de los productos que suben cada día, sin que exista una regulación de parte de los entes municipales: cámara de concejales y Alcaldía del municipio Atures, organismos que hasta ahora han permanecido en silencio y no han hecho ninguna intervención, a pesar que existen instrumentos jurídicos vigentes para el sector comercial que no han sido aplicadas.
El equipo de El Pitazo realizó un recorrido por las avenidas Orinoco y 23 de enero, las más céntricas de la ciudad, observando la gran cantidad de trabajadores informales; denominados “bachaqueros” vendiendo libremente productos básicos a bajo precios solo en efectivo, algo casi imposible para el amazonense, que recibe solo 20 mil bolívares por semana únicamente del Banco de Venezuela.
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Albertina Palmero manifestó que la ciudad más joven del país está sumergida en un caos imperante, donde no hay ley que valga. La ciudadana aseguró que las autoridades electas por el voto popular, así como las designadas por el Gobierno nacional están de adorno. A su juicio no han atendido como se debe las necesidades del pueblo que cada día sufre por los altos costos de los alimentos.
“En esta ciudad mandan los bachaqueros porque hacen los que quieren y nadie hace nada. Ya no tenemos aceras para caminar porque ellos se apostaron en medio del camino para vender sus productos. Las autoridades están de adorno, no se sienten y cada día los precios suben, convirtiéndose en el principal dolor de cabeza del amazonense. El sueldito que percibo no me alcanza para comer porque todo está exageradamente caro”, acotó la señora Palmero.
Precios incontrolables
En la capital amazónica los precios de los productos cárnicos y proteicos, son exorbitantes, al no existir un control de precios de parte del gobierno, a través de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), institución que en Amazonas se encuentra desaparecida desde inicio de este año, en vista de que no se conocen sobre operativos para regular la situación.
De acuerdo a lo que se detalló en el mostrador de precios de las carnicerías, para el día jueves 29 de agosto, el kilo de carne amaneció en 46 mil bolívares, el pollo en 30 mil, la chuleta en 40, mientras que el de cochino en 35 y el de costilla en 35 mil bolívares. Los dueños de estos establecimientos también elevaron el kilo de queso a 60 mil bolívares y el cartón de huevos llegó a 52 mil.
Asimismo, la harina pan como producto básico se encuentra en los comercios que mayormente son pertenecientes a la colonia asiática en 20 mil bolívares, el arroz en 18 mil, mientras que el mañoco que es producido en la región se encuentra en 13 mil bolívares. Los precios varían según la modalidad: en efectivo que es más económico y por punto de venta donde prevalece la dualidad de precios.
Billete descartado
Desde el lunes 26 de agosto los amazonenses recibieron un madrugonazo; la sorpresa es que, desde el transportista, los establecimientos comerciales y los que venden productos en la calle no estaban aceptando los billetes de 100 bolívares soberanos. El Pitazo recibió la denuncia del ciudadano Gerardo Juncosa, quien exhortó a las autoridades a tomar cartas en el asunto y establecer las debidas sanciones para que se respete la moneda nacional aun en circulación.
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